La Ryder Cup se gana en equipo
Europa conquista su cuarto trofeo en las cinco ¨²ltimas ediciones con una demostraci¨®n de sentimiento colectivo que eclipsa a las estrellas de Estados Unidos
La Ryder es de Europa. Fue necesaria una jornada de individuales de much¨ªsimos nervios y tensi¨®n para que la copa regresara al viejo continente (17,5 a 10,5). Lo hizo con acento espa?ol. Jon Rahm gan¨® su partido contra Tiger Woods, decisivo para sofocar la remontada de Estados Unidos (2&1), y Sergio Garc¨ªa se convirti¨® con 25,5 puntos en el m¨¢ximo anotador en la historia de la competici¨®n, por delante de Nick Faldo. El apasionante duelo contra Estados Unidos que engrandecieron Seve y Olazabal sigue hablando espa?ol.
Resultados de los partidos individuales
Partidos individuales:
Justin Thomas a Rory McIlroy, 1 arriba.
Paul Casey y Brooks Koepka, empate.
Webb Simpson a Justin Rose, 3&2.
Jon Rahm a Tiger Woods, 2&1.
Tony Finau a Tommy Fleetwood, 6&4.
Ian Poulter a Dustin Johnson, 2 arriba.
Thorbjorn Olesen a Jordan Spieth, 5&4.
Sergio Garc¨ªa a Rickie Fowler, 2&1.
Francesco Molinari a Phil Mickelson, 4&2.
Patrick Reed a Tyrrell Hatton, 3&2.
Henrik Stenson a Bubba Watson, 5&4.
Alex Noren a Bryson DeChambeau, 1 arriba.
Total: 7,5 para Europa, 4,5 para EEUU.
Fourballs del viernes: Europa, 1; EEUU, 3.
Foursomes del viernes: Europa, 4; EEUU, 0.
Fourballs del s¨¢bado: Europa, 3; EEUU, 1.
Foursomes del s¨¢bado: Europa, 2; EEUU, 2.
Total de la Ryder: Europa, 17,5; EEUU, 10,5.
La ventaja con la que los jugadores europeos hab¨ªan comenzado la ma?ana (10-6) se fue diluyendo poco a poco hasta verse recortada a un punto (10,5 a 9,5). Justin Thomas hab¨ªa ganado el primer partido a Rory McIlroy en un duelo clave porque pod¨ªa apagar o encender la revoluci¨®n americana. La mecha prendi¨®. Paul Casey sud¨® para empatar con Brooks Koepka, y Webb Simpson volvi¨® a hacer creer a Estados Unidos con su triunfo por 3&2 ante Justin Rose. Todas las miradas se dirigieron entonces hacia el cuarto partido del d¨ªa: Jon Rahm contra Tiger Woods. En ese choque generacional se estaba decidiendo un buen bocado de la Ryder. Un partido con el que hab¨ªa so?ado el joven vasco (23 a?os). En una Ryder Cup jug¨¢ndose la vida contra el ¨ªdolo que ha vuelto (42 a?os) y con Michael Jordan en primera fila en la salida. Jon entre mitos.
La explosi¨®n de Rahm cuando en el 17 meti¨® el putt para ganar el hoyo y el partido fue monumental. Tir¨® el palo, grit¨®, se golpe¨® el pecho... Por fin hab¨ªa ganado un punto para Europa (el primero entero en la jornada del domingo) despu¨¦s de dos derrotas que le hab¨ªan hecho pensar que estaba defraudando al grupo. Para alguien tan pasional como Rahm, era una tortura interior. El partido con Tiger fue una combinaci¨®n de grandes golpes con otros fallados cuando las manos temblaban. Era el peso de la historia. Y m¨¢s si Tiger remontaba (eagle en el 9) y apretaba el pu?o. Hab¨ªa que ser muy fuerte para aguantar tanta adrenalina. Rahm es de acero. Todos los demonios desaparecieron con ese golpe del 17 que le hizo enloquecer. Solo baj¨® de revoluciones para aceptar la felicitaci¨®n de Tiger y dedicarle unas palabras de admiraci¨®n. Luego volvi¨® el ¨¦xtasis. Y las l¨¢grimas de felicidad despu¨¦s de tanta tensi¨®n acumulada.
Sab¨ªa Rahm, sab¨ªa Europa, que esa victoria era fundamental. Olesen hab¨ªa barrido ya a Jordan Spieth con una exhibici¨®n (5&4), y cuando Poulter, el hombre con la Ryder pintada en la cara, defendi¨® con 2 arriba el punto ante Dustin Johnson (un caballero Poulter, primero le dio la mano, luego lo festej¨®), ya hab¨ªa pelota de partido. El triunfo lleg¨® de una extra?a manera, con una bola de Mickelson al agua que decidi¨® el duelo ante Molinari (4&2). Espectacular el italiano, con cinco de cinco, el primer europeo en conseguirlo nunca y registro in¨¦dito desde 1979, y parte de una pareja invencible con Fleetwood (Moliwood, como les han bautizado). La Ryder no hubiera sido posible sin Molinari, que ya este a?o gan¨® el Open Brit¨¢nico, y sin el carisma de Fleetwood.
No hizo falta esperar al choque de Sergio Garc¨ªa con Fowler, aunque el espa?ol (2&1) consigui¨® su hueco en los altares: con 25,5 puntos en su palmar¨¦s, dej¨® atr¨¢s a otros gigantes: Faldo (25), Langer (24), Colin Montgomerie (23,5), y m¨¢s atr¨¢s, Seve (22,5), Olazabal (20,5), Nicklaus (18,5)... El Ni?o es de leyenda. Al terminar, lanz¨® un beso al cielo. Para Celia Barqu¨ªn.
Par¨ªs no fue Medinah y Estados Unidos se qued¨® sin milagro y sin ajustar cuentas pendientes. Hace 25 a?os que las estrellas americanas no vencen en suelo visitante (1993, The Belfry), el mismo tiempo en el que no logran imponerse en dos ediciones consecutivas. La deuda continuar¨¢. Europa ha hecho suya la competici¨®n desde que en 1979 los jugadores continentales se unieran a los brit¨¢nicos en esta guerra de los mundos. El gigante americano ya ten¨ªa un rival a su altura. Y cuando Seve espant¨® los complejos, todo cambi¨®. Desde ese a?o bisagra, Europa ha ganado 12 de las 20 ediciones de la Ryder. Son siete de las nueve ¨²ltimas, cuatro de cinco. La reconquista se ha cimentado en la fuerza del grupo: todos los jugadores locales han sumado al menos un punto. Europa brilla m¨¢s que su rival en fourballs (87 por 74) y foursomes (85,5 por 74,5), y sin embargo cede en los individuales (115 por 125).
Estados Unidos puede dominar el ranking mundial, tener m¨¢s n¨²meros uno y ganar m¨¢s grandes, pero cuando se trata de jugar en equipo, los galones no lo son todo. Aunque los USA ha dado pasos en el arraigo de ese esp¨ªritu gremial, no est¨¢ en su ADN. No hay mejor s¨ªntoma que Tiger, un ganador universal cuando ha funcionado como marca propia, vencedor de 14 grandes, pero un jugador del mont¨®n cuando se ha alistado bajo la bandera de su pa¨ªs. Por resultados (solo una Ryder ganada de ocho jugadas, 21 derrotas en sus partidos por 13 victorias, cero puntos en Par¨ªs) como por su ascendencia en el vestuario. Tiger nunca ha sido ese l¨ªder que todo equipo ganador necesita, un capit¨¢n del barco. Tampoco el ejemplo para que a su sombra crecieran otros lugartenientes. Justo lo que Seve hizo con Olazabal. Ense?ar y aprender. La herencia ha calado en Europa, donde hoy se pelea hombro con hombro. Eso es la Ryder. As¨ª se gana.
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