El Atl¨¦tico juega, gana y manda ante la Real Sociedad
El equipo de Simeone derrota a los vascos con un partido autoritario y lidera la tabla a expensas de lo que ocurra en el cl¨¢sico y en Vitoria
Tres d¨ªas despu¨¦s de la mayor derrota de la era Simeone, el Atl¨¦tico de Madrid manda en la Liga. Dependiendo de lo que suceda en el Camp Nou y en Vitoria, podr¨¢ terminar la jornada en lo m¨¢s alto de la tabla. El modo autoritario con el que machac¨® a la Real le supondr¨¢ una buena dosis de autoestima. Por encima de lo que dictamine la clasificaci¨®n tras el cl¨¢sico, las sensaciones que transmiti¨® fueron las que se le demandan por plantel. S¨®lido, vigoroso y ambicioso. Un martillo pil¨®n.
Sali¨® el Atl¨¦tico aguijoneado por la tunda de Dortmund. Dispuesto a gobernar el partido desde la presi¨®n y la ambiciosa intenci¨®n de jugar en campo contrario. Su primera media hora fue acad¨¦mica. Limpio con la pelota, estruj¨® a la Real contra su ¨¢rea. Ni Illarramendi, ni Zubeldia, ni Rub¨¦n Pardo, ni Zurutuza fueron capaces de lanzar a su equipo m¨¢s all¨¢ de la medular. No hubo una acci¨®n de William Jos¨¦ ni de Sangalli, sus dos cabezas de ¨¢rea, dos revoltosos, cada uno en su estilo, que rese?ar.
Apoyado en el criterio de Rodrigo, que pelea por acabar con el debate sobre su titularidad con su f¨²tbol f¨¢cil, y la fluidez de Koke, el Atl¨¦tico se despleg¨® mand¨®n. Casi siempre por los costados, con Arias y Lucas siempre picando y amenazando por sus orillas. Con m¨¢s fuerza que destreza muchas veces, pero part¨ªcipes de esa necesidad de abrir el campo que demanda jugar con los volantes, Correa y Sa¨²l, por dentro. Necesita Simeone laterales vigorosos y dominantes para que su equipo sea da?ino. Arias y Lucas, mientras este estuvo en el campo, y Filipe Luis, cuando sali¨® el franc¨¦s, lo fueron.
Esper¨® poco el Atl¨¦tico, en lo que fue una r¨¦plica de esos 25 minutos esplendorosos del segundo tiempo previos a la debacle del pasado mi¨¦rcoles. Ah¨ª s¨ª se retrata a un a un equipo aspirante al t¨ªtulo. Sin especular con los espacios, ni con los tiempos. Dominar, dominar y dominar. Un f¨²tbol machac¨®n, inabordable en toda la noche para la Real, muy rebajada sin Oyarzabal, ausencia inesperada a pocas horas del encuentro. Ese arrinconamiento a la Real produjo media docena de saques de esquina y una ocasi¨®n reba?ada de Griezmann. No encontraron m¨¢s agujeros los futbolistas de Simeone, porque los equipos de Garitano no se desordenan y conceden pocas rendijas. La ¨²nica pega que se encontraba el Atl¨¦tico era que sus dos jugadores m¨¢s determinantes en ataque no terminaban de desequilibrar. Griezmann y Costa trabajaban en los desmarques y en la presi¨®n, pero no acompa?aban ese dominio.
Correa, la inspiraci¨®n
Necesitaba el Atl¨¦tico un golpe de inspiraci¨®n. Fue Correa, que tiene mucho barrio el que se lo dio. Meti¨® el culo para girarse y fumarse a su marcador. Medio metro y una d¨¦cima de segundo para burlarla. Otra acci¨®n para reivindicarse. ?l fue el que encontr¨® ese resquicio ganador. Su f¨²tbol chisposo tiene algo impagable. Cuando le sale lo que pretende o es jugada de gol o casi. Su pase con el exterior fue poco ortodoxo, pero provoc¨® un rechazo de un mal despeje que engatill¨® God¨ªn, descolgado porque la jugada ven¨ªa de una acci¨®n prev¨ªa a bal¨®n parado. Le vino bien al capit¨¢n ese tanto, porque fue uno de los retratados en los minutos finales del Signal Iduna Park. Para la Real, el gol, a un minuto de poder celebrar su supervivencia en el primer acto, en el que solo dej¨® un par de zurriagazos lejanos de Pardo, fue un mazazo definitivo. Para el Atl¨¦tico un justo premio para no tener que verse apurado despu¨¦s de tanto desgaste.
No rebaj¨® el Atl¨¦tico las revoluciones a la salida de la caseta. Rodrigo fue todav¨ªa m¨¢s dominador. Apenas se le contabiliz¨® una p¨¦rdida de bal¨®n y barri¨® muchos. A la hinchada la tiene entregada y a su entrenador lo normal es que termine por rendirlo con partidos como el que se marc¨® anoche, bien escoltado por Koke. A la exhibici¨®n de los dos mediocentros, se sum¨® Arias, m¨¢s fino y m¨¢s visible en t¨¦rminos de confianza para sus compa?eros, que le buscaron ya con pocos reparos fiados a su zancada. Griezmann y Costa tambi¨¦n mejoraron sus prestaciones. M¨¢s sueltos con el marcador a favor. Fue Filipe Luis, que hab¨ªa entrado por el lesionado Lucas, el que cerr¨® el partido. Fue en una jugada pendular y elaborada. Buscada y encontrada. Filipe dignific¨® el balanceo tan da?ino con un recorte y un derechazo a la escuadra. Su tanto tambi¨¦n fue una redenci¨®n de Dortmund.
Ni con Sandro, ni con Juanmi ya en el campo, la Real hizo pupa. Oblak se fue sin arrugar los guantes. Su equipo jug¨®, mand¨® y domin¨®. Otra cosa no puede exig¨ªrsele. Y m¨¢s en casa.
El Simeone m¨¢s ir¨®nico: ¡°Hoy tambi¨¦n ganamos la posesi¨®n¡±
¡°Hoy tambi¨¦n ganamos la posesi¨®n¡±. Diego Pablo Simeone no pudo evitar una sonrisa ir¨®nica tras proclamar que su equipo hab¨ªa tenido el bal¨®n m¨¢s tiempo que la Real Sociedad. Un 59% en el primer tiempo y un 63% en el segundo, con una precisi¨®n en el pase de un 84% sobre un total de 617 por los 399 de la Real Sociedad.
Para un t¨¦cnico que suele argumentar que su equipo gana partidos cuanto menos tiene el bal¨®n en su poder, esta vez la estad¨ªstica, adem¨¢s de darle para ironizar, tambi¨¦n le sirvi¨® para admitir que ¡°esto nos puede servir para crecer en otras facetas¡±.
Preguntado el t¨¦cnico rojiblanco por si la pareja Rodrigo-Koke es la que mejor mezcla en el centro, Simeone quiso diferenciar seg¨²n el tipo de partido que plantee. ¡°Para atacar, seguramente s¨ª sea la mejor pareja que podamos formar. Para un partido en el que tengamos m¨¢s el bal¨®n que el rival, s¨ª, sin ninguna duda¡±, reflexion¨® el Cholo, que dio a entender que en los partidos en los que piense que su equipo debe jugar m¨¢s en campo propio la pareja no ser¨¢ esa.
¡°Hoy estuvieron bien todos, porque la intensidad fue alta, la presi¨®n fue muy bien coordinada, circulamos r¨¢pido en el medio. Koke y Rodrigo nos dieron precisi¨®n en la salida, desdoblando bien por los costados con Correa y Sa¨²l. La constancia, la insistencia y la personalidad que tuvieron los dos en el medio nos dio estabilidad en el partido¡±, abund¨® Simeone.
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