Mario Hermoso y el p¨®ster de Sergio Ramos
El central madrile?o, que se curti¨® en la cantera del Madrid y que tiene de referente al capit¨¢n blanco, es convocado por Luis Enrique para Espa?a
Mario Hermoso (Madrid, 23 a?os) creci¨® con la mirada puesta en un p¨®ster de Sergio Ramos. Nada extra?o para un central curtido en La F¨¢brica. ¡°L¨®gicamente, para un chico de la cantera del Madrid, Sergio es su gran ¨ªdolo¡±, explica Luis Miguel Ramis, entrenador de Hermoso en el Juvenil A. Pero el encuentro con Ramos nunca lleg¨® en el Bernab¨¦u. Pas¨® por el Castilla y el Valladolid, hasta que la temporada pasada lo fich¨® el Espanyol por 400.000 euros. En Chamart¨ªn no estaban dispuestos a perder de vista la progresi¨®n del madrile?o y se guardaron el 50% de su pase y un derecho de recompra por 7,5 millones. Opci¨®n impensable antes de que Rubi aterrizara en el Espanyol.
En el ¨²ltimo mercado de fichajes, a Hermoso lo tent¨® el Zenit de San Petersburgo. Una oferta que hizo dudar al central. Rufete, director deportivo de la entidad blanquiazul, lo convenci¨®: ¡°Tranquilo, qu¨¦date, que triunfar¨¢s aqu¨ª¡±. Y, desde el cuerpo t¨¦cnico, reforzaron su decisi¨®n. ¡°Si haces una buena temporada, t¨² vales 40 millones de euros¡±. No parece una cifra al azar, es exactamente su cl¨¢usula de rescisi¨®n. No fue, sin embargo, la primera vez que Hermoso medit¨® la posibilidad de dejar el club de Cornell¨¤. En su primer verano en el Espanyol, el Sevilla Atl¨¦tico pidi¨® su cesi¨®n. Entonces, con Quique S¨¢nchez Flores al mando, estaba considerado como el quinto central, con opci¨®n de jugar de lateral derecho.
Con S¨¢nchez Flores su vida fue una monta?a rusa: primero un desconocido, luego titular, para terminar en el m¨¢s duro ostracismo. Pecados de juventud ¡ªuna doble amarilla infantil ante el Alav¨¦s y un mal partido ante el Legan¨¦s¡ª, condenaron a Hermoso. ¡°Despu¨¦s de eso, Quique ni siquiera lo hac¨ªa entrenarse de central. No contaba para nada¡±, cuentan en la Ciudad Deportiva. ¡°El primer a?o no fue ni el m¨¢s bonito y ni el esperado. Pero lo que transmiti¨® Rubi, su confianza y el juego del equipo es lo que m¨¢s me llam¨® la atenci¨®n. Y pens¨¦ que esto era lo mejor que me ven¨ªa ahora mismo. Su f¨²tbol me beneficia¡±, explica Hermoso.
¡°Cuando lleg¨® se ve¨ªa que era un chico que ten¨ªa muchas cualidades, que ten¨ªa que pulir algunas cosas como aspectos t¨¢cticos¡±, apunta David L¨®pez, su compa?ero en la zaga y un referente para el madrile?o. Despu¨¦s del Atl¨¦tico de Madrid (seis goles encajados), el Espanyol es el equipo menos goleado en LaLiga (ocho) y solo ha recibido un gol en Cornell¨¤.
¡°Mario ha dado un paso adelante, se dio cuenta de que tiene que jugar con confianza y concentraci¨®n total los 90 minutos. Lo est¨¢ haciendo y est¨¢ explotando sus cualidades¡±, apunta el portero Diego L¨®pez. ¡°El nivel est¨¢ ah¨ª, Mario es un gran jugador. Pero obviamente la cabeza hace mucho. Es un chico joven, pero maduro¡±, suma Esteban Granero. ¡°No me gusta ni ponerme ni que me pongan techo, siempre cre¨ª en m¨ª y en mis cualidades¡±, dice Hermoso. No es una novedad que su personalidad sorprenda a sus compa?eros. ¡°Mario tiene su ego. Quiz¨¢s, a veces, puede parecer que tiene demasiada confianza en s¨ª mismo. Eso es bueno si sabe convivir con la frustraci¨®n¡±, se?alan desde la cantera del Madrid.
Canaliz¨® los chascos del f¨²tbol y aprendi¨® a tener paciencia para despu¨¦s destacar en el Espanyol. Es el cuarto defensa (junto a Ramos) que m¨¢s balones ha recuperado (70) y el segundo que mejor despeja de cabeza (39), superado por Bernardo (51). Tuvo su recompensa. Luis Enrique, que el lunes pasado lo estuvo siguiendo en Cornell¨¤, lo convoc¨® para la selecci¨®n. ¡°Tiene que ser capaz de entender que es un premio, que es f¨¢cil ir, pero no es suficiente con esto. Tiene que volver, porque tiene nivel para hacerlo¡±, subraya Diego L¨®pez. Finalmente, estar¨¢ con su ¨ªdolo Sergio Ramos. Pero, por ahora, solo con la camiseta de Espa?a. ¡°Ahora mismo no me planteo nada del Real Madrid¡±, cierra Hermoso, solo con ojos para el Espanyol. Y claro, ahora tambi¨¦n para la Roja.
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