¡°De ni?a lo pas¨¦ fatal y me cambi¨¦ al tenis¡±
Marianela Szymanowski, jugadora del Betis, recuerda sus inicios junto a su hermano Alexander, interior del Legan¨¦s
Marianela Szymanowski (Buenos Aires, Argentina; 1990) vive en Sevilla con sus dos gatos y es futbolista del Betis, donde lleg¨® este verano procedente del Valencia. Su pasi¨®n por el f¨²tbol le viene desde peque?a, cuando jugaba con sus amigos y su hermano Alexander en las calles de su humilde barrio bonaerense. ?l es futbolista del Legan¨¦s y ella, del Betis. Antes, de Atl¨¦tico de Madrid, Rayo y Valencia.
El abuelo materno, un gran hincha de San Lorenzo, les meti¨® la pasi¨®n por el f¨²tbol a los dos hermanos de una familia que tuvo que emigrar de Argentina a Espa?a para buscarse un porvenir. Una historia de f¨²tbol, integraci¨®n y lucha que une a los dos hermanos. ¡°Lo de pelear nos viene de familia. Alexander y yo lo hemos dado todo para ser profesionales, Ten¨ªamos el espejo de mis padres¡±, comenta Marianela, siempre al lado de su hermano desde sus primeras patadas al bal¨®n en un campo de tierra de su barrio de Buenos Aires. En aquellos duelos infantiles, el f¨²tbol de Marianela destacaba sobre el de los chicos.
¡°Mi hermano ha llegado a decir que yo era la que mejor jugaba, pero no es verdad. Alexander dijo eso porque me quiere mucho. El tema es que yo jugaba con ¨¦l y los chicos y destacaba. ?l empez¨® a jugar federado y yo iba siempre a verlo jugar. En los descansos entraba a jugar en el campo y llamaba la atenci¨®n. Siempre jugaba con chicos, en los recreos, en el barrio. Se me daba bien¡±, recuerda Marianela, que juega de mediapunta y que fue titular en el duelo que el Betis gan¨® el s¨¢bado al Rayo Vallecano (3-1). El conjunto andaluz ocupa la sexta plaza con 10 puntos.
Marianela es ahora feliz jugando al f¨²tbol, pero sus inicios en Argentina no fueron demasiado f¨¢ciles. ¡°Yo siempre estaba con un bal¨®n debajo del brazo. En los cumplea?os solo quer¨ªa que me regalaran una pelota o unas botas. En Argentina, con 11 a?os, fui a hacer una prueba en un equipo femenino del barrio. No me gust¨® mucho el ambiente. Me dec¨ªan ¡®marimacho¡±, recuerda. ¡°Habl¨¦ con mi padre y ¨¦l me dijo que dejara el f¨²tbol temporalmente. Empec¨¦ a jugar al tenis, me feder¨¦ y compet¨ªa en este deporte hasta los 17 a?os. Tambi¨¦n en Espa?a. Aqu¨ª me vio el presidente de un equipo de f¨²tbol sala jugando un partido en el instituto. Yo no quer¨ªa apuntarme en un equipo femenino por la experiencia que sufr¨ª antes. Pero contactaron conmigo y jugu¨¦ al f¨²tbol sala hasta los 18 a?os. Entonces me fich¨® el Atl¨¦tico de Madrid y con casi 19 a?os comenz¨® mi trayectoria¡±, recuerda Marianela.
La carrera de la futbolista ha ido unida a la de su hermano. Con ¨¦l tiene un v¨ªnculo muy especial. Profesionales ambos del f¨²tbol, Marianela ha sido un apoyo para Alexander. Y al rev¨¦s. ¡°Me siento muy afortunada de tener en mi familia a un profesional del f¨²tbol como es mi hermano. Yo lo ve¨ªa jugar a ¨¦l y era su cr¨ªtica m¨¢s dura. ?l hac¨ªa lo mismo conmigo. Ha estado al tanto de mi carrera y siempre que ha podido ha venido a verme. Lo que ocurre es que se pone nervioso y sufre mucho cuando me ve jugar. Vivimos los partidos de ambos con gran intensidad. Para m¨ª es como si tuviese un profesor en casa¡±, dice la jugadora del Betis.
En esta uni¨®n tan especial con su hermano, Marianela no duda en confesar cu¨¢ndo se plasm¨® su sue?o como deportista: ¡°Sonar¨¢ un poco raro, pero mi sue?o deportivo era ver jugar a mi hermano en Primera Divisi¨®n. Cualquier cosa que me pasara a m¨ª era secundaria. Lo consigui¨® y soy feliz por ello. Por mi parte, no soy de tener grandes sue?os. Trabajo para encontrar la mejor versi¨®n de m¨ª en cada partido¡±. Todav¨ªa est¨¢ lejos el momento en el que los dos hermanos cobren el mismo salario. En el Betis, las chicas ganan entre 500 y 1.900 euros al mes. ¡°Ahora mismo eso es imposible. Los salarios en Primera masculina y Primera femenina son dos mundos. Poco a poco vamos avanzando pero no s¨¦ si alguna vez una chica va a vivir del f¨²tbol con los sueldos de los chicos. Pero bueno, luchamos por eso¡±, reconoce la jugadora del Betis, a la que se le nota muy feliz siendo futbolista y practicando la profesi¨®n que ama. Ya no le dicen ¡°marimacho¡±, lo que le llev¨® en su infancia a no poder hacer lo que m¨¢s disfrutaba.
Machismo
¡°Son otros tiempos. Hace mucho tiempo que no siento el machismo en un campo, pero en mi infancia lo sufr¨ª¡±, a?ade, reflexionando acerca de la posibilidad de que alg¨²n d¨ªa haya una entrenadora dirigiendo a la selecci¨®n masculina de Argentina o al Madrid. ¡°Por capacidad no tengo ninguna duda de que eso ser¨ªa posible. Las mujeres est¨¢n igual de capacitadas que los hombres en ese aspecto. Ya lo vemos en el arbitraje, donde afortunadamente hay cada vez m¨¢s chicas en el f¨²tbol masculino. Solamente falta que alguien tenga la valent¨ªa de dar el primer paso¡±.
Es el caso de Mar¨ªa Pry, su entrenadora en el Betis y una de las dos ¨²nicas mujeres que entrenan en la Liga Iberdrola junto a la del Rayo, Irene Ferreras. ¡°No me fijo en que mi entrenador sea hombre o mujer. Importa lo que me aporta y sus conocimientos. Mar¨ªa propone un f¨²tbol muy valiente¡±, afirma esta jugadora que super¨® una grave lesi¨®n de rodilla. Marianela estuvo casi dos a?os sin jugar y metida en su casa: ¡°Ram¨®n Cugat fue mi ¨¢ngel de la guarda y me permiti¨® disfrutar de lo que m¨¢s quiero¡±.
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