El cristo de Cristiano
Entre el jugador y Florentino las cosas est¨¢n tirantes, por no decir que las balas zumban que dan miedo
Dos fines de semana han pasado sin que el Madrid haya ganado una Copa de Europa. ?Florentino dimisi¨®n!, cabr¨ªa exigir. La alegr¨ªa por el ¨²ltimo t¨ªtulo dur¨® lo que duran dos peces de hielo¡ perd¨®n por el desvar¨ªo. Dur¨®, decimos, lo que tard¨® Cristiano en abandonar su condici¨®n de adulto y volver a su archiconocida versi¨®n de ni?o al que hay que sonar los mocos. Celebrando andaban sus compa?eros el formidable triunfo en la Champions cuando el portugu¨¦s sinti¨® la sombr¨ªa presencia de un micr¨®fono cerca de su boca y se arranc¨®: ¡°O tiro yo el penalti o me llevo la pelota¡±, o lo que es lo mismo: ¡°Fue muy bonito estar aqu¨ª¡±.
Pero, en el fondo, lo que vino a decir Cristiano fue ¡°aqu¨ª estamos yo y mis circunstancias¡±. Y sus circunstancias son que cobra menos, mucho menos que Messi y Neymar. Y eso no es justo, cree el chico. Y sus circunstancias son que con lo que ¨¦l ha hecho por el Madrid ya pod¨ªa el Madrid hacer algo por ¨¦l, digamos responder de ese pico que dice Hacienda que se ha fumado, 14,7 millones de nada convertidos hoy en 19 por aquello de que el fisco es muy suyo a la hora de penalizar el fraude. Esas son las circunstancias de Cristiano, quien exige respuestas al Madrid en ambos terrenos. Y no se las dan.
Vayamos por partes. Aseguran fuentes bien informadas, en este caso fuentes a secas, que Messi cobra 35 millones de euros netos por temporada en el Bar?a. Y eso solo de sueldo, sin contar a?adidos publicitarios y dem¨¢s. Aseguran las mismas fuentes que Neymar recibe all¨¢ en Par¨ªs, tambi¨¦n anualmente, 36 millones. Que si hay que creerlo se cree, pero cuesta mucho hacerlo teniendo en cuenta que la credibilidad financiera del PSG se asemeja a la de ese partido pol¨ªtico que el lector, avispado como es, tiene en mente.
Pues bien, parece ser, porque en esto del dinero del f¨²tbol nada es y todo parece, que Cristiano solo (tiene gracia lo de solo, ?eh?) cobra 21 millones netos por temporada. M¨¢s all¨¢ de la indecencia que suponen esos salarios, y decimos indecencia como pod¨ªamos decir asquerosidad, lo cierto es que no es de recibo que este se?or gane la mitad que Neymar. Y no es que el que esto escribe ande flojo de matem¨¢ticas, que tambi¨¦n, hasta el punto de considerar que 21 es la mitad de 36. Lo que ocurre es que creer que Neymar gana esa cantidad en el PSG... (risas).
As¨ª las cosas, Cristiano eligi¨® el d¨ªa del triunfo del Madrid en la Champions, tambi¨¦n llamado el d¨ªa de Bale, para hacer p¨²blico de manera ileg¨ªtima su leg¨ªtimo deseo de cobrar m¨¢s dinero. De zapatiestas andaban sus compa?eros, mientras ¨¦l, hosco y enfurru?ado, expresaba su disgusto am¨¦n de recordar a cuantos le escucharan que ¨¦l ya ha ganado ¡°cinco Copas de Europa¡±. Al rato, recibi¨® la contestaci¨®n de Florentino P¨¦rez, que harto de que le estropearan la fiesta con preguntas sobre el futuro del portugu¨¦s respondi¨® como para cerrar el debate: ¡°Yo tambi¨¦n he ganado cinco Copas de Europa¡±. Extra?a que en ese momento el entrevistador no preguntara al presidente del Madrid cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que salt¨® a un campo de f¨²tbol vestido de corto.
Pero la escena denota que entre P¨¦rez y Ronaldo las cosas est¨¢n tirantes, por no decir que las balas zumban que dan miedo. El mandatario no quiere tocar el sueldo del portugu¨¦s y este, con toda la raz¨®n, considera una afrenta estar a a?os luz de lo que ganan Messi y Neymar. Su hoja de servicios apoya su reivindicaci¨®n, pero sus pataletas a destiempo lo ¨²nico que hacen es apagar la alegr¨ªa del compa?ero que tiene al lado y del hincha que le venera. Desconoce aqu¨ª este propio que escribe si Cristiano aceptar¨¢ quedarse como est¨¢ (ya ser¨ªa raro), si Florentino dar¨¢ su brazo a torcer (raro, raro) o si alg¨²n club extranjero acceder¨¢ a pagar una millonada al Madrid y equiparar el sueldo del portugu¨¦s, que tiene 33 a?os, a los de Messi y Neymar (rar¨ªsimo). Hasta que se resuelva el enigma, no les extra?e que Cristiano siga encontrando compa?eros que le suenen los mocos, por mucho que ¨¦l se empe?e en soplarlos.
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