La extravagante vida de Demb¨¦l¨¦
El comportamiento del franc¨¦s empieza a cansar al Bar?a, que tuvo que cambiar de ch¨®fer al jugador y poner un cocinero de su pa¨ªs
![Demb¨¦l¨¦, ante el Arana, en el partido ante el Sevilla.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/F53EPVZURE3K2JJKTMS5QM35IM.jpg?auth=e1d2d91d804adc9f80df245a66b7db1f3b2077185ed41f1b590e08996514e8b5&width=414)
![Juan I. Irigoyen](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe0058255-d733-40ad-a732-6f23189b2d61.png?auth=4373e5b9b96c64e306ec7339018c9ebd053415f89464bece3330b307fc8bfe3c&width=100&height=100&smart=true)
¡°Los que jugaron contra el Sevilla y Demb¨¦l¨¦ hacen regenerativo; el resto, a entrenar¡±, se?alaron desde el cuerpo t¨¦cnico del Bar?a en el primer d¨ªa de entrenamiento de la semana. ¡°?Demb¨¦l¨¦ jug¨®?¡±, pregunt¨®, en tono burl¨®n, uno de los pesos pesados del grupo. ¡°Bueno, los titulares m¨¢s Ousmane¡±, resolvi¨® uno de los t¨¦cnicos. Nadie pudo contener la risa en el campo Tito Vilanova. El problema, para Demb¨¦l¨¦, es que detr¨¢s de las gracias de sus compa?eros se esconde una historia de hartazgo. Una historia corta. Sin embargo, suficientemente grotesca como para alterar hasta a un tipo comprensivo como Valverde, que lo dej¨® en el banquillo ante el Inter.
En la b¨²squeda para apagar a cualquier precio el incendio que hab¨ªa dejado el traum¨¢tico adi¨®s de Neymar, Demb¨¦l¨¦ lleg¨® a Barcelona en agosto de 2017. Auspiciado por el exdirector deportivo, Robert Fern¨¢ndez, el franc¨¦s se convirti¨® en el fichaje m¨¢s caro en la historia azulgrana (105 millones, m¨¢s 42 en variables) hasta que lo super¨® Coutinho (120, m¨¢s 40). ¡°Los vestuarios suelen mirar, de entrada, con cierto recelo cuando llegan esta clase de fichajes. No fue el caso de ellos¡±, cuenta un empleado del club. Coutinho ten¨ªa el visto bueno de Messi y Su¨¢rez ¡ªhab¨ªa sido compa?ero del 9 en el Liverpool¡ª, mientras que Demb¨¦l¨¦ se supo ganar la simpat¨ªa de los pesos pesados.
La habilidad de Demb¨¦l¨¦ con espacios llam¨® la atenci¨®n del 10. A principio de la temporada pasada, le preguntaba a Jon Aspiazu, segundo entrenador, c¨®mo ten¨ªa que hacer para aprovechar la velocidad del extremo. Tambi¨¦n hac¨ªa gracia en el vestuario la personalidad del extremo, un poco inocente, bastante despistado. Sumado tambi¨¦n a que se apenaban por la mala fortuna que el delantero sufr¨ªa con las lesiones (se perdi¨® 27 duelos). Pero las actitudes del franc¨¦s comenzaron por exasperar a los directivos para terminar de colmar la paciencia de sus compa?eros y del cuerpo t¨¦cnico.
Comienzo ilusionante
De arranque, a Demb¨¦l¨¦ no le gustaba el ch¨®fer que le hab¨ªa asignado el club. Cansados de que se pasara por alto los consejos de alimentaci¨®n, el Bar?a le puso un cocinero franc¨¦s para que le prepara el desayuno, la comida y la cena. Situaci¨®n resuelta. Llegaron otros problemas: impuntualidad en los entrenamientos, viajes rel¨¢mpago sin el conocimiento de los responsables y falta de compromiso en las actividades comerciales del club. ¡°No se entera de mucho, pero parece que tampoco se quiere enterar¡±, afirman desde el grupo azulgrana. Y cuando parec¨ªa que el f¨²tbol tapaba las sandeces, Demb¨¦l¨¦ se apag¨® en el campo. Despu¨¦s de un comienzo de temporada al menos ilusionante (cinco goles en los primeros seis partidos), se esfum¨®.
El partido ante el Sevilla marc¨® el pulso. Demb¨¦l¨¦ se tom¨® todo su tiempo para saltar al campo, tras la lesi¨®n de Messi (el argentino choc¨® con V¨¢zquez en el minuto 16, el franc¨¦s lo reemplaz¨® en el 22). ¡°Hoy hemos jugado mucho tiempo con uno menos¡±, se quej¨® en p¨²blico Rakitic, tras el partido ante el equipo de Mach¨ªn. Actitud que se suma a su falta de solidaridad. En sus 11 partidos ha perdido 165 pelotas (una media de 0,22 por minuto jugado) y recuperado 25 (0,03). ¡°Cualquier jugador puede perder un bal¨®n. La cuesti¨®n es lo que se hace despu¨¦s: la reacci¨®n que se tiene ante una p¨¦rdida¡±, opina Valverde. ¡°Tiene mucho que aprender¡±, a?ade el t¨¦cnico. El problema es que no parece que Demb¨¦l¨¦ tenga ganas de hacerlo.
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