Rodrigo se libera y vuela
El delantero del Valencia supera unos inicios muy dif¨ªciles en Mestalla y explota como un goleador completo que atrae el inter¨¦s de clubes como el Real Madrid
![Rodrigo marca el gol del empate del Valencia ante el Atl¨¦tico, el lunes en Mestalla.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/54QQV2M6V5KREUJHIOQSK6CGFQ.jpg?auth=ed4a87f2a96614e54a10c7f68e89638b79e685e5e07a8bb860d65b46dd46e733&width=414)
En ese conglomerado de muros de granito y alambradas de espino en el que ha convertido Marcelino al Valencia, Rodrigo Moreno (R¨ªo de Janeiro, 27 a?os) es la bayoneta calada cuando el equipo se despliega. El finalizador, el gol. Hay mucho de aporte personal del t¨¦cnico en el jugador, uno de sus alumnos m¨¢s aplicados. Y mucho empe?o del futbolista, que ha espantado su leyenda negra de goleador negado protegido por el agente Jorge Mendes. Hoy Rodrigo no solo es la mejor referencia ofensiva del Valencia, sino un delantero por el que clubes como el Real Madrid, con los buenos informes de Julen Lopetegui sobre la mesa ¡ªle convoc¨® para el Mundial de Rusia¡ª, preguntan precio: su cl¨¢usula es de 120 millones, aunque la mala situaci¨®n econ¨®mica del Valencia podr¨ªa contribuir a su salida en este mercado de verano.
En la parodia en la que se convirti¨® el vestuario del Valencia en los primeros a?os de Peter Lim, Rodrigo era de los jugadores m¨¢s profesionales, probablemente el m¨¢s perseverante. Tan educado y respetuoso que no abr¨ªa la boca para protestar cuando Nuno Esp¨ªrito Santo, el primer entrenador que se instal¨® en el club sin m¨¢s curr¨ªculo que el de ser amigo de Mendes, le orill¨® a la banda. All¨ª explot¨® su velocidad, pero lejos del ¨¢rea su influencia era nula.
Rodrigo hab¨ªa llegado en 2014 en una doble operaci¨®n de Mendes con el Benfica, la primera de muchas que realiz¨® el superagente entre el Valencia y el equipo portugu¨¦s, por la que el Valencia pag¨® 45 millones de euros por el hispanobrasile?o y por Andr¨¦ Gomes. En 30 millones se cifr¨® el traspaso de Rodrigo y en 15 el de Gomes. Ambos ven¨ªan de ser subcampeones de la Liga Europa tras perder contra el Sevilla.
Los primeros a?os fueron de plomo. El jugador, pese a su inanici¨®n goleadora, jugaba mucho, siempre protegido por el manto de Mendes , y la grada de Mestalla, fiel y pasional pero al mismo tiempo voraz y exigente con el error, convirti¨® a Rodrigo en la diana permanente de sus cr¨ªticas. En el d¨ªa a d¨ªa era el mejor pero el domingo era uno del mont¨®n. Un jugador de entrenamientos en un momento en el que el equipo demandaba jugadores resolutivos. En un tiempo de esquizofrenia, heredero del proceso de venta del club y de la decepci¨®n por la nefasta gesti¨®n de los primeros a?os de la empresa Meriton, al jugador se le colg¨® del cuello el cartelito de ¡°juega porque es de Mendes¡±. A Rodrigo le afect¨®. Eso y la millonada que se pag¨® por ¨¦l.
Perseverancia y car¨¢cter
El de R¨ªo no encontr¨® respuesta a sus dificultades, entre otras cosas por su perfil, altamente responsable, que le pasaba factura, y entr¨® en un bucle de bajo rendimiento. Dos lesiones, una rotura de ligamentos en la rodilla izquierda en 2015, y una fractura del tobillo derecho en 2017, se sumaron a sus desdichas.
Se march¨® Nuno, tras una segunda temporada donde el equipo enfil¨® el camino a la perdici¨®n. Llegaron los a?os negros de Gary Neville, Ayestar¨¢n y Prandelli, con Voro entre medias, abandonando su papel de delegado y ejerciendo de brigadista antiincendios. Rodrigo, mientras, segu¨ªa jugando. Jug¨® con Nuno, con Neville, con Ayestar¨¢n, con Prandelli y con Voro. Con estos dos ¨²ltimos empez¨® a brotar aunque su contribuci¨®n ante la porter¨ªa contraria era min¨²scula. Ante el chaparr¨®n se pod¨ªa haber refugiado en una salida a un club con un entorno de menor presi¨®n, pero prefiri¨® quedarse y persever¨® en superar su dificultad.
Ten¨ªa talento pero lleg¨® a un club volc¨¢nico con 23 a?os. Acumular minutos con todos los entrenadores no era casualidad. Rodrigo entrenaba como el mejor, era muy receptivo y su predisposici¨®n al trabajo era total. Todo cambi¨® con Marcelino, quien le ayud¨® a gestionar la mochila de la exigencia. Fueron muchas las ayudas en el club y hoy levanta troncos. Es un referente de consenso y ejerce de l¨ªder y capit¨¢n.
Marcelino lo sac¨® de la banda y lo puso de segundo delantero con libertad de movimientos. La confianza del t¨¦cnico y su consabida predisposici¨®n al trabajo encendieron la chispa y Rodrigo empez¨® a hacer goles. Su velocidad, su dinamismo, sus ca¨ªdas a banda, su pasito atr¨¢s para ayudar en la salida de bal¨®n, su capacidad asociativa, su juego al primer toque y su sensacional desmarque de ruptura lo llevaron a la porter¨ªa contraria, con la diferencia respecto a otros cursos de que convert¨ªa un alto porcentaje de ocasiones. Tras hacer 18 goles en las tres campa?as anteriores, el curso pasado marc¨® 19 entre Liga y Copa. Hab¨ªa mutado en un futbolista completo: el goleador de entrenamiento y el goleador de partido. Quien lo conoce cuenta que sin su car¨¢cter responsable y su capacidad de trabajo no lo hubiera conseguido pese a que sus habilidades eran innatas.
Hoy, en el debate abierto sobre la necesidad de refuerzos en el Real Madrid, se asocia su figura a la de Lopetegui. En la planta noble del Valencia intuyen que puede haber telefonazo para pedir precio si el t¨¦cnico vasco impone su fichaje por encima de otros candidatos con m¨¢s glamour. Pero est¨¢n preparados para fijar unas condiciones de salida muy duras. ¡°Rodrigo vale 120 millones de euros¡±, repiten. Y ya se sabe que en Mestalla el Madrid es el mayor enemigo. La grada no entender¨ªa que se fijara un precio menor por un jugador que vuela ya muy alto.
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