El gol del cojo y el VAR culminan la remontada del Atl¨¦tico
El equipo de Simeone se sobrepone a dos ventajas del Athletic y a la lesi¨®n de God¨ªn, que acab¨® como delantero lisiado para marcar el tanto de la victoria en el descuento
Con el gol del cojo, esa suerte que se practicaba en los tiempos de posguerra que qued¨® soterrada cuando la FIFA introdujo las sustituciones para el Mundial de 1970, y con la intervenci¨®n del VAR, el Atl¨¦tico protagoniz¨® uno de esos partidos para la memoria. A la mezcla del ancestral recurso que coron¨® God¨ªn y de la tecnolog¨ªa que valid¨® su empuje, se sum¨® esa vibraci¨®n que transmite el juego cuando todo es emoci¨®n. Cuando a contrarreloj hay un equipo que se sobrepone a todos los contratiempos que padeci¨® y convierte el f¨²tbol en un auto de fe. En una b¨²squeda de la victoria casi barrial e infantil que hace saltar los rigores del profesionalismo por los aires para desembocar en una cascada emocional. A dos ventajas del Athletic, a la falta de puesta a punto de Costa y a la lesi¨®n de God¨ªn que provoc¨® que ejerciera de delantero lisiado¡
A todo eso se sobrepuso el equipo de Simeone. Con Thomas y Sa¨²l de centrales improvisados, al toque de ganar o ganar, empujando con pelotas largas y convirtiendo cada bal¨®n a¨¦reo en una batalla ag¨®nica, el Atl¨¦tico firm¨® una victoria de car¨¢cter. Un triunfo de esos que puede moldear las hechuras de un equipo campe¨®n. El resultado fue una victoria escrita bajo los trazos de la ¨¦pica, propiciada tambi¨¦n por los cambios de Simeone. Con 0-1 al descanso (el primer gol que recib¨ªa este curso en una primera mitad) meti¨® a Vitolo por el desdibujado Costa y al poco a Gelson por Montero. Cuando empat¨® Thomas, con ese zurriagazo desde la derecha, sent¨® a Correa para introducir a Kalinic. Sucedi¨® que en menos de un minuto, el Athletic dio otra cuchillada de cirujano. Un bal¨®n limpio sacado por San Jos¨¦ para Muniain y este proyect¨® con un pase medido a Williams. La velocidad punta del delantero del Athletic no pudo combatirla God¨ªn, al quele revent¨® el m¨²sculo. De ese doble mazazo se recompuso el Atl¨¦tico apelando a las bravas. Pasional, pero tambi¨¦n con atrevimiento para intentarlo en situaciones de uno contra uno fue encajonando al ya acongojado equipo de Berizzo.
Si Thomas puso un misil ajustado en su gol del empate a uno, en el saque de esquina que caz¨® Rodrigo le meti¨® un guante fino. Fue un tanto muy de Tiago y Miranda. Parece que con Rodrigo el Atl¨¦tico no tiene solo a un jugador que le ordena, le barre y le limpia el juego. Tambi¨¦n le permite recuperar ese poder¨ªo en el primer palo en las jugadas a bal¨®n parado de aquellos tiempos en los que ning¨²n equipo sacaba tanto r¨¦dito. Con el empate a dos, el Atl¨¦tico sigui¨® a la suya. Con God¨ªn de boya para los saques largos, en uno de ellos provoc¨® la falta. De nuevo Thomas estuvo fino para enviar la pelota al segundo palo, donde la prolong¨® Sa¨²l y la remach¨® God¨ªn. El fuera de juego inicial se?alado por el asistente sesg¨® y enfri¨® la primera algarada. Fue el momento del ¨¢rbitro del VAR, que cumpli¨® con ese papel de hacer el f¨²tbol m¨¢s justo. Dicen que el invento corta el ¨¦xtasis del gol. Pero en ocasiones como esta, en el minuto 92, lo duplica.
Ese final sin atadura fue el colof¨®n a un partido que comenz¨® bajo dos propuestas muy medidas. El no riesgo en la salida de bal¨®n del Atl¨¦tico evit¨® una de los paisajes en los que a Berizzo le brota la vena bielsista: convertir los partidos en una batalla de uno contra uno a todo campo. El Athletic s¨ª arriesg¨® m¨¢s en la iniciaci¨®n del juego. Con el plan muy claro. Medir una y otra vez las hechuras de Montero ante los desmarques y la velocidad de Williams. Fue descarado c¨®mo busc¨® ese recurso, sospechando que al chico a¨²n pod¨ªan pesarle los resbalones de la noche del Dortmund.
La primera propuesta que sali¨® ganadora para mandar en el partido fue la de Simeone. Hay un punto ya de dominio de la colocaci¨®n y de la intensidad en el barrido de pelotas y en las segundas jugadas que achanta a los contrarios contra su ¨¢rea. Ah¨ª, Rodrigo, Thomas y Sa¨²l impusieron la ley de su fortaleza f¨ªsica y su sentido t¨¢ctico. Con ese gobierno del partido adquirido ya solo quedaba desmembrar el sistema defensivo del Athletic, reforzado con un doble lateral en la izquierda, con Balenziaga y Yuri por delante. Se comprimi¨® mucho el Athletic, junt¨® mucho las l¨ªneas, con Be?at muy atento a ser una especie de quinto central para hacer de argamasa entre las dos l¨ªneas defensivas y garantizar una mejor salida de bal¨®n que San Jos¨¦, que no se aculaba tanto.
Durante el pasaje que dur¨® ese dominio, el Atl¨¦tico no supo pelar el partido. Ah¨ª era el turno de Correa, Griezmann y de Diego Costa. El argentino dej¨® alg¨²n detalle, como un sombrero de espuela a Balenziaga. Fue un mero fogueo, siempre con intenci¨®n, pero sin m¨¢s. Ni Griezmann ni Costa aparecieron. Embotados en las dificultades que tiene el equipo para atacar en est¨¢tico. A partir de la cegaz¨®n ofensiva de los rojiblancos creci¨® el Athletic. Be?at comenz¨® a manejar el tiempo del partido con circulaciones poco arriesgadas, pero que frenaron el voltaje del Atl¨¦tico. Comenz¨® a aparecer m¨¢s Muniain entrel¨ªneas para sacar a pasear esa versi¨®n de mediapunta da?ino que ya dej¨® atr¨¢s sus tiempos de agitador rat¨®n de ¨¢rea. Tambi¨¦n De Marcos y Susaeta comenzaron a asomar por la derecha. Por ah¨ª se gest¨® el primer golpe del Athletic. Susaeta le gan¨® la espalda a Filipe Luis y su centro atr¨¢s lo enganch¨® San Jos¨¦. Oblak hizo el imposible de meter la mano en la escuadra, pero el rechazo lo empuj¨® Williams. Era el primer acercamiento serio del Athletic y el primer gol. Un varapalo dif¨ªcil que tuvo que digerir el Atl¨¦tico en el descanso.
La salida del intermedio ya depar¨® ese partido ambicioso y plagado de contratiempos que el equipo de Simeone fue superando hasta que lleg¨® esa jugada en el descuento que fundi¨® la a?eja t¨¢ctica del gol de cojo (13 de los 16 goles de God¨ªn con el Atl¨¦tico en Liga han sido de cabeza) con la modernidad tecnol¨®gica del VAR para refrendar la ¨¦pica del Atl¨¦tico. Y tambi¨¦n para recordar que hay un camino para ganar cuando el f¨²tbol es una emoci¨®n libre.
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