Santiago Solari, de la finura a la bravura
El relevo de Lopetegui en el banquillo del Madrid, rotulado como ¡°provisional¡± por el club, aparca su fama de intelectual apelando a los ¡°cojones¡± para salir de la crisis
Santiago Solari estaba satisfecho con su rutina tranquila y funcionarial en el gran ministerio de Valdebebas. No ten¨ªa prisa por entrenar en Primera Divisi¨®n. Sus hijos se criaban felices en el norte de Madrid y ¨¦l disfrutaba educ¨¢ndolos en un entorno discreto y estable. Ponerse las botas cada ma?ana para entrenar al Castilla y recibir ¨®rdenes procedentes del lejano Bernab¨¦u formaba parte de h¨¢bitos que trascend¨ªan la costumbre. No recordaba otro tipo de vida. Eduardo, su padre, que tambi¨¦n fue futbolista y entrenador, lo hab¨ªa criado de manera que el olor a hierba, las charlas t¨¢cticas y el sonido del toque de la pelota se le incrustaran en la mente de la misma forma que se constituye el car¨¢cter. El destino, sin embargo, le reserv¨® una prueba de estr¨¦s. El lunes le llamaron para que se hiciera cargo del primer equipo en pleno hundimiento. Despu¨¦s de a?os de hipertrofia, el Real Madrid atraviesa su peor crisis de la d¨¦cada.
¡°La idea es ir a Melilla ma?ana [hoy] y jugar con dos cojones¡±, dijo ayer, cuando, durante su presentaci¨®n en la primera conferencia que ofrec¨ªa en sustituci¨®n de Julen Lopetegui le preguntaron por su idea futbol¨ªstica ante el debut en Copa este mi¨¦rcoles.
El hombre se present¨® a s¨ª mismo. Sonriente, acompa?ado por un responsable de comunicaci¨®n de aire l¨²gubre, simplemente se sent¨® en la sala de conferencias de Valdebebas, esper¨® a que le preguntaran y fue respondiendo lac¨®nico y con soltura.
Despu¨¦s de cuatro meses acostumbrados al tono monocorde de Lopetegui y su l¨¦xico del coaching de la escuela de negocios, las palabras de Solari remitieron a lo m¨¢s profundo del barro primordial futbol¨ªstico. Ante la oportunidad de exhibir sus credenciales, en el que probablemente sea el momento de mayor exposici¨®n televisiva de su carrera, el hombre puso en remojo su reputaci¨®n de intelectual y lanz¨® un mensaje bestial. En un ¨¢mbito como el de los entrenadores, cada vez m¨¢s dominado por el discurso tecnocr¨¢tico, la cosa son¨® a revoluci¨®n.
Hace tiempo le preguntaron qu¨¦ hab¨ªa aprendido de sus grandes maestros en los banquillos, de Vicente del Bosque, Arrigo Sacchi o Ram¨®n D¨ªaz. ¡°Que no puedes impostar nada¡±, dijo. ¡°De lo primero que se dan cuenta los jugadores es de si est¨¢s mintiendo o no; si est¨¢s siendo transparente o no. No se puede imitar a nadie. Quiero salir de los dogmas¡±.
Solari naci¨® en la ciudad de Rosario, en Argentina, en 1976. Con 20 a?os firm¨® por River y se lanz¨® al pantano del f¨²tbol de alta competici¨®n con sentido l¨²dico. Como si no advirtiera amenazas y dificultades extremas. Del Monumental pas¨® al Atl¨¦tico, y del Atl¨¦tico al Madrid con naturalidad. Lo mismo cumpli¨® con Sacchi que con Del Bosque. Estamp¨® su firma junto a la de Gil, Sanz, P¨¦rez y Moratti. Fue asoci¨¢ndose con gracia, primero con Francescoli, luego con Hasselbaink, Ra¨²l, Makelele y Zidane. A veces sus colegas se quedaban perplejos cuando le ve¨ªan con un libro de Nietzsche ¡ªAs¨ª Habl¨® Zaratustra¡ª en la mano, pero a ¨¦l le quemaba la curiosidad mientras transitaba por los equipos como quien va del sal¨®n al jard¨ªn de su casa.
¡°De paso¡±
El f¨²tbol y su entorno es su ecosistema. Su padre Eduardo y su t¨ªo Jorge fueron reconocidos jugadores y entrenadores de Primera Divisi¨®n antes de fundar el Club Renato Cesarini, legendaria escuela argentina, cuna de decenas de futbolistas profesionales. De ah¨ª sali¨® Solari y no parece casual que acabara estableci¨¦ndose en Valdebebas, una ciudad deportiva donde la adaptaci¨®n resulta imposible para la mayor¨ªa.
Dirige al Castilla en Segunda B desde 2016. No ha logrado disputar un playoff de ascenso pero eso no le ha preocupado demasiado. Su labor es formativa. El Castilla es el equipo m¨¢s joven de la Segunda B y su prioridad es la de servir de pista de aterrizaje y despegue a muchos de los futbolistas que la comisi¨®n t¨¦cnica va captando alrededor de Espa?a y del mundo. All¨ª ejerci¨® con habilidad de administrador y maestro en un equipo que, m¨¢s que equipo, es el cruce de caminos de una multitud de j¨®venes promesas y de pol¨ªticas deportivas.
Despedido Lopetegui despu¨¦s de cosechar el peor registro de resultados de un entrenador del Madrid desde 1950, el club rotul¨® a Solari como t¨¦cnico ¡°provisional¡± en el comunicado mediante el cual anunci¨® el cese. Cuando le preguntaron por la condici¨®n pasajera que le imponen, se mostr¨® ir¨®nico. ¡°Todos estamos de paso en la vida y en esta profesi¨®n con m¨¢s raz¨®n¡±, dijo. ¡°Lo importante es el d¨ªa a d¨ªa y la ilusi¨®n que ponemos. Para el entrenador y para el futbolista esto es igual. Lo que haces en cada jugada, lo que das en cada minuto dentro de cada partido determina el futuro¡±.
Sus rasgos ¡ªpersistentemente juveniles¡ª no le ayudan en estos tiempos convulsos. La directiva, con Florentino P¨¦rez al frente, alimenta la convicci¨®n de que lo que la plantilla necesita es un l¨ªder autoritario. Hablan de ¡°mano dura¡± siguiendo el razonamiento m¨¢s sencillo de la hinchada crispada y apuntan a los futbolistas como m¨¢ximos responsables de la crisis de resultados. Se alienta el argumento de que la plantilla est¨¢ viciada por la indolencia y el des¨¢nimo mientras los ejecutivos llaman a entrenadores de acreditada fama castigadora y pendenciera, como Mourinho y Conte.
Los ¡°dos cojones¡± del debutante encajan en el discurso imperante en los despachos, pero chirr¨ªan en los o¨ªdos de una plantilla cuyos veteranos piden soluciones futbol¨ªsticas. En los pr¨®ximos d¨ªas, Santiago Solari deber¨¢ ofrecerles una salida del atolladero.
Plaga de lesiones en el Madrid
Varane. Puede estar hasta un mes de baja. El franc¨¦s se retir¨® en el primer tiempo del cl¨¢sico y sufre una "lesi¨®n en el aductor largo de su pierna derecha", seg¨²n el comunicado del club.
Mariano. El delantero, que ya ven¨ªa arrastrando molestias musculares en las ¨²ltimas semanas, es otra v¨ªctima del cl¨¢sico y estar¨¢ fuera de los terrenos de juego cerca de 10 d¨ªas.
Marcelo. El brasile?o tuvo que abandonar en los minutos finales del cl¨¢sico por "una lesi¨®n en el s¨®leo de la pierna derecha", seg¨²n el Real Madrid. Esta le tendr¨¢ de baja cerca de tres semanas.
Vallejo. El d¨ªa antes del cl¨¢sico se le diagnostic¨® una lesi¨®n en el muslo derecho que le tendr¨¢ de baja hasta tres semanas.
Carvajal. Al lateral le queda para volver al menos medio mes despu¨¦s de lesionarse el s¨®leo izquierdo hace cuatro semanas contra el CSKA.
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