Espa?a juega asustada en Rusia
Ya se sab¨ªa que hay partidos que por m¨¢s desigualados que se presenten tienen dif¨ªcil soluci¨®n y m¨¢s en el Mundial
Juega Espa?a a ratos en el Mundial. Tiene momentos buenos, algunos regulares y tambi¨¦n malos o muy malos con independencia de que el rival sea Portugal o Ir¨¢n. Ha perdido estabilidad, chispa y control emocional, penalizada por la baja forma de jugadores fundamentales y por el nerviosismo, manifiesto en un excelente portero como De Gea. Aunque Rubiales cambi¨® a Lopetegui por Hierro, no se sabe muy bien qu¨¦ pasa ni a qu¨¦ viene tanto nerviosismo en unos jugadores que ten¨ªan memorizado el f¨²tbol cuando llegaron a Rusia.
Tirita la Roja. Quiz¨¢ huye del miedo, del temor a lo que pas¨® y a lo que puede pasar, como si se le hubiera olvidado jugar al 1-0 que tan bien funcion¨® en Sud¨¢frica, circunstancia que explicar¨ªa su buena disposici¨®n a atacar y su nula capacidad para defender, expuesta en varias ocasiones a que empatara Ir¨¢n. La gesti¨®n del 0-1 result¨® descorazonadora despu¨¦s de una esforzada labor en el campo de Kaz¨¢n. Ir¨¢n siempre podr¨¢ decir que le anularon el gol del empate por culpa del VAR. La tensi¨®n fue tremenda en el banquillo de Hierro.
Ya se sab¨ªa que hay partidos que por m¨¢s desigualados que se presenten tienen dif¨ªcil soluci¨®n y m¨¢s en el Mundial. No es una cuesti¨®n de alineaci¨®n sino de pies y cabeza, de juego y paciencia, de recursos y oficio, virtudes que se le suponen a Espa?a.
No pareci¨® mala idea que interviniera Hierro. La mejor manera de no reparar en la porter¨ªa propia cuando hay dudas sobre el guardameta y la zaga es apuntar a la contraria con buenos jugadores por las bandas, de manera que la apuesta por Carvajal y Lucas V¨¢zquez por Nacho y Koke en la derecha pareci¨® l¨®gica y consecuente si en la izquierda se juntaban Isco y Alba.
A Espa?a le conven¨ªa ensanchar el campo y deshacer el doble pivote, o si se quiere liberar a Busquets para someter a un rival que no concede ocasiones como Ir¨¢n. La simetr¨ªa y la est¨¦tica no garantizan en cualquier caso la victoria porque no siempre son resolutivas ante adversarios como el de Queiroz. El plan exig¨ªa finura y velocidad de bal¨®n y Espa?a tocaba imprecisa y al pie, lenta, sin encontrar la manera de atacar, falta de ritmo y profundidad, de volantes que rompieran y de tiro de media distancia, desquiciada por Ir¨¢n.
Resulta muy dif¨ªcil enfrentar a un adversario que busca el cuerpo a cuerpo, que gana metros y minutos en cada fuera de banda, en las reiteradas faltas a favor y en contra, experto en las interrupciones, en la bronca y en trampear el encuentro, en conseguir que no pase nada, excelentemente bien manejado por Queiroz. A falta de espacio, el gol lleg¨® de rebote, despu¨¦s de que un rechazo diera en la pierna de Diego Costa. El alivio, sin embargo, se convirti¨® pronto en una sorprendente tortura porque la selecci¨®n se puso a temblar como un flan en cada bal¨®n cruzado, los diez jugadores pendientes de De Gea, como si quisieran que el portero protagonizara la parada de la noche para que recupere el ¨¢nimo y el equipo se despegue en Rusia.
Necesita Espa?a recuperar la seguridad despu¨¦s de perder el bal¨®n y el gobierno de un partido cuyo resultado era cuesti¨®n de un gol como pasa en tantos del Mundial. Un gol puede condenar a un equipo o hacerle campe¨®n, una diferencia abismal a la que se agarra Espa?a para recuperar la confianza despu¨¦s del espanto con Ir¨¢n.
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