El supercl¨¢sico de los expatriados
El actor Juan Diego Botto, el exfutbolista Gustavo L¨®pez, el m¨²sico Ariel Rot, el baloncestista Nicol¨¢s Laprovittola y el escritor Mart¨ªn Caparr¨®s conversan con El Pa¨ªs sobre sus emociones acerca de vivir el River-Boca en la distancia
El River-Boca se jugar¨¢ en el Monumental, se vibrar¨¢ en Buenos Aires, pero se sentir¨¢ en todo el mundo. A su manera, cada uno con sus colores, m¨¢s cercanos o distantes, los amantes del f¨²tbol (o no) estar¨¢n pendientes del denominado partido de todos los tiempos. Mucho m¨¢s los argentinos, como el actor Juan Diego Botto, el exfutbolista Gustavo L¨®pez, el m¨²sico Ariel Rot, el baloncestista Nicol¨¢s Laprovittola y el escritor Mart¨ªn Caparr¨®s, que conversan con El Pa¨ªs sobre sus emociones acerca el derbi en la distancia, pegados a una pantalla o a una radio, por supuesto, tambi¨¦n al m¨®vil.
La memoria de la pelota. Juan Diego Botto se enamor¨® del f¨²tbol como quien se enamora de un pasado que nunca vivi¨®. Recuerdos fr¨¢giles convertidos en poderosa nostalgia. ¡°No s¨¦ si tuve el tiempo para engancharme, mi vinculaci¨®n con el f¨²tbol es la misma que tengo con el tango o con el dulce de leche. Quiz¨¢s haya sido algo que me gusta porque me tiene que gustar, un v¨ªnculo ¨ªntimo con una infancia que me encontr¨® entre dos ciudades¡±, cuenta el actor y dramaturgo argentino. Naci¨® en Buenos Aires en 1975 y lleg¨® a Madrid en 1978, despu¨¦s de que la ¨²ltima dictadura militar hiciera desaparecer a su padre, el tambi¨¦n actor Diego Fernando. ¡°Supongo que vivo el f¨²tbol como hijo de exiliados, en ese punto intermedio en el que se deja un parte all¨ª, mientras la otra est¨¢ aqu¨ª¡±. Y aqu¨ª est¨¢ presente el Barcelona, mientras all¨ª sigue vivo Boca. ¡°?Por qu¨¦ soy bostero?¡±, cuestiona Botto, ¡°no existe una explicaci¨®n. Una vez que en la infancia cae la moneda de un lado, esa suerte ya es para toda la vida¡±. Vio el partido de ida en Ibiza, donde est¨¢ rodando Los Europeos, junto a Ra¨²l Ar¨¦valo, dirigida por V¨ªctor Garc¨ªa Le¨®n. ¡°Todav¨ªa no s¨¦ d¨®nde voy a ver la vuelta. Este partido es un suceso mundial, todo el mundo me pregunta por su significado¡±, asegura Juan Diego Botto, abrochado a los recuerdos de la infancia, esa que un d¨ªa lo hizo hincha de Boca.
La felicidad partida. Gustavo L¨®pez visti¨® la camiseta de la selecci¨®n argentina entre 1994 y 2003. ¡°Es una sensaci¨®n ¨²nica, ya no solo porque jug¨¢s al f¨²tbol sino porque sab¨¦s que el pa¨ªs va a ser m¨¢s feliz si gan¨¢s¡±. El problema es que la felicidad no tiene lugar para todos en el supercl¨¢sico. ¡°El que gane vivir¨¢ la semana, el mes y el a?o m¨¢s feliz de su vida, pero el que pierda¡ la pasar¨¢ mal¡±, entiende el exjugador del Celta y el Zaragoza, entre otros. ¡°Como se vive un derbi en Argentina es incomparable. Existe un fanatismo, a veces desmedido, que traspasa lo verdaderamente art¨ªstico que es el f¨²tbol¡±, asegura L¨®pez, que vivi¨® la ida de la misma manera que vivir¨¢ la vuelta: trabajando. No se lo perder¨¢, por supuesto. Comentar¨¢ la final de la Libertadores en el Carrusel Deportivo de la Cadena SER.
Un partido entre Beatles y Stones. Por esos deseos del f¨²tbol, que no guardan ninguna explicaci¨®n racional, se asocia River al Real Madrid y Boca al Barcelona. Una conjura del azar que tambi¨¦n atrap¨® al m¨²sico argentino Ariel Rot, que vive en Espa?a desde los 16 a?os. ¡°Soy del Madrid por una cuesti¨®n casual: Los Rodr¨ªguez (el grupo que integr¨® en los 90) estaban vinculados al Real Madrid porque Jorge Valdano y Fernando Redondo ven¨ªan a algunos de nuestros conciertos¡±, recuerda. La moneda cay¨® en Chamart¨ªn de la misma manera que en N¨²?ez. ¡°Un amiguito del colegio me pregunt¨®: ¡®?sos de River o de Boca?¡±, recuerda. Sin motivo alguno contest¨® de River. Y all¨ª se qued¨®. ¡°En mi casa no se hablaba de f¨²tbol, mis padres eran intelectuales, artistas. Nunca me llevaron a la cancha¡±. Pero el cl¨¢sico no se lo pod¨ªa perder. ¡°Lo vi en la casa de mi hermana en Buenos Aires, quiz¨¢s sin mucho fanatismo ni conocimiento, pero s¨ª de una manera muy argentina, tomando mate y comiendo boller¨ªa¡±, cuenta. Ya de vuelta en Espa?a para cerrar la gira de despedida de Tequila (15 de diciembre, Sala Razzmatazz Barcelona), Rot busca un lugar para ver la vuelta. ¡°El f¨²tbol lo vivo como el tenis, sin esa pasi¨®n que lo eleva¡±. Sin embargo, el Boca-River es distinto. ¡°Si se lo tuviera que explicar a alguien, le dir¨ªa que es como los Beatles y los Stones en un mismo escenario¡±.
La camiseta de Riquelme. El s¨¢bado por la noche, el baloncestista argentino Nicol¨¢s Laprovittola se pegar¨¢ al televisor en un hotel de Zaragoza. El Joventut visita al Tecnyconta el domingo y estar¨¢ concentrado. ¡°Me gustar¨ªa estar en Buenos Aires, para vivir este momento con mis amigos y mis hermanos. La ida la mir¨¦ en una pizzer¨ªa de Poble Nou (Barcelona) con mi novia, grit¨¦ los goles con ganas, pero moderado. Hab¨ªa muchos hinchas de River¡±. Ahora llevar¨¢ con ¨¦l la camiseta de Boca. No la de Riquelme. ¡°Tengo una sin n¨²mero, me consiguieron la de Juan Rom¨¢n, pero no me cabe. ?Qu¨¦ le voy a hacer? Juego al baloncesto¡±.
Un lazo entre padre e hijo. En Buenos Aires parece imposible vivir de espaldas al f¨²tbol, tambi¨¦n para el escritor y periodista argentino Mart¨ªn Caparr¨®s. Eso s¨ª, hasta los 14 a?os. Entonces surgieron otras inquietudes y su Boca se qued¨® a un lado. Pero la Bombonera espera en el olvido y en la distancia. ¡°Cuando me fui de la Argentina en los 70 no era como ahora. Era dif¨ªcil seguir los partidos desde lejos. Volv¨ª a Buenos Aires en la d¨¦cada de los 80 y recuper¨¦ cierto inter¨¦s por el f¨²tbol¡±, cuenta Caparr¨®s. Un inter¨¦s que se potenci¨® cuando naci¨® su hijo Juan. ¡°Sent¨ªa que era algo que podr¨ªa compartir con ¨¦l por mucho tiempo, que incluso cuando ya no le interesara mucho m¨¢s de su anciano padre, Boca ser¨ªa un lugar de encuentro¡±. No le fall¨® el olfato. ¡°Hoy seguimos teniendo nuestros abonos en la cancha de Boca, que por razones obvias yo no puedo usar¡±. El hijo vive en Buenos Aires pero el padre no, as¨ª que, a veces, miran los partidos ¡®juntos¡¯ por Whatsapp. ¡°A los argentinos nos gusta que nos digan que nadie en el mundo vive el f¨²tbol como nosotros. Una cosa es darse aires con eso, otra es cre¨¦rselo. Es una forma dram¨¢tica, un poco violenta, que cada vez me inquieta m¨¢s. Se podr¨ªa disfrutar del f¨²tbol sin convertirlo en esa falsa cuesti¨®n de vida o muerte; hay muchas cosas por las que vale la pena pelear y el f¨²tbol no es una de ellas¡±.
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