Carlsen tumba, por fin, a Caruana
El noruego, campe¨®n desde 2013, retiene el t¨ªtulo dos a?os m¨¢s tras ganar el desempate con gran claridad (3-0)
El genio despert¨® en el momento preciso para doblegar, por fin, al retador en el duelo m¨¢s igualado de la historia (12 empates en las partidas lentas). El noruego Magnus Carlsen festejar¨¢ este viernes su 28? cumplea?os y cinco a?os de reinado, que ahora se ampl¨ªan a siete, tras imponerse (3-0) al estadounidense Fabiano Caruana, de 26, en un desempate r¨¢pido de 3,5 horas. El campe¨®n cobrar¨¢ 550.000 euros, por 450.000 del derrotado, m¨¢s un 5% para ambos de lo que han pagado los espectadores por Internet.
El ambiente previo era excepcional: se hab¨ªan agotado incluso las entradas VIP a 600 libras por cabeza (680 euros). Entre los invitados especiales estaba el escritor y dramaturgo espa?ol Fernando Arrabal, de 86 a?os: ¡°He venido expresamente desde Par¨ªs para ser testigo de este d¨ªa ¨²nico. Ahora que la mejor computadora de ajedrez es capaz de jugar como el campe¨®n del mundo tras unas horas de aprendizaje, me atrae mucho ver de cerca a los mejores humanos", dijo a EL PA?S antes de sentarse en la primera fila de los espectadores. Tambi¨¦n estaban los padres de Caruana, Luigi y Santina, desplazados desde San Luis (Misuri, EEUU) para ver la coronaci¨®n de su hijo. Preguntada por su estado de ¨¢nimo, ella se limit¨® a cruzar los dedos.
Todos los portales que han retransmitido el Mundial en directo por Internet ampliaron su capacidad para no sufrir colapsos en el d¨ªa clave. Los periodistas no cab¨ªan en la sala de prensa, ni siquiera sentados en el suelo.
Tras pasar un control de metales especialmente minucioso (en busca de artilugios electr¨®nicos escondidos por donde pudieran recibir ayuda exterior) por cada cent¨ªmetro del cuerpo, por delante y por detr¨¢s, ambos jugadores tomaron asiento en el escenario para aguantar estoicamente los disparos de 30 reporteros gr¨¢ficos que previamente hab¨ªan mantenido tremendas discusiones con la organizaci¨®n para lograr una de esas valiosas plazas. Y por fin empez¨® el desempate del duelo m¨¢s igualado de la historia.
Carlsen, con blancas en el primer asalto, hizo por fin lo que muchos piensan que deber¨ªa haber sido su estrategia general en todo el duelo: salirse de las l¨ªneas de apertura m¨¢s conocidas lo antes posible (en la 4? jugada). Pero Caruana reaccion¨® en la 6? desvi¨¢ndose de las pocas referencias conocidas, y el noruego opt¨® por buscar de inmediato el cambio de damas. Es decir, lo que ha hecho tantas veces en los torneos para imponerse a rivales inferiores a Caruana: provocar una posici¨®n sosa, donde su derrota roza lo imposible, y terminar ganando por mejor t¨¦cnica y mayor resistencia f¨ªsica.
Y entonces ocurri¨® algo que solo puede explicarse por la tensi¨®n nerviosa que sufr¨ªa Caruana, a pesar de que la fortaleza psicol¨®gica ha sido uno de sus puntos fuertes a lo largo de todo el duelo. Tras agotar cinco minutos de los 25 asignados a cada bando para toda la partida, el aspirante hizo una jugada de alto riesgo cuando dispon¨ªa de otra muy s¨®lida, y qued¨® en una posici¨®n claramente inferior y con mucho menos tiempo. Fue Carlsen quien decidi¨® invertir entonces ocho minutos en porf¨ªa de un remate preciso. Pero no lo encontr¨®; lo hab¨ªa, pero hab¨ªa que ser una m¨¢quina para verlo, y Carlsen a¨²n no ha llegado a ese estado mental.
Carlsen: ¡°No soy mejor en partidas lentas¡±
La habitual sinceridad de Magnus Carlsen sali¨® a relucir una vez m¨¢s pocos minutos despu¨¦s de ser campe¨®n del mundo por cuarta vez en cinco a?os: ¡°Esta claro que ahora mismo no soy mejor que Fabiano [Caruana] al ritmo cl¨¢sico, y que debo trabajar en ello durante los dos pr¨®ximos a?os¡±. Tambi¨¦n desvel¨® las claves de su inseguridad y aversi¨®n al riesgo: ¡°La primera partida me marc¨®. Desaprovech¨¦ una gran oportunidad da dar el golpe nada m¨¢s empezar el duelo. Y estaba convencido de que iba a tener muy pocas ocasiones as¨ª. Esa idea me ven¨ªa una y otra vez, y sin duda ha influido negativamente en mi juego¡±.
El campe¨®n renovado insisti¨® varias veces en que ¡°Caruana es extraordinariamente fuerte¡±, y justific¨® su falta de pegada en la duod¨¦cima partida, cuando ofreci¨® tablas en una posici¨®n ventajosa y con m¨¢s tiempo: ¡°Entr¨¦ en el escenario con el objetivo de hacer tablas, y por eso no prest¨¦ la debida atenci¨®n a las posibilidades de victoria¡±.
Su sinceridad brill¨® al m¨¢ximo cuando le preguntaron por las duras cr¨ªticas de Gari Kasp¨¢rov y Vlad¨ªmir Kr¨¢mnik por su falta de combatividad en esa ¨²ltima partida lenta: ¡°Obviamente, tienen derecho a decir esas estupideces¡±.
Sin embargo, su elecci¨®n era peor pero no mala: un final de torres con ventaja muy dif¨ªcil de convertir, incluso para ¨¦l, con solo tres minutos en el reloj. En condiciones normales de tensi¨®n nerviosa, la tarea de arrancar el empate una vez m¨¢s no hubiera sido muy dif¨ªcil para Caruana. Pero no era el caso: cometi¨® un segundo error, y este ya fue mortal.
Era una prueba de fuego para que el aspirante demostrase si sus nervios son tambi¨¦n de acero en posiciones de presi¨®n m¨¢xima. Su primera decisi¨®n importante en el segundo asalto consisti¨® en una jugada m¨¢s incisiva de lo normal, pero el campe¨®n reaccion¨® con seguridad, y mantuvo la lucha en equilibrio, hasta que, en su ansia por atacar, Caruana no encontr¨® la ¨²nica jugada buena para seguir haci¨¦ndolo, y se vio sometido a un contrataque letal: 2-0.
Caruana a¨²n pele¨®, y fue coherente al elegir para el tercer asalto la Defensa Siciliana, mucho m¨¢s incisiva que la habitual Petrov. De hecho, logr¨® crear cierta tensi¨®n. Pero, con la perspectiva del triunfo tan cerca, Carlsen recuper¨® la confianza que hab¨ªa perdido desde que no fue capaz de rematar una posici¨®n ganadora en la primera partida lenta, y fue implacable.
Finalmente, el aspirante no ha logrado ganar una sola partida de 15 al campe¨®n, aunque tuvo al menos dos oportunidades (en la 6? y 8?). Carlsen ha sacado el m¨¢ximo provecho de las reglas actuales, pero es muy probable que este sea el ¨²ltimo duelo con ellas, por el gran riesgo de que sean contraproducentes para difundir el ajedrez. La victoria de Carlsen es inapelable desde el punto de vista cient¨ªfico, pero no es la que se espera de un gran campe¨®n. Su rendimiento desde hace dos a?os es claramente peor que cuando destron¨® a Viswanathan Anand, en 2013. Lo que no ha cambiado es que sigue siendo un genio, y eso le ha bastado para tumbar a Caruana tras 12 empates consecutivos.
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