Isco, cinco a?os sin acabar de encajar en el Madrid
Al malague?o, ahora arrinconado por Solari, siempre le ha costado convencer del todo a los t¨¦cnicos
Zinedine Zidane limita su aparici¨®n a un cameo en el documental oficial sobre la conquista de la Decimotercera Copa de Europa, producido por Real Madrid TV b¨¢jo el t¨ªtulo de En el Coraz¨®n de la Decimotercera. Apenas interviene un minuto, durante el descanso de la final. Manos en los bolsillos y voz susurrante, el entrenador se desliza hasta el medio del vestuario, da un par de directrices y ¨²nicamente corrige a Isco Alarc¨®n:
¡ªEllos [el Liverpool] lo que quieren es esperar a que juguemos al pie para venir a presionarnos con sus tres mediocampistas [Henderson, Wijnaldun y Milner]. Son gente que nos hacen da?o. Entonces, lo que tenemos que hacer es jugar de cara para Sergio, Marcelo o Raphael, y saltar la l¨ªnea. Lo que quiero es... ?Isco! Un poco m¨¢s arriba, qu¨¦date detr¨¢s de sus tres centrocampistas, entre l¨ªneas... En el medio, nada en los pies; y si jugamos, de cara y saltando las l¨ªneas¡±.
Sentado en silencio, cabizbajo entre los suplentes, Isco se limit¨® a responder con un ¡°vale¡±. La cosa, sin embargo, sigui¨® sin gustarle a Zidane, que, tras comprobar c¨®mo Isco insisti¨® en bajar a entretener la pelota al mediocampo, le sustituy¨® por Bale en el minuto 63, cuando el partido iba 1-1.
Isco gan¨® su cuarta Champions pero acab¨® la temporada 2017-18 se?alado por Zidane y el club dej¨® de considerarle un futbolista estrat¨¦gico. Su actual desencuentro con Santiago Solari, su nuevo entrenador, solo es una novedad por el grado de marginaci¨®n al que le ha sometido despu¨¦s de darle la titularidad a 20 futbolistas ¡ªtodos con mayor n¨²mero de minutos a lo largo de seis partidos¡ª antes que a Isco.
Solari argument¨® ¡°razones t¨¦cnicas¡± para mandarle a la grada este martes en Roma, en el partido en el que el Madrid asegur¨® el liderato del Grupo G de la Champions. La justificaci¨®n fue ordinaria. La situaci¨®n, sin embargo, se sale de los cauces habituales de gesti¨®n de conflictos. Es la segunda vez desde que Florentino P¨¦rez regres¨® a la presidencia del club, en 2009, que un futbolista que goza de una remuneraci¨®n en la parte alta de la horquilla es descartado por razones ¡°t¨¦cnicas¡±. El primero fue Kak¨¢, a quien Mourinho empuj¨® a dejar el club tras una sucesi¨®n de problemas f¨ªsicos.
M¨¢s por sentimentalismo que por una producci¨®n cuantificable, desde su llegada en 2013 Isco se asegur¨® la condici¨®n de ¨ªdolo de la hinchada del Bernab¨¦u. El p¨²blico sinti¨® que este muchacho gracioso, atrevido y habilidoso, podr¨ªa encarnar con la camiseta blanca al sucesor de Iniesta y Xavi en el imaginario colectivo de La Roja. El sue?o de la masa social contrast¨® con la visi¨®n de los entrenadores. Uno de los t¨¦cnicos que le dirigi¨® confes¨® el dilema: si le pon¨ªa como mediapunta le faltaba gol, en la banda le faltaba desborde, y en el medio le faltaban cualidades organizativas y f¨ªsicas.
Ancelotti le situ¨® el 10? en el reparto de minutos en la temporada 2013-14 y el 6? en la 2014-15, debido a las lesiones de varios titulares. En la temporada 2015-16, entre Ben¨ªtez y Zidane le colocaron en el 8? puesto del reparto. Desde entonces, con Zidane fue a menos. El franc¨¦s le convirti¨® en su 12? jugador m¨¢s ¨²tilizado en los cursos 2016-17 y 2017-18. Ahora, a sus 26 a?os, es el hombre n¨²mero 15? de la plantilla. Nunca hab¨ªa jugado menos de diez partidos de Liga a la conclusi¨®n de la jornada 13?: solo actu¨® en nueve.
Renovaci¨®n hasta 2022
Hace dos temporadas el Bar?a le ofreci¨® ficharle libre en enero de 2018. Alarmados ante el peligro de la p¨¦rdida de uno de sus jugadores m¨¢s populares, hace un a?o los dirigentes del Madrid le renovaron hasta 2022 poni¨¦ndole uno de los salarios m¨¢s elevados de la plantilla, solo por debajo de Ramos y Bale: siete millones de euros netos por curso. Un gesto pol¨ªtico m¨¢s que deportivo.
Isco pronto desapareci¨® de la lista de los jugadores que el club considera intocables. Contra la inercia, el interludio de Julen Lopetegui en el banquillo de Chamart¨ªn le permiti¨® sentir el calor que ning¨²n entrenador le garantiz¨® hasta entonces, para disgusto suyo. Isco nunca reprimi¨® su car¨¢cter desafiante. Los compa?eros indican que cada vez que le castigaron con la suplencia ¨¦l normalmente reaccion¨® haciendo de los entrenamientos verdaderas exhibiciones de freestyle: la clase de frivolidades con el bal¨®n que, en medio de los ejercicios t¨¢cticos, molestan a los t¨¦cnicos. Algo de eso, seg¨²n el entorno, ha desencadenado su roce con Solari.
¡°No soy qui¨¦n para darle consejos a Isco¡±, dijo Marcelo en Roma; ¡°Somos mayores, padres de familia, sabemos lo que tenemos que hacer. Todos queremos jugar pero toca trabajar¡±.
Isco resume el drama deportivo de un Madrid con serias dificultades de regeneraci¨®n. La alineaci¨®n de la primera final de Champions de Zidane, en 2016, fue Navas; Carvajal, Ramos, Pepe, Marcelo; Casemiro, Kroos Modric; Bale, Benzema y Cristiano.
Transcurridos m¨¢s de tres a?os, los imprescindibles siguen siendo los mismos ¡ªa falta de Cristiano, el m¨¢s insustituible de todos¡ª y los actores secundarios cada vez pesan menos.
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