Espa?a, solo de rebote
La Roja supera a Ir¨¢n con muchos apuros y estar¨¢ en octavos si empata con Marruecos. Costa marca con fortuna y el VAR confirma la anulaci¨®n de un gol de la selecci¨®n asi¨¢tica
De rebote y con el buen ojo de un linier, validado por el VAR, Espa?a estar¨¢ en los octavos de final si el pr¨®ximo lunes 25 sella un simple empate con la eliminada Marruecos. Lo que ya parece sencillo, para nada lo fue frente a Ir¨¢n, que dio la lata de lo lindo al equipo de Fernando Hierro. La selecci¨®n iran¨ª se amurall¨® durante una hora, lo que tard¨® Diego Costa en abrir las mil cerraduras rivales. Tan crudo le resultaba todo a Espa?a que Costa hizo el gol a medias con un zaguero que no ajust¨® del todo un puntapi¨¦. Tan huesuda estuvo la jornada para Espa?a que un chivatazo al ¨¢rbitro de esos otros colegas del gran hermano del VAR dio la raz¨®n al asistente, que hab¨ªa se?alado ya antes fuera de juego, y evit¨® el empate iran¨ª. Sin gracia y m¨¢s zozobra de la prevista, pero Espa?a ya tiene la clasificaci¨®n a un paso.
Con el primer parpadeo del partido ya fue elocuente lo que le esperaba a Espa?a: un duelo con mucha correa. Porque hay que tener mucho aguante para descorchar a un rival graduado en una sola asignatura, la retaguardia. A cualquier jugador iran¨ª que se le hubiera preguntado por su primer oficio hubiera respondido: centinela a jornada completa de la selecci¨®n de f¨²tbol. Y lo dir¨ªa con orgullo, claro est¨¢. Solo hubo que ver c¨®mo se abrazaban y animaban los chicos de Queiroz tras cada cobertura, despu¨¦s de cada auxilio. En el f¨²tbol hay dos ¨¢reas, pero Ir¨¢n, hasta el gol en contra, solo se ocup¨® de su espesa vallada. Y lo hizo con un convencimiento vietnamita, sabedora de que esa es su mejor v¨ªa para competir en un Mundial.
A lo suyo, Ir¨¢n logr¨® que a Espa?a (a¨²n no ha sido la Roja, siempre de blanco en Rusia) se le encapotara el partido desde el inicio. Ni siquiera a esta selecci¨®n, tan apologista del toque, le gusta jugar al balonmano con el adversario. Obligada a ir de forma lineal de orilla a orilla, el conjunto de Hierro metaboliz¨® que estaba ante un partido g¨¢strico. De los que exigen tanta paciencia como temple para evitar el desquicie.
El seleccionador espa?ol anticip¨® el regreso de Carvajal y apuntal¨® su banda con Lucas. Una medida que cambi¨® el panorama a Silva, que ante Portugal apenas lig¨® con Nacho y Koke, los dos relevados ante los persas. Silva agradece que en su per¨ªmetro graviten jugadores de toque ¨¢gil y que le despejen la senda interior con sus vuelos por los costados. A Lucas, confuso, le cost¨® dar el carrete necesario a Silva. Pese a ello, el canario fue el ¨²nico en dejar alguna pisada en el primer acto. Frente a la montonera rival, a Espa?a le falt¨® una marcha, otro volumen al hacer circular la pelota. Y que no solo Isco se atreviera en el baile del uno contra uno. Cab¨ªa el riesgo. Con los once jugadores de Ir¨¢n en las cuerdas de su ¨¢rea, una p¨¦rdida dif¨ªcilmente hubiera derivado en una contra. A Ir¨¢n, De Gea le quedaba en Marte.
Inc¨®moda y sin dar con una rendija en la trinchera iran¨ª, Espa?a qued¨® limitada a varios centros rutinarios que casi siempre agradec¨ªan sus adversarios, encantados de barrer el juego frontal. Al equipo de Hierro le falt¨® chispa, ingenio, pero el tiempo menguaba a su favor. Los rondos como el del primer tiempo acaban por agotar a quien no tiene el sustento de la pelota. Y cuando se entumecen las piernas es m¨¢s probable que se nuble la cabeza y se pierda concentraci¨®n. As¨ª fue.
La segunda parte arranc¨® con una Espa?a m¨¢s suelta. Lucas ensanch¨® mejor el campo, Iniesta subi¨® de escala y Silva mantuvo el tono. La misma paciencia del primer tramo, pero con la pelota m¨¢s dicharachera. Hasta que Iniesta hizo un control de autor que le permiti¨® orientarse en direcci¨®n a Costa. Suficiente para que el manchego se ganara un espacio donde no lo hab¨ªa y para citar al ariete rumbo a la porter¨ªa de Beiranvand. Rezaeian fue al cruce, pero su desv¨ªo rebot¨® en una rodilla de Costa y el bal¨®n se fue a la red. Una carambola de gol. Y una evidencia: Costa est¨¢ iluminado, clava los suyos y, si no, lo hacen los contrarios por ¨¦l.
El gol no tuvo el efecto previsto. Derribado el muro, Espa?a ya pod¨ªa canalizar el juego sin tantos apretones. Y hab¨ªa que medir a Ir¨¢n en su faceta menos diligente, el ataque. Pues resulta que la selecci¨®n asi¨¢tica perit¨® mejor el ¨²ltimo tramo.
De repente, una Espa?a destartalada, sin patr¨®n, m¨¢s conservadora. Al tiempo, emergi¨® una Ir¨¢n con colmillo ofensivo. Ansarifard estuvo a un me?ique de empatar con un remate raso. Al filo de la hora, Ezatolahi emboc¨® tras un embrollo en el ¨¢rea de De Gea. Mientras los muchachos de Queiroz y sus ruidosos seguidores lo festejaban alborotados, el ¨¢rbitro uruguayo Andr¨¦s Cunha recibi¨® la confirmaci¨®n del VAR. Se lo pens¨® y anul¨® el tanto. Vaya usted a saber si por lo que pareci¨® un fuera de juego. O quiz¨¢ por lo que tambi¨¦n pareci¨® un golpeo con la mano de Azmoun. Convendr¨ªa que la FIFA y todos sus vares aclararan a la clientela los motivos de las condenas. Ni as¨ª se fundi¨® la conmovedora Ir¨¢n, que rem¨® de forma afanosa hasta el final. Espa?a no pudo concluir la faena tras un barullo en una acci¨®n atacante de Piqu¨¦, y no encontr¨® alivio hasta el cierre. No tuvo el gobierno que se le hubiera supuesto por su jerarqu¨ªa y enfil¨® hacia octavos salvo descalabro en una ¨²ltima jornada en la que le vale igualar con la abatida Marruecos.
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