Praggnanandhaa, de 12 a?os, hace sufrir a So, 7? del mundo, en la primera semifinal

Si alguien ten¨ªa dudas sobre el potencial de Rameshbabu Praggnanandhaa, ya no las tendr¨¢. El prodigioso indio, de 12 a?os, cay¨® por 2,5-1,5 ante el estadounidense Wesley So, 7? del mundo, en la primera semifinal del XXXI Ciudad de Le¨®n. Y a punto estuvo de dar una sorpresa tremenda: se impuso en el primer asalto tras un error garrafal de So; perdi¨® el 2? tras no ver un golpe ganador; hizo tablas en el 3? cuando ten¨ªa una ventaja aplastante; y cay¨® tras una larga lucha posicional en el 4?. Paco Vallejo y Jaime Santos disputar¨¢n este s¨¢bado la otra semifinal.

¡°Pragg es un genio¡±. Lo dijo So nada m¨¢s empezar la conferencia de prensa, a la que en Le¨®n tambi¨¦n asisten los espectadores, pocos minutos despu¨¦s de triunfar al borde del abismo. Ambos invirtieron 35 minutos analizando cada una de las cuatro partidas junto a Pepe Cuenca, uno de los comentaristas del torneo. Pragg apenas habl¨® -excepto para sugerir jugadas en los an¨¢lisis-, y dio la impresi¨®n de que su silencio no se deb¨ªa a la timidez propia de la edad, sino a las grandes y realistas ilusiones que se hab¨ªa hecho un rato antes de tumbar al 7? del mundo.

Y eso que la pelea inaugural parec¨ªa claramente decantada hacia So, quien logr¨® confundir a su joven rival con una apertura rara y una posici¨®n no menos extra?a. Sin embargo, So volvi¨® a dar muestras de que le cuesta entrar en calor durante los duelos a varias partidas: no fue preciso en la explotaci¨®n de su ventaja, lleg¨® a un final de claro empate y, cuando pod¨ªa forzarlo de inmediato, cometi¨® un error garrafal, similar al de la primera partida del a?o pasado frente al polaco Jan Duda. Nada m¨¢s debutar en Le¨®n, Pragg ya hab¨ªa justificado con creces su contrataci¨®n para la edici¨®n 31.

La hecatombe para So pudo haber sido poco menos que absoluta si el portentoso ni?o llega a ver el golpe fatal 8 Axf7+ tras un gran error del estadounidense en la apertura del segundo asalto. Pero, omitido ese recurso, So despert¨® por fin, impuso su oficio e igual¨® el marcador.

Pero la tranquilidad le dur¨® muy poco, porque Pragg lo enganch¨® con un golpe magistral en la jugada 19 de la 3? partida, que dej¨® al estadounidense contra las cuerdas. Pero So volvi¨® a recurrir a su experiencia competitiva para levantar una posici¨®n perdedora y convertirla en medio punto bals¨¢mico. Y lo mismo hizo en la ¨²ltima partida, pero esta vez explotando poco a poco durante mucho tiempo una peque?a ventaja. Sin embargo, el marcador final (2,5-1,5) esconde que So estuvo perdido en dos partidas, adem¨¢s de la que perdi¨®. Con independencia de los importantes errores que ¨¦l cometi¨®, quedo claro que tiene raz¨®n: Pragg es un genio.