El triatleta sordociego
Jorge Espa?a, que nunca vio ni oy¨®, se prepara para ser el primero del mundo con su circunstancia en disputar un triatl¨®n
De ni?o, el tiempo de Jorge Espa?a lo marcaba el agua. Naci¨® de manera prematura hace 32 a?os en Zaragoza y cuando lo sacaron de la incubadora era sordo y ciego. No distingu¨ªa el d¨ªa de la noche, y su madre lo met¨ªa en la ba?era para despertarlo y que no durmiera cuando no tocaba. Si lo dejaba solo unos minutos, al volver lo encontraba dormido, solo la nariz asomando fuera del agua. Luego aprendi¨® ¨¦l solo a flotar en una piscina, vigilado por alguno de sus siete hermanos. Ahora se prepara para completar un triatl¨®n el pr¨®ximo septiembre en el campeonato de Espa?a de paratriatl¨®n: 800 metros a nado, 20 kil¨®metros en bicicleta y 5 kil¨®metros corriendo. Ser¨ªa el primer sordociego cong¨¦nito del mundo en hacerlo. Pero ¨¦l no lo sabe.
Septiembre queda muy lejos y Jorge conoce el mundo al palpo, por proximidad. La primera vez que Mapi Mart¨ªnez lo vio, se dieron un abrazo de dos horas y media: ¡°Llegu¨¦ tan contenta a casa que empec¨¦ a llamar a todo el mundo. Fue un subid¨®n de energ¨ªa y de alegr¨ªa¡±, recuerda ella, que ahora es una de sus mediadoras, las personas que acompa?an siempre a Jorge para traducirle el mundo y para traducir tambi¨¦n al mundo lo que pueden de ¨¦l. Jorge se comunica mediante lengua de signos apoyada, una especie de versi¨®n t¨¢ctil del lenguaje de los sordos, que cada familia adapta a su propio uso. Una lengua ¨ªntima por esa personalizaci¨®n y por su escritura: sobre las manos del otro, sobre el pecho del otro, sobre la cara del otro.
Mapi, que lleva tres a?os y medio trabajando con Jorge, es licenciada en Historia del Arte y entrenadora de nataci¨®n y salvamento. El primer d¨ªa con ¨¦l en la piscina completaron 20 largos, 500 metros. ¡°Pensaba que hab¨ªamos hecho poco y se lo cont¨¦ a su madre casi con verg¨¹enza ¡ªdice¡ª. Ella me dijo que nunca hab¨ªa hecho m¨¢s de 16. Sal¨ª de su casa so?ando: si el primer d¨ªa hemos hecho 20, vamos a ir a m¨¢s¡±. Meses despu¨¦s propuso a la familia prepararlo para nadar 1.800 metros en el mar, en la traves¨ªa playa Almazora (Valencia). Y les pareci¨® bien. ¡°Tengo que ser una madre loca para sobrevivir¡±, dice Mar¨ªa Jes¨²s, que ante la falta de apoyos para ocuparse de Jorge fund¨® hace a?os la Asociaci¨®n Espa?ola de Familias de Personas con Sordoceguera (Apascide).
En julio del a?o pasado Mapi y Jorge se metieron en el mar. ¡°Fue espectacular verlo luchar con el oleaje ¡ªrecuerda Mapi¡ª. Y entonces me dice que quiere saltar: bajar, tocar y el suelo y saltar hacia arriba. Le hago una s¨²per aguadilla, y ¨¦l sale ri¨¦ndose, porque no toca el suelo y entiende que est¨¢ muy lejos. Alucinaba. Y a cada rato, otra vez, y sal¨ªa ri¨¦ndose¡±. Ella, que tambi¨¦n se estrenaba en aguas abiertas y tampoco ha completado nunca un triatl¨®n, nada delante, avanzando de espaldas, con las manos extendidas para que ¨¦l vaya encontr¨¢ndolas en cada brazada. D¨ªas antes de la prueba, un amigo hab¨ªa preguntado a Mapi: ¡°?Y si no lo consegu¨ªs?¡±. ¡°Y yo no lo hab¨ªa pensado¡±, recuerda ella. Terminaron en una hora y 26 minutos. Y este a?o, unos minutos m¨¢s r¨¢pido. Aunque ¨¦l, que no tiene reloj, no lo sabe.
¡°Cada vez que hacemos algo as¨ª, Jorge se pasa unas semanas muy muy contento¡±, dice Mapi, que los ha convencido de ir ahora al campeonato de Espa?a de paratriatl¨®n. ¡°Necesita adrenalina¡±, dice la madre. Para el reto han debido aprender a nadar de otra forma: en paralelo, unidos por una goma amarrada a las cinturas. Corren tambi¨¦n juntos, conectados con una cuerda con las mu?ecas, ¨¦l arrastrando un poco los pies, ¡°no por torpeza, sino porque despegar los pies del suelo le quita informaci¨®n¡±, explica Mapi.
Y ha aprendido a montar en bicicleta, un t¨¢ndem en cuya compra ha ayudado la beca Desaf¨ªate de la fundaci¨®n Grupo Sifu que recibi¨® el lunes pasado en Madrid. Cuando les lleg¨®, Jorge la recorri¨® palp¨¢ndola, y al tocar el sill¨ªn, se subi¨®. Ya completan recorridos de siete kil¨®metros, ¨¦l detr¨¢s, con la cabeza apoyada en la espalda de Mapi. Les queda mucho entrenamiento, y hay d¨ªas que ella aprieta. ¡°Cuando quiere parar, le explico lo contenta que yo estar¨ªa de que lo hiciera. Para ¨¦l lo importante somos nosotros, que le conectamos con el mundo¡±. ?l los descifra abraz¨¢ndolos y con el abrazo tambi¨¦n los cambia. Tras una de sus primeras pruebas de nataci¨®n, Jorge se qued¨® amarrado a Mapi, emocionada por el logro. ¡°No me soltaba y yo no entend¨ªa por qu¨¦. Hasta que me di cuenta de que mi coraz¨®n iba demasiado r¨¢pido. Me quer¨ªa calmar. ?l mandaba sobre m¨ª¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.