La burbuja de la F¨®rmula 1 en M¨¦xico
El Gran Premio vuelve a transformar, por tres d¨ªas, a la capital mexicana que ha hecho del aut¨®dromo Hermanos Rodr¨ªguez un b¨²nker de seguridad y opulencia
Gloria P¨¦rez espera a que su esposo regrese con la comida. Con una gorra de Red Bull mira fijamente su m¨®vil. No se mueve de all¨ª ni aunque empiece a llover. Ella, como el resto de los asistentes de la F¨®rmula 1, no se inmuta por el agua. Es como si estuvieran protegida por un gran domo, una burbuja, donde la m¨²sica acapara la atenci¨®n del sonido de los motores, un lugar casi perfecto llamado aut¨®dromo Hermanos Rodr¨ªguez.
La F¨®rmula 1 ha trastocado a Ciudad de M¨¦xico desde hace tres a?os. La din¨¢mica de una gran parte de la capital ha cambiado a ra¨ªz de la celebraci¨®n del Gran Premio. Es una semana en la que todo se vuelca con el automovilismo de ¨¦lite. M¨¢s de 6.000 polic¨ªas resguardan la pista y las inmediaciones del lugar como si se tratara de la visita de un jefe de Estado. ¡°Es un fin de semana donde todo el mundo nos est¨¢ viendo, todos ven las noticias positivas en el pa¨ªs, por un fin de semana en el a?o se deja de hablar de tanta cosa negativa que pasa en M¨¦xico¡±, opina Sergio Checo P¨¦rez, el piloto mexicano de Force India. En los ¨²ltimos d¨ªas, la ¨²nica noticia relacionada al crimen ha sido la detenci¨®n de cinco revendedores de boletos en una ciudad donde m¨¢s de 5.000 personas han sido asesinadas.
El circuito est¨¢ enclavado en un complejo deportivo en el que, los d¨ªas de la F-1, se suspenden todas las actividades. Es un b¨²nker en el que no hace falta nada y se exhibe la opulencia. ¡°Este lugar tiene su aspecto clasista, s¨ª, pero bueno¡ Podr¨¦ ver a Fernando Alonso, ?cu¨¢ndo lo podr¨¦ ver?¡±, comenta Gloria P¨¦rez, quien pagar¨¢ hasta 22.000 pesos (unos 1.130 d¨®lares) en los pr¨®ximos meses y, para su fortuna, sin intereses. Los precios de la comida y la bebida se disparan al doble en el Gran Premio de M¨¦xico. ¡°?Claro que son excedidos, pero lo gozan quienes tienen la posibilidad! Si yo tuviera el dinero, no pagar¨ªa por venir. Ni se disfruta¡±, cuenta Fernando Guti¨¦rrez, un chofer que sirve tambi¨¦n de escolta de su jefe. Ha pasado la semana en la F¨®rmula 1 cuidando que su patr¨®n no se exceda. ¡°Esto parece el mundo perfecto, con pura gente bonita¡±, remacha. En el segundo d¨ªa del GP de este a?o, asistieron 114.563 personas, con una alta expectativa para el d¨ªa de la carrera de este domingo.
Paco, fot¨®grafo de los organizadores mexicanos, se pasea por los pasillos de una de las zonas m¨¢s exclusivas del lugar: justo de frente a la zona de pits. All¨ª poco se alcanza a ver por las rejas de seguridad, solo el ruido de los monoplaza enturbian las notas musicales de Calvin Harris y Dua Lipa. ¡°Mucha gente viene aqu¨ª por una cuesti¨®n de aspirar a otra clase social, de decir ¡®hey, yo pagu¨¦ m¨¢s de 5.000 pesos para venir a la F¨®rmula 1¡±, cuenta. Mientras sigue su camino grupos de amigos le piden una fotograf¨ªa. ¡°Muchos de ellos se ponen muy pesados porque quieren que les pase las im¨¢genes, yo solo las borro¡±, cuenta.
Las autoridades de Ciudad de M¨¦xico han dispuesto, desde 2015 cuando regres¨® la F¨®rmula 1, de todo un plan de movilidad. Para ir a ver a Lewis Hamilton y a Sebastian Vettel no hay lugares de aparcamiento as¨ª que se han instalado rutas desde las zonas m¨¢s exclusivas hacia el aut¨®dromo y se ha incitado a los visitantes usar el metro, un tren que transporta a m¨¢s de 2,5 millones de personas al d¨ªa. La meta de los organizadores es seducir a la Federaci¨®n Internacional del Automovilismo para que se ampl¨ªe el contrato, que vence al pr¨®ximo a?o.
En el Gran Premio de M¨¦xico, los locales saborean el mayor manjar: volver a ver campe¨®n a Lewis Hamilton de la F¨®rmula 1, en lo que ser¨ªa su quinto t¨ªtulo, en una carrera en la que los pilotos de Red Bull, Verstappen y Ricciardo, han demostrado que la potencia de sus coches pueden agriar el triunfo del brit¨¢nico que solo necesita terminar entre los primeros siete lugares. Hasta que eso suceda, no hay nada que pueda enturbiar el entorno artificial que genera el mayor espect¨¢culo automovil¨ªstico del mundo.
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