Oro para chinos y chinas, y bronce amargo de Rusia

China ha ganado su segunda Olimpiada (la primera fue en 2014) medio siglo despu¨¦s de que su Gobierno prohibiera el ajedrez durante diez a?os, por mejor desempate que EEUU y Rusia, cuyo bronce sabe a fracaso porque s¨®lo se ha enfrentado con tres de los diez primeros cabezas de serie. China triunfa tambi¨¦n en la competici¨®n femenina, por quinta vez, seguida de Ucrania y Georgia. La espa?ola Ana Matnadze consigue el bronce individual en el tercer tablero.

El ajedrez, en su variante universal, era muy minoritario en China, mucho menos popular que el ajedrez chino (xiangqi) y el go, que ten¨ªan muchos millones de practicantes. Poco antes del final de la Revoluci¨®n Cultural (1966-1976), alguna mente preclara e influyente en Pek¨ªn comprendi¨® que prohibir la m¨²sica de Beethoven o el ajedrez internacional por considerarlos ¡°occidentales¡± carec¨ªa de sentido alguno. El cambio de tim¨®n fue radical: el Gobierno decidi¨® estimular el trasvase del mayor n¨²mero de jugadores posibles del ajedrez chino al internacional, y apost¨® en primer lugar por potenciar el ajedrez femenino: s¨®lo quince a?os despu¨¦s, en 1991, Xie Jun era la primera campeona del mundo china.

Entonces lleg¨® la gran inversi¨®n en el ajedrez masculino que cristaliz¨® en 2014 con el oro en la Olimpiada de Troms? (Noruega), y nueve chinos entre los cien mejores del mundo. En esta Olimpiada de Batumi, China parti¨® como tercer cabeza de serie, tras EEUU y Rusia, pero su triunfo tiene poco de sorprendente porque el equipo es muy compacto: es posible que falle uno de los cinco, pero muy improbable que los flojos sean dos. De hecho, Yi Wei, n¨²mero uno sub 20 del mundo, la gran esperanza china para ser campe¨®n del mundo a medio plazo, ha jugado muy por debajo de su nivel, pero sus cuatro compa?eros han tapado el agujero. Sobre todo, Liren Ding en el primer tablero, quien adem¨¢s se ha llevado el oro individual, y Xiangzi Bu en el tercero, con Yangzi Yu y Chao Li cumpliendo bien como segundo y suplente, respectivamente.

Adem¨¢s del buen juego general y de un f¨¦rreo esp¨ªritu de equipo, China ha tenido suerte en las carambolas de resultados de la ¨²ltima ronda. Su coeficiente de desempate (que se llama Sonnenborn-Berger, y depende b¨¢sicamente, con ciertos ajustes matem¨¢ticos, de los puntos obtenidos por los rivales de los empatados en las once rondas) tras la pen¨²ltima era claramente mejor que el de EEUU. De ah¨ª que el capit¨¢n estadounidense John Donaldson, entrase con una sonrisa abierta en la sala de prensa tras el empate con China. Pero sus c¨¢lculos manuales ya le indicaron que las cosas pintaban mal porque los rivales de los chinos estaban puntuando el ¨²ltimo d¨ªa mucho m¨¢s que los de EEUU.

El triunfo de las chinas tiene un m¨¦rito especial porque lo han conseguido sin la participaci¨®n de quien, sin discusi¨®n posible, es la mejor jugadora del mundo, Yif¨¢n Hou, casi retirada del ajedrez provisionalmente para estudiar una carrera universitaria en el Reino Unido. Pero la escuadra es tan compacta como la de los hombres, hasta el punto de que se han permitido dejar en casa a otras jugadoras muy fuertes (de las 40 mejores del mundo) para traer a Mo Zhai, de 22 a?os, quien ni siquiera est¨¢ entre las cien primeras, para acompa?ar a la actual campeona, Wenjun Ju, y otras tres jugadoras de post¨ªn: Yang Shen (28? del mundo), Qiang Huang (29?) y Tingjie Le (18?).

Espa?a ha logrado una actuaci¨®n normal en la competici¨®n absoluta, si se tienen en cuenta sus cuatro bajas (Vallejo, Sh¨ªrov, Salgado e Illescas): part¨ªa como 24? y ha terminado 25?, de 185, tras empatar (2-2) con Georgia en la ¨²ltima ronda. David Ant¨®n y Manuel P¨¦rez Candelario han actuado claramente por encima de sus esperanzas matem¨¢ticas en los dos primeros tableros. Y Josep L¨®pez, Renier V¨¢zquez y Jos¨¦ Carlos Ibarra a su nivel habitual.

Las espa?olas, en el puesto 14, han estado muy cerca de lograr un resultado brillante como equipo. Empataron en la pen¨²ltima ronda un encuentro que parec¨ªa ganado frente a Kazajist¨¢n, y han cerrado la Olimpiada con otro empate, frente a Polonia, a pesar de la derrota de Ana Matnadze, quien pierde as¨ª el oro individual y debe conformarse con el bronce, que se une a la plata de Tromso 2014 y el bronce del Europeo de 2017. Ganaron Marta Garc¨ªa y Yudania Hern¨¢ndez, y tambi¨¦n perdi¨® Sabrina Vega; descans¨® M¨®nica Calzetta.

La delegaci¨®n rusa, fuera del podio en la competici¨®n femenina y con un bronce muy justito en la absoluta gracias a su arre¨®n en las ¨²ltimas rondas, volver¨¢ muy compungida a Mosc¨², donde Vlad¨ªmir Putin esperaba celebrar al menos un oro y otra medalla. Por eso visit¨® a ambas selecciones durante su concentraci¨®n en Sochi y flet¨® un avi¨®n privado para trasladarlas a Batumi. Adem¨¢s, con la elecci¨®n del ex primer ministro adjunto Arkadi Dv¨®rkovich como nuevo presidente de la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez (FIDE), la alegr¨ªa hubiera sido completa.

El mayor contraste de los rusos era Tian Hongwei, la encargada de las relaciones internacionales de la Federaci¨®n China, habitualmente muy comedida y discreta, dando gritos de alegr¨ªa por la sala de prensa cuando ambos oros fueron oficiales. Su puesto de trabajo, y el del resto de la delegaci¨®n, queda plenamente garantizado. En cambio, los t¨¦cnicos, entrenadores y directivos rusos afrontan la perspectiva de ser defenestrados.

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