Reparto de bienes
Lo f¨¢cil es concentrarse en marzo y hacer cenas de la conjura antes de Champions; lo dif¨ªcil es decirle a una plantilla saciada que en verano se juega la vida contra tres modestos
El s¨¢bado por la noche vimos Hereditary, una pel¨ªcula que aborda la destrucci¨®n del tejido de la familia tradicional cuando a uno de sus miembros se le da por ser del Real Madrid. Hay una escena maravillosa -toda la pel¨ªcula, para los que gusten del g¨¦nero de terror, lo es- en la que a un adolescente se le aparecen muertos toda la noche, un miembro de su familia quiere arrancarle la cabeza y a su hermana se le cae el cr¨¢neo al suelo; pues bien, de ma?ana aparece el chico saliendo de la habitaci¨®n, con la mochila a la espalda en direcci¨®n al colegio con cara de "menuda nochecita". El Madrid despu¨¦s de la salida de Cristiano, pens¨¦; el Madrid yendo a la Liga como al instituto despu¨¦s de una mala noche, y sacarlo adelante a la espera de que la siguiente noche se presente Sat¨¢n directamente en el cuarto para llevarte con ¨¦l y explicarle que no, que ma?ana hay control de Sociales. ?Que ya te gustar¨ªa!
As¨ª estos Getafe, Girona y Legan¨¦s, los rivales del Madrid en la Liga tras perder a su mejor jugador y su entrenador, el emblema y la leyenda, y rodear al portero titular hasta rendirlo. Tres rivales con los que una plantilla de esa suficiencia hubiera perdido puntos casi celebr¨¢ndolo, en plan dejad que nos calentemos que venimos de ganar cuatro Champions. El Madrid de Lopetegui es, antes que cualquier cosa, lo que debe de ser un equipo grande en agosto: un equipo en tensi¨®n. Lo f¨¢cil es concentrarse en marzo y hacer cenas de la conjura antes de una eliminatoria en Champions; lo dif¨ªcil es decirle a una plantilla saciada que en verano se juega la vida contra tres modestos, y que te obedezcan. Se acaba jugando, en las cartas y en el f¨²tbol, como se vive, y el Madrid vive ahora para saldar una deuda, la de una final perdida contra el Atleti, y cobrar una herencia millonaria: la que ha dejado Cristiano Ronaldo.
Cristiano (gan¨® todo con el Madrid e hizo que el Madrid lo ganase todo, pero no consigui¨® llamarse lo que ped¨ªa en su camiseta: Ronaldo) ha dejado en el Madrid el estado de ansiedad de una familia que tiene que repartirse tierras. Depositado el simb¨®lico 7 en un jugador sin presiones extraterrestres, hay unos 50 goles a repartir en una plantilla que orbitaba, con ¨¦xito, alrededor de ¨¦l y ahora debe acostumbrarse a orbitar sobre s¨ª misma. Si se abstiene de melancol¨ªa, como parece estar haciendo, lo que queda por ver en el Bernab¨¦u es el espect¨¢culo ambicioso que puede verse en el despacho de cualquier notar¨ªa de ricos en Madrid. Sin faltar a clase as¨ª se caiga el cielo.
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