Los ¡®podcasts¡¯ de las viejas glorias
Landis, Armstrong y Wiggins mantienen espacios multimedia comentando la carrera que les convirti¨® en personajes universales
El Tour es la voz de quienes lo narran, y la imagen. Los exciclistas suelen acabar de comentaristas en la tele o en la radio convencionales, perpetuando los mitos, pero algunos excampeones (buenos y malos) con mucha personalidad buscan en sus podcasts crear una nueva tradici¨®n, un nuevo maillot para vestir al Tour centenario: hay quien le busca una casaca contracultural; otros creen m¨¢s en lo vintage;y tambi¨¦n los hay provocadores.
Floyd Landis cultiva marihuana en Colorado para venderla legalmente y no ha encontrado mejor manera de hacer publicidad de sus virtudes terap¨¦uticas que con un podcast por Youtube a medias con David Zabriskie, el ciclista de Utah con nombre de pel¨ªcula hippy de Antonioni que gan¨® una etapa de la Vuelta en Caravaca. La marca de los productos ¡ªaceite de hach¨ªs, geles, plantas¡¡ª a base de cannabis se llama Floyd¡¯s of Leadville y el podcast, Straight Dope (pura droga), y la pareja habla del Tour, por supuesto.
Es el Tour contracultural.
Hablan aparentemente fumados, con ese tono y esa risa tonta, lo que les permite salta con soltura y descaro de temas interesantes. Lo mismo recuerdan que en la antigua Rusia los pobres esperaban en la puerta de los ricos a que los criados sacaran los orinales de sus amos despu¨¦s de haberle dado a infusiones de amanita muscaria. Despu¨¦s se beb¨ªan la orina en la que el muscimol, el principio alucin¨®geno del hongo, atraviesa sin problemas el filtrado renal, que, sin embargo, retiene los alcaloides t¨®xicos de la seta. As¨ª que los pobres se colocaban mejor, cuentan, y tambi¨¦n que si la civilizaci¨®n occidental conoce el hach¨ªs y sus bondades es gracias a los ej¨¦rcitos coloniales de los varios Napole¨®n, que lo descubrieron en sus guerras en Egipto y en Argelia en el siglo XIX, y lo veneraron y extendieron su consumo.
En su desmesura extra¨ªda del libro Las drogas en la guerra, del polaco Lukasz Kamienski, la pareja formada ante el micr¨®fono por el ganador despojado del Tour de 2006 y por uno de los mejores gregarios de Lance Armstrong no llega a recomendar asaltar los anaqueles de orina guardados en los laboratorios antidopaje para conseguir doping barato, pero s¨ª a ligar el hach¨ªs, el ej¨¦rcito nada menos, Francia e, inevitablemente, su gran invento cultural, el Tour y el dopaje, con lo que disfrutan y hacen re¨ªr a sus oyentes. Sus enemigos son los biempensantes y los santurrones, cuyas actitudes ante la vida est¨¢n, recuerdan, ancladas en la hipocres¨ªa y la religi¨®n. Y se r¨ªen de Thomas y Froome, los mascarones de proa del Sky.
Landis nunca olvidar¨¢ que perdi¨® un Tour por dar positivo por la ¨²nica sustancia prohibida que asegura no hab¨ªa ingerido ese d¨ªa, testosterona, ni su compatriota, y culturalmente tan alejado, Lance Armstrong nunca dir¨¢ que no ha ganado siete Tours, no al menos a los oyentes de sus podcasts, en los que la palabra doping no se pronuncia. El tejano llama a conversar con ¨¦l a antiguos compa?eros, como George Hincapi¨¦, y al director-forjador de su equipo, Johan Bruyneel, y hablan en serio de los tiempos de subida a Alpe d¡¯Huez, de t¨¢cticas y cosas as¨ª. El doping es en sus emisiones radiof¨®nicas lo que los ingleses llaman un elefante rosa en la habitaci¨®n: todo el mundo lo ve pero todos hacen como que no est¨¢. Como mucho, Armstrong permite que la vida real entre en su programa de forma jovial y entonces habla de sexo y de que ¨¦l cree que solo Mario Cipollini era capaz de practicarlo cotidianamente durante el Tour. Y su audiencia se r¨ªe y llama para decirlo.
A Bradley Wiggins a¨²n no le han quitado el Tour que gan¨® en 2012, por lo que no se le suponen cuentas pendientes con la grande boucle, antes al contrario. En su podcast, emitido semanalmente a trav¨¦s de un canal convencional, el ingl¨¦s hace alarde de sentido del humor ingl¨¦s e intenta analizar con seriedad y sin mal genio, sobre todo, lo que puede dar de s¨ª la pareja Geraint Thomas-Chris Froome, heredera de la que form¨® ¨¦l mismo con Froome. El jueves, en la cima de Alpe d¡¯Huez, el colombiano Egan Bernal sufri¨® un lapsus cuando, a la pregunta de qui¨¦n es el l¨ªder en su Sky, Thomas o Froome, respondi¨® r¨¢pido, antes de pensarlo, que en el equipo ten¨ªan dos l¨ªderes¡ ¡°Bueno, no¡±, intent¨® rectificar, tarde, ¡°Froome es el l¨ªder, pero Thomas est¨¢ de amarillo y por eso le consideramos l¨ªder¡¡± Profundizando en esa contradicci¨®n, el experto Wiggins, que sufri¨® la insolencia de Froome, quien cada d¨ªa quer¨ªa demostrar que iba m¨¢s que ¨¦l, recuerda que el ide¨®logo del equipo, David Brailsford, todas las noches le convenc¨ªa de que ¨¦l pod¨ªa ganar el Tour. Tard¨® tiempo en saber que lo mismo le dec¨ªa a Froome: Brailsford quer¨ªa mantener a los dos delante por si uno fallaba. Y, dice Wiggins, lo mismo hace ahora.
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