El cometa Jakob Ingebrigtsen ilumina Berl¨ªn
El m¨¢s peque?o de los hermanos noruegos, de 17 a?os, suma el oro en los 5.000m a su victoria en los 1.500m el viernes
Anulado el intento boicoteador del falso escape de gas y mientras los marchadores dan vueltas por el centro de Berl¨ªn, Ram¨®n Cid, el director t¨¦cnico del atletismo espa?ol, reflexionaba en voz alta sobre la infalibilidad. Hablaba del atletismo polaco, cuya profundidad, medida comparando las mejores marcas de sus mejores atletas, es inferior a la del espa?ol en todas las pruebas, pero con una eficiencia en los campeonatos extraordinaria, y como prueba, Adam Kszczot, el triple campe¨®n de 800m. No daba con la respuesta a un enigma que quiz¨¢s no habr¨ªa lanzado al aire una hora despu¨¦s, cuando los tres marchadores espa?oles ganaron intratables.
Y la respuesta quiz¨¢s no la tengan los polacos, sino un noruego llamado Gjert Ingebrigtsen, padre y entrenador de tres hijos que ganan casi siempre. Dos eran conocidos, Filip y Henry, sucesivamente campeones de Europa de 1.500m en 2014 y 2016; Jakob, el tercero, del que todos hablaban desde hace un par de a?os, y del que se seguir¨¢ hablando m¨¢s a¨²n.
El viernes gan¨® los 1.500m, el tercero de la familia con el galard¨®n; este s¨¢bado gan¨® los 5.000m con unos magn¨ªficos 13m 17,06s (su mejor marca de siempre, conseguida despu¨¦s de haber corrido dos 1.500m durante la semana, y r¨¦cord europeo sub 20), y entr¨® ya en el pante¨®n de los m¨¢s grandes. Con 17 a?os, tras ganar los 1.500m, era el m¨¢s joven campe¨®n de Europa en la historia de los campeonatos; ni con 17 ni con 20 ni con 31, ni con ninguna edad, ning¨²n atleta hab¨ªa conseguido antes ganar los 1.500m y los 5.000m en el mismo campeonato. Ni Zatopek, ni Bannister, ni ninguno de los m¨¢s grandes, ni siquiera Michel Jazy, el franc¨¦s que m¨¢s se acerc¨® a la gesta, pero la hizo en dos campeonatos diferentes: en 1962 gan¨® los 1.500m; en 1966, los 5.000m.
Ni el suicidio de Antonio Abad¨ªa, que lanz¨® la carrera durante 500m a un ritmo elevado (2m 42s el kil¨®metro); ni la locura del suizo Wanders, que efectu¨® la gran criba hasta los 3.600m, afectaron en lo m¨¢s m¨ªnimo al chaval de Sandnes. Fue v¨ªctima del ritmo Mechaal, que no se recuper¨® bien del 10.000m del martes y abandon¨® justo cuando Jakob, acompa?ado de su hermano mayor, Henrik, siempre pegado a su espalda. Ascendi¨® hasta la cabeza y empez¨® a marcar su ley, estilo Mo Farah en sus mejores tiempos.
Y fue extraordinaria la frescura y la tranquilidad con la que un ni?o de 17 a?os aniquil¨® a los mejores fondistas europeos, curtidos, trabajados y entrenados durante a?os. En el podio sigui¨® escolt¨¢ndole su hermano Henrik, y tercero fue el franc¨¦s Amdouni, el ganador de los 10.000m.
El destino ya estaba escrito, hab¨ªa anunciado su padre el a?o pasado cuando el reto?o se convirti¨® en el primer chaval de 16 a?os que bajaba de los cuatro minutos en la milla, y este a?o a¨²n, en mayo, cuando dej¨® la marca en la milla en 3m 52,28s en Eugene (Oreg¨®n), en el pa¨ªs de Jim Ryun, el adolescente norteamericano de los a?os 60 con el que los m¨¢s fervorosos aficionados quieren compararlo.
Poco dado a considerar el valor de un deportista por su edad, al elogio al joven solo por ser joven, el t¨¦cnico espa?ol Jorge Gonz¨¢lez Amo, que corri¨® los 1.500m con Ryun en M¨¦xico 68, habla de que cada atleta, cada persona, tiene un periodo de esplendor f¨ªsico de cinco o 10 a?os que puede ir de los 17 a los 27 o de los 27 a los 37, que es indiferente. ¡°Pero no me gusta que a los j¨®venes tan j¨®venes se les convierta la vida solo en atletismo y atletismo. Hay m¨¢s cosas¡±, dice. ¡°?Qu¨¦ ser¨¢ cuando se acabe su carrera?¡±
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