Buriram: un estadio, la batalla cervecera y el calor reciben a MotoGP
El primer Gran Premio de Tailandia espera a 200.000 aficionados en un fin de semana en el que M¨¢rquez puede dejar el Mundial visto para sentencia
Tailandia, un pa¨ªs en el que 9 de cada 10 personas dicen tener una motocicleta, el segundo pa¨ªs con mayor mortalidad del mundo por accidente de tr¨¢fico, un escenario en el que los usuarios de coche van sin cintur¨®n y los de moto, sin casco y en el que mueren en la carretera una media de 66 personas al d¨ªa, acoge este fin de semana su primer gran premio de motociclismo. Y marcar¨¢ el inicio de una ruta que continuar¨¢ en dos semanas en Jap¨®n y los siguientes dos domingos en Australia y Malasia. Una ruta sin apenas descanso en la que, seguramente, se decidir¨¢ un campeonato que puede dar a Marc M¨¢rquez su s¨¦ptimo t¨ªtulo mundial.
Debuta Tailandia en el calendario de MotoGP y lo hace en Buriram, la ciudad de la alegr¨ªa en tailand¨¦s, 400 kil¨®metros al este de Bangkok, un destino en el que abundan los templos, esculturas grandiosas de elefantes coronan las rotondas y la gente siempre sonr¨ªe. Buriram es, tambi¨¦n, una ciudad que cabe, entera, en su estadio de f¨²tbol. El equipo, el Buriram United, l¨ªder de la liga tailandesa, fue fundado en 1970 cerca de Bangkok y apenas hace ocho a?os que se instal¨® en la ciudad que hoy le da nombre despu¨¦s de que la propiedad pasara a manos de un pol¨ªtico de la zona, el mismo al que se debe hoy este gran premio. Y los triunfos del Buriram, que ha ganado 17 t¨ªtulos desde entonces. El estadio, el Chang Arena, situado a escasos metros del circuito de velocidad, tiene capacidad para 32.600 espectadores y se llena cada d¨ªa de partido por mucho que parezca dif¨ªcil de asumir cuando se comprueba el dato oficial de habitantes en la ciudad: 28.333, de acuerdo con el ¨²ltimo censo conocido, de hace tres a?os.
El Chang Arena y el circuito comparten patrocinador principal: la cervecera Chang, la m¨¢s popular del pa¨ªs, la que m¨¢s ha crecido desde su fundaci¨®n en 1995, y en constante comparaci¨®n con Singha, ligeramente m¨¢s cara, la cerveza tailandesa m¨¢s conocida internacionalmente, la patrocinadora principal del gran premio, maniobra brillante en casa de la competencia. Adem¨¢s, el logotipo de la pista es casi id¨¦ntico al escudo del equipo de f¨²tbol. No en vano, los dos terrenos de juego son propiedad de Newin Chidchob, pol¨ªtico, miembro del gobierno que fue derrocado en un golpe de estado el 2006 y, desde el 2010, presidente del club de f¨²tbol. ?l fue, adem¨¢s, el que se empe?¨® en construir un circuito para que el pa¨ªs celebrara un gran premio de F¨®rmula 1, aunque finalmente tuvo que conformarse con acoger una cita de MotoGP, un proyecto m¨¢s econ¨®mico y para el que cuenta con el apoyo del gobierno, que accedi¨® a abonar casi ocho millones de euros como canon por el gran premio.
No es posible adivinar hoy cu¨¢nta gente hubiera querido ver en directo a Hamilton y Vettel, pero s¨ª se sabe que la expectaci¨®n es m¨¢xima con M¨¢rquez y compa?¨ªa. A pesar de los precios, nada econ¨®micos para el p¨²blico local ¨Cun abono de tres d¨ªas para una tribuna lateral cuesta 53 euros al cambio, el de la tribuna principal, 107¨C, un p¨²blico acostumbrado a salir a cenar y no dejarse m¨¢s de tres euros por cabeza. Claro que, para que todos tengan la posibilidad de catar el espect¨¢culo, se han puesto a la venta tambi¨¦n entradas que dan acceso, ¨²nicamente, a la zona comercial: 13 euros al d¨ªa por asomarse a las tiendas donde se venden las camisetas oficiales de Rossi. Los organizadores aseguran que las gradas, con capacidad para 100.000 personas, se llenar¨¢n y que durante todo el fin de semana asistir¨¢n al Chang International Circuit cerca de 200.000 aficionados, incluidos aquellos que vean las carreras en una pantalla.
El resto, los que m¨¢s, se distribuir¨¢n en unas tribunas que, m¨¢s all¨¢ de la grada central, de obra, parecen cogidas con alambres. Buena la organizaci¨®n del evento, magn¨ªficas las instalaciones, el de las tribunas es el ¨²nico detalle que parece chirriar en un circuito que gusta y que ha corregido el ¨²nico punto que los pilotos se?alaron como peligroso: la entrada y la salida del pit lane, para las que se han ganado unos metros. ¡°Dentro de las posibilidades que hay, creo que ahora es m¨¢s seguro¡±, convino M¨¢rquez.
Sobre el papel, el espa?ol parte como favorito en un trazado en el que dominaron las Honda el pasado invierno, cuando probaron la pista por primera vez los pilotos de MotoGP. Una pista con dos segmentos bien diferenciados, el primero con mucha recta, muy r¨¢pido, aburrido, dicen muchos; el segundo, m¨¢s revirado, m¨¢s estrecho, m¨¢s entretenido al fin y al cabo. All¨ª ser¨¢ donde se puedan marcar diferencias, donde las Ducati ¨Cqui¨¦n sabe si tambi¨¦n Lorenzo, que camina ayudado de unas muletas¨C traten de poner en complicaci¨®n, una carrera m¨¢s, al 93. Solo si M¨¢rquez queda por delante de Dovizioso el domingo podr¨¢ prepararse para cantar el alir¨®n en Jap¨®n. Antes de eso, unos y otros deber¨¢n lidiar con el sofocante calor, m¨¢s de 30 grados; la terrible humedad, superior al 70%. Y los chaparrones por sorpresa.
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