Generaci¨®n melanc¨®lica
En 'Barraca y tangana' Enrique Ballester despierta los recuerdos de los que nacieron en los ochenta
No quiere hacerlo, pero ya le toca. A la generaci¨®n de los nacidos a principios de los ochenta les va llegando el momento de asumir el mando. Ese instante que tan bien describi¨® Joseph Conrad relatando su transformaci¨®n de joven marino a capit¨¢n. Cuando ya nadie te da consejos, cuando en la soledad de la noche has de mantener el tim¨®n y al mirar hacia abajo ves una multitud y, si alzas la vista, apenas ves a unos pocos.
Es, en muchos casos, una generaci¨®n melanc¨®lica, con un especial cari?o por los noventa. Con cierto anclaje emocional en aquellos a?os. Recuerda a Los Manolos cantando Amigos para siempre en los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92, creci¨® viendo series como Farmacia de guardia y M¨¦dico de familia y vio su adolescencia finiquitada con la llegada del euro.
En lo deportivo ¡ªy en todo lo dem¨¢s¡ª tiende a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. En eso se parece mucho a todas las generaciones de la historia. Enrique Ballester es una de las voces m¨¢s frescas y n¨ªtidas de esa hornada de los 80. En Barraca y tangana (Libros del K.O.) se recogen 83 de sus art¨ªculos. Textos en los que parece que habla de f¨²tbol pero que, en realidad, est¨¢n hablando de la vida y en los que sus coet¨¢neos se sentir¨¢n reflejados.
Porque, quien m¨¢s quien menos, dud¨® alguna vez si guardar una partida en el PC F¨²tbol despu¨¦s de perder una final; se ha dado cuenta ya de que no puede salir tres d¨ªas por semana; recuerda el Messenger como un gran invento inexplicable hoy en d¨ªa; odi¨® a Javier Clemente y hoy piensa que a veces no le falta raz¨®n; y, c¨®mo no recordarlo, sali¨® de su casa un d¨ªa para comprar el ¨²ltimo disco de Amistades Peligrosas o de Ella Baila Sola.
Ballester ha curtido su pasi¨®n futbolera con el Castell¨®n, circunstancia que puede ayudar a explicar esa melancol¨ªa que el autor llega a sentir de s¨ª mismo. El equipo blanquinegro ha tocado el cielo de la Primera Divisi¨®n y ha digerido con paciencia el infierno de la Tercera. Un material fant¨¢stico para alguien con talento. Ganar cada domingo no es nada inspirador. Y tampoco es vida.
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