El Tour anestesiado que quiere el Sky
Van Avermaet aumenta su ventaja en cabeza el primer d¨ªa de los Alpes, donde triunfa Alaphilippe y Ur¨¢n pierde 2m 36s con los favoritos
Los ganadores se arrogan el privilegio de la desmemoria, pero la memoria es el privilegio de los derrotados, de los ciclistas siempre, que en tiempos de modernidad se aferran como pueden a las ra¨ªces de su deporte antiguo. Cuando atraviesan lugares por los que ya han pedaleado en otros Tours, y el Tour es siempre volver a pasar, piensan, como piensan los aficionados tambi¨¦n, m¨¢s en los Tours pasados que en el que corren en ese momento, y cuando llegan al P¨¢ramo de Gli¨¨res, en Alta Saboya, un lugar nuevo para el Tour, Chris Froome pincha al entrar en el camino de tierra de siempre de un lugar de martirio que nadie quiere profanar con asfalto. Nadie le ataca. El pinchazo del gran favorito quedar¨¢ grabado ya en el lugar para Tours futuros, como qued¨® grabado en la memoria de todo el pelot¨®n, que pasa por all¨ª despacito, sin hacer ruido, tan respetuoso, que all¨ª en la Segunda Guerra Mundial miles de alemanes y de traidores de Vichy masacraron a m¨¢s de 100 maquis, algunos de ellos republicanos derrotados en Espa?a, cuya divisa era ¡°Vivir libre o morir¡±.
A tanto no llegan, por supuesto, los ciclistas, que el primer d¨ªa de Alpes suben y bajan monta?as anestesiados como quiere el Sky, que empieza a ganar el Tour por eliminaci¨®n, poquito a poquito, como si no quisieran que doliera. Y casi sin darse cuenta, de la lucha por la victoria final se empezaron a descolgar ya unos cuantos, como el colombiano Rigo Ur¨¢n (segundo el a?o pasado), el holand¨¦s Bauke Mollema o el t¨¢rtaro Ilnur Zakarin.
Del trantran mon¨®tono y agotador del equipo de Froome solo se liberaron una veintena que parti¨® en fuga. De entre ellos sali¨® el ganador de la etapa, Julian Alaphilippe, un franc¨¦s joven, un Valverde juvenil y audaz, y se emociona en Le Grand Bornand casi m¨¢s que cuando derrot¨® al murciano en la Flecha Valona, el d¨ªa que empez¨® a matar al padre y hacerse mayor. Lleva en la barba un intento de perilla de mosquetero, toda una declaraci¨®n de principios, y corre casi tan vol¨¢til como un elemento qu¨ªmico, alegre y con pedalada ligera y acelerada, casi electrizante, como si se sintiera el conejito de las pilas de la tele. No ganar¨¢ el Tour, ni lo intenta, pero s¨ª quiz¨¢s cavar¨¢ como Rey de la Monta?a, un objetivo muy valorado en el hex¨¢gono. En la fuga tambi¨¦n lleg¨® el l¨ªder de amarillo, Greg van Avermaet, que, como hace tres a?os, engord¨® ligeramente su renta antes de empezar a perderla definitivamente y regresar al anonimato del Tour.
El Tour lo quiere ganar Mikel Landa, a quien la memoria, los Tours pasados, le lleva a sus tiempos de miembro del tren anest¨¦sico Sky atravesando sin descarrilar Alpes y Pirineos. ¡°S¨ª, ya s¨¦ de qu¨¦ va, y lo que aburre sufri¨¦ndolo¡±, dice el alav¨¦s, quien comenz¨® el d¨ªa con susto, enganch¨¢ndose con la bici de Gaviria en el recorrido neutralizado junto al lago de Annecy. ¡°A todos se nos han ido las ganas de hacer nada¡±. Y oy¨¦ndole el aficionado tambi¨¦n recuerda otros Tours y la perfecci¨®n alcanzada por el equipo ingl¨¦s en su t¨¢ctica destructiva fingidamente indolora, usando a los gregarios m¨¢s pesados, Moscon y Rowe, en los primeros puertos, m¨¢s llevaderos para todos la Croix Fry y Gli¨¨res, , y aumentando poco a poco la velocidad con Castroviejo y Kwiatkowski en Romme, para llegar al frenes¨ª de su joya colombiana, Egan Bernal, en el final de la Colombi¨¨re, donde todos gritan s¨¢lvese quien pueda, Valverde padece un salto de cadena que le obliga a sprintar para no perder el paso, y Froome y Thomas marchan silbando a su rueda. Una forma como otra cualquiera de desintoxicar al cuerpo del llano que les ha asfixiado tantos d¨ªas,
La memoria de Nairo es el prado tan verde junto al lago tan azul de Annecy, de donde hace cinco a?os, y tambi¨¦n un d¨ªa de mucho calor, sali¨® la etapa que termin¨® en Semnoz con ¨¦l victorioso. Mientras pedalea sobre los rodillos en meta para desacelerar su coraz¨®n poco a poco, el colombiano responde con la mirada, una chispita de luz casi incandescente, tan viva, que brota de sus ojos oscuros cuando se le recuerda el aroma de aquel Tour, o cuando se le dice que Egan Bernal, tan fuerte, tan joven, corre llev¨¢ndole a ¨¦l en la memoria y en la voluntad el deseo de superarle alg¨²n d¨ªa. Pero cuando m¨¢s se anima, y hasta la apoya casi musitando las palabras, tan bajitas salen de su boca, es cuando se le menciona Alpe d¡¯Huez, el lugar en el que estuvo a punto de reventar sin anestesia el Tour de 2015, con Froome y su gregario Porte sufriendo deshidratados. ¡°Ah¨ª, ah¨ª¡±, llega a o¨ªrsele.
Nairo da la respuesta a la pregunta que no contestan los directores del Movistar ¨C¡°ya llegar¨¢ el momento¡±, dicen, ¡°por ahora vamos a seguir acumulando kil¨®metros de monta?a¡±--, que son conscientes de que la mejor fuerza con la que cuentan para acabar con todo el ritmo Sky es la de la capacidad de arriesgarse a perder todo con alguno de sus tres l¨ªderes atacando lejos. Ninguno quiere perder nada. Ninguno est¨¢ dispuesto a¨²n a ser como las abejas japonesas, que cuando una avispa se cuela en su colmena la rodean entre varias y la abrasan con el propio calor de su cuerpo multiplicado en su frenes¨ª. Viven seis d¨ªas menos que las que no participan, pero quiz¨¢s los viven mejor. Con su propia memoria.
Ion Izagirre, segundo
Bradley Wiggins, que sufri¨® a Chris Froome como segundo tan ambicioso y tan fuerte que tuvo que sobornarle para poder ganar el Tour de 2012, ya lo ha advertido: Froome tambi¨¦n lo pasar¨¢ muy mal si no aclara r¨¢pidamente que ¨¦l es el l¨ªder del Sky. Le llama a atacar, como si fuera un vulgar Movistar, lo que le obligar¨¢ a romper la t¨¢ctica del trantr¨¢n. Quedan dos d¨ªas de Alpes, y dos finales en alto, con Alpe d¡¯Huez esperando ma?ana.
Ion Izagirre no le disputa para nada el liderato del Bahr¨¦in a Vincenzo Nibali, todo lo contrario, es una especie de lugarteniente, y por eso, por ser un gregario ejemplar, estuvo a punto de ganar la etapa. ¡°Me infiltr¨¦ en la fuga por si Nibali se mov¨ªa atr¨¢s, y como llegamos hasta el final intent¨¦ disputar la victoria, pero Alaphilippe estaba muy fuerte, y acab¨¦ segundo¡±, dijo el hermano peque?o de los Izagirre, justo el ¨²ltimo espa?ol que gan¨® una etapa en el Tour. Lo hizo en la Joux Plane del Tour de 2016, cuando a¨²n corr¨ªa en el Movistar de Nairo y Valverde.
Con su hermano Gorka, con el que tambi¨¦n comparti¨® Movistar, lleva dos a?os a sueldo del reino de Bahr¨¦in, desde donde pasar¨¢n, probablemente, al terminar esta temporada a los vecinos Emiratos ?rabes Unidos, que patrocina otro equipo. As¨ª lo confirmaba en la salida de Annecy Mauro Gianetti, el m¨¢nager del UAE, quien precis¨® que la negociaci¨®n est¨¢ abierta con ambos hermanos y con su apoderado, el italiano Giuseppe Acquadro, que domina el gran carrusel de los traspasos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.