La lecci¨®n de la Ryder para el ¡®salvaje¡¯ Jon Rahm
El vasco ha aprendido a gestionar las emociones y sale de Par¨ªs con un ¡°aprendizaje brutal¡±, seg¨²n su preparador mental
No mirarle. La clave era no mirar a Tiger Woods. Jon Rahm deb¨ªa centrarse en su bola, en su partido, en conseguir ese punto que Europa necesitaba para amarrar su triunfo en la Ryder Cup. El novato se impuso como ejercicio mental fijarse lo menos posible en el mito que ten¨ªa al lado. La primera vez en su carrera que pod¨ªa jugar con su ¨ªdolo y deb¨ªa ignorarle. Hab¨ªa algo m¨¢s importante en juego que guardar ese instante en la memoria. Rahm deb¨ªa ganar. Por su equipo y por ¨¦l. Gan¨®. Y todas sus emociones estallaron con ese putt decisivo que encarril¨® la victoria ante EE UU (17,5 a 10,5). Su primera Ryder, un aficionado que grita ?Viva Seve!, el recuerdo a su abuelo fallecido hace un mes, Tiger como rival¡ Apenas pudo contener las l¨¢grimas cuando Woods le felicit¨®.
La Ryder y Rahm. Pocas mezclas pueden ser tan explosivas. Gestionar ese cocktail era un reto. ¡°La Ryder tiene un componente emocional que no tiene ninguna otra competici¨®n¡±, explica Joseba del Carmen, preparador mental de Rahm. ¡°Jugar en equipo hace que se multipliquen las emociones. Todo es m¨¢s grande que en un torneo individual. Los jugadores se alimentan entre s¨ª sentimentalmente. A los golfistas les gusta, pero no est¨¢n acostumbrados. Y en el caso de Jon, que es muy pasional, todo era todav¨ªa mayor. Para ¨¦l era un sue?o hecho realidad, y entr¨® en juego el peso de vivir algo que parec¨ªa imposible. Se puso mucha presi¨®n sobre s¨ª mismo. Es lo que le ha hecho ser uno de los mejores del mundo. Est¨¢ preparado. Asume la responsabilidad al 100% en todo lo que hace. Y en la Ryder la asumi¨® con todas las consecuencias¡±, detalla Del Carmen.
Seve tambi¨¦n perdi¨® su primer partido
Seve era ¨²nico. "Nunca le vi nervioso", comenta Antonio Garrido, junto a Ballesteros los primeros europeos continentales en jugar la Ryder, en 1979. "Ni siquiera entonces. Seve ten¨ªa 22 a?os, yo era mayor, y el adulto parec¨ªa ¨¦l. ?Si me daba consejos a m¨ª! Era todo emoci¨®n, lucha, tes¨®n". En su debut, Seve tambi¨¦n perdi¨® su primer partido. En fourballs con Garrido contra Wadkins y Nelson, por 2&1. Solo gan¨® un punto de cinco. Rahm, uno de tres.
Las dos derrotas en fourballs hirieron el orgullo de Rahm. En el vestuario europeo le dejaron solo. Sab¨ªan que el volc¨¢n deb¨ªa enfriarse. Tard¨® una hora y media. Rahm se recriminaba a s¨ª mismo haber fallado pese a que todos intentaban serenarle. Solo en su mente estaba que un debutante de 23 a?os, el m¨¢s joven en todo el campo, no pod¨ªa fallar. Cuando lo hizo, se derrumb¨®.
Al rescate acudi¨® Chema Olazabal. Rahm escuch¨® la voz de la experiencia. Olazabal era ¡°un flan¡± cuando en 1987 se dirig¨ªa con Seve Ballesteros al tee del 1. Ese hervidero que es la Ryder abrumaba a un chico de 21 a?os. Solo el temple del c¨¢ntabro dio firmeza a sus manos para ganar tres puntos de cuatro como pareja ¡ªluego Chema perder¨ªa contra Payne Stewart en individuales¡ª.
Rahm estaba igual de nervioso el primer d¨ªa en la salida. N¨¢useas, est¨®mago revuelto¡ ¡°El coraz¨®n me iba a mil por hora. Est¨¢ feo decirlo, pero casi me cago encima¡±, admiti¨® Rahm. As¨ª comenz¨® un camino que acabar¨ªa en ese hist¨®rico partido ante Tiger. ¡°Era el mejor momento para jugar con ¨¦l¡±, dice Del Carmen; ¡°ante su ¨ªdolo de toda la vida, despu¨¦s de su espectacular regreso y con toda la gente que arrastra Woods. Era perfecto, el colof¨®n¡±. As¨ª fue. El broche a ¡°una semana de aprendizaje brutal¡±, comenta su preparador mental. ¡°Va a salir como mejor jugador y como mejor persona. Jon ha dado un salto muy grande este a?o en la gesti¨®n de las emociones. Ha de mantener su esencia, s¨ª, pero a la vez encontrar el equilibrio con las cosas que ha de mejorar, el equilibrio entre qui¨¦n eres y qui¨¦n te crees que eres. ?l es un jugador que expresa muy bien sus emociones, y esas emociones han de salir, no puede ser un robot. Son un caballo salvaje que hay que domar¡±.
¡°Jon ha tra¨ªdo su pasi¨®n¡±, afirm¨® Sergio Garc¨ªa, con quien no lleg¨® a formar pareja. En poco m¨¢s de dos a?os como profesional, Rahm ha vivido casi de todo. Su irrupci¨®n ha sido mete¨®rica. Ha tenido opciones de ser n¨²mero uno del mundo, ha luchado por la victoria en el Masters y se ha convertido en una estrella en Estados Unidos. Con solo 23 a?os. Jugar contra Tiger era otro cap¨ªtulo que deb¨ªa vivir. Otro pelda?o hacia su siguiente gran reto: ganar un grande.
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