¡°La lucha no fue en vano¡±
Conchi Amancio, pionera del f¨²tbol femenino en Espa?a, reconstruye las dificultades hacia el profesionalismo y celebra la evoluci¨®n de los ¨²ltimos a?os
El distrito madrile?o de Villaverde, al sur de la capital, acogi¨® el primer partido de f¨²tbol femenino de la era moderna en Espa?a. Y ese mediod¨ªa de 1970, en el estadio Boetticher, luci¨® como nadie una ni?a de 13 a?os que entonces firm¨® cinco goles, los cinco de ese partido, y abri¨® una v¨ªa crucial. ¡°Hubo una explosi¨®n del f¨²tbol femenino¡±, recuerda a este peri¨®dico Concepci¨®n S¨¢nchez Freire (Madrid, 1957), a la que su irrupci¨®n le mereci¨® el sobrenombre de Conchi Amancio, en honor a una de las figuras hist¨®ricas del Real Madrid en los sesenta.
¡°Mi hermana y yo llegamos en autob¨²s y no hab¨ªa m¨¢s de 20 personas, pero cuando salimos del vestuario el campo estaba hasta arriba. Hab¨ªa unas 8.000, fue algo m¨¢gico¡±, aporta la madrile?a, precursora y pionera, art¨ªfice fundamental del despegue del f¨²tbol femenino en el pa¨ªs y orgullosa del buen devenir y la bonanza actual, despu¨¦s de sortear un sinf¨ªn de obst¨¢culos y terminar con el tab¨² de que las chicas no pueden tratar bien el cuero.
¡°Veo lo que est¨¢ consiguiendo la selecci¨®n sub-20 y me alegro por que todo lo que hemos luchado no haya sido en vano¡±, celebra la madrile?a, que a sus 60 a?os contempla con satisfacci¨®n el ¨¦xito de las espa?olas en el campeonato disputado en Francia. ¡°Me siento unida a ellas. Es un orgullo. Este ¨¦xito es el de todas las generaciones¡±, afirma Conchi Amancio antes de entrar en detalle del hist¨®rico estreno de 1970.
¡°?ramos unas benjaminas. Nuestro equipo era el Sizam y nos enfrent¨¢bamos al Mercacredit, pero como ¨¦ramos las m¨¢s peque?itas nos pusieron a cada una en uno. Quedamos 5-0 y yo met¨ª todos los goles¡±, cuenta; ¡°ese d¨ªa hab¨ªa muy buen rollo. No me dijeron ninguna burrada, y eso que yo sacaba los c¨®rners pegada a la gente. Al final se echaron al campo y tuvimos que salir escoltadas. Fue una fiesta¡±, rememora la madrile?a, que desde entonces se qued¨® con el apodo que todav¨ªa le acompa?a.
¡°Vino la prensa y me bautiz¨® as¨ª, Amancio. Fue un honor y adem¨¢s le conoc¨ª¡±, apostilla, a la vez que matiza que la mayor¨ªa de jugadoras que saltaron al campo aquel mediod¨ªa no volvieron a jugar un partido y que ese d¨ªa supuso un antes y un despu¨¦s: ¡°Desde ese partido las chicas empezaron a jugar m¨¢s. Se form¨® el Ol¨ªmpico de Villaverde y otros equipos en Madrid; surgieron como 300 en toda Espa?a, o al menos eso dec¨ªan en los peri¨®dicos. Se hicieron muchos reportajes que ahora han desaparecido. Hubo una explosi¨®n, mucha publicidad, muchas ni?as que quer¨ªan jugar al f¨²tbol. Estaba creciendo y la gente ven¨ªa a ver los partidos, pero las instituciones empezaron a boicotearlo, a hablar mal de ello. Nosotros solo quer¨ªamos disfrutar del deporte. La opini¨®n p¨²blica entonces cambi¨®. Hab¨ªa mucha ignorancia¡±.
A contracorriente, entre muchas dificultades, mostraron el camino pese a todas las adversidades. ¡°Hab¨ªa pocos campos, no ten¨ªamos donde entrenar. Lo hac¨ªamos en canchas de baloncesto, solo una hora. No hab¨ªa entrenadores preparados, pero siempre trabaj¨¢bamos much¨ªsimo. Fuimos una generaci¨®n que sin que nadie lo dijera hab¨ªamos hecho historia; ahora todo el mundo hace historia...¡±, precisa Amancio, la primera capitana de la selecci¨®n en un debut que transcurri¨® en La Condomina de Murcia, frente a Portugal, con un marcador definitivo de 3-3 y un buen pu?ado de contratiempos.
Selecci¨®n sin escudo
¡°Creo que era febrero de 1971, cuando la federaci¨®n a¨²n no reconoc¨ªa el f¨²tbol femenino, algo para lo que tuvo que pasar m¨¢s de una d¨¦cada. Pero no ¨¦ramos clandestinas, ese t¨¦rmino no me parece justo; jugamos delante de muchas personas¡±, evoca; ¡°¨¦ramos muy j¨®venes, no lleg¨¢bamos a los 15 ¨® 16 a?os, y las portuguesas eran tres a?os mayores. Cuando llegamos al estadio nos encontramos con la papeleta. Empez¨® a retrasarse, hab¨ªa l¨ªo...¡±. Y prosigue: ¡°Al ¨¢rbitro, un ¨¢rbitro federado, le prohibieron salir de negro con la vestimenta oficial. Se puso un ch¨¢ndal para sacar el partido adelante. Nosotras no pudimos salir con el escudo, pero quer¨ªamos jugar. Hab¨ªa unas 3.000 personas y hac¨ªa mal tiempo; lloviznaba, era un d¨ªa desapacible. Fue un triunfo empatar¡±.
Posteriormente llegaron los cruces contra Italia, dos en cada pa¨ªs. Una selecci¨®n que iba muy por delante, con una federaci¨®n propia y dominante en los setenta. ¡°Hab¨ªan quedado segundas en el Mundial de M¨¦xico, no reconocido por la FIFA. Su entrenador era Amadeo Amadei, un jugador hist¨®rico del calcio. Nosotras no ten¨ªamos federaci¨®n. De hecho, algunas fueron sin botas y tuvimos que comprarlas en un mercadillo¡±, recuerda en torno a una experiencia que le permiti¨® ganarse la vida haciendo aquello que m¨¢s le gustaba: ¡°Uno de esos partidos lo jugamos en Padua y all¨ª hab¨ªa observadores del Gamma 3. Me vieron y se enamoraron de mi juego. Era un equipo puntero, el m¨¢s profesional. Hac¨ªa lo que se est¨¢ tratando de hacer ahora. Eran emprendedores. El nombre ven¨ªa de su negocio de l¨¢mparas de dise?o. En Espa?a ganaba unas 400 pesetas al mes, pero all¨ª ya fue m¨¢s. Viv¨ª del f¨²tbol¡±.
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