Una fiesta en casa para las nueve pe?as de River y Boca que hay en Espa?a
Aficionados de los dos equipos, avergonzados por el desenlace de la final en Buenos Aires, se ilusionan con el supercl¨¢sico
Asunci¨®n o Miami. Medell¨ªn o Par¨ªs. Ninguna de ellas.?La vuelta de la final de la Copa Libertadores se jugar¨¢ en Madrid. Y entonces comenzaron a arder los grupos de WhatsApp de los argentinos en Espa?a. ¡°No lo podemos creer, esto no se lo esperaba nadie. Hay que mirar el lado positivo, vamos a tener a Boca aqu¨ª. Desde que esta ma?ana surgi¨® el rumor, no paraban de llegar mensajes. Somos m¨¢s de 400 en el grupo, imag¨ªnese el caos¡±, explica El¨ªas S¨¢nchez, vicepresidente de Pasi¨®n Xeneize, pe?a de Boca Juniors en Barcelona. ¡°El partido se ten¨ªa que jugar en la cancha de River, todos quer¨ªamos que se jugara en el Monumental. Al menos, ahora, vamos a poder ir a ver la final. La tenemos cerca¡±, se suma Marcelo expresidente, de la filial de River en la capital catalana.
En Espa?a, los dos gigantes de Argentina tienen nueve pe?as. Boca tiene cinco (Barcelona, Andorra, Valencia, Madrid y Mallorca) y River, cuatro (Barcelona, Madrid, Valencia y M¨¢laga). Distintos colores, calcada melancol¨ªa. Lo que comenz¨® como un grupo reducido de amigos que se juntaban a ver los partidos de la Superliga se ha convertido en organizadas pe?as, capaces de activar lazos con Buenos Aires. ¡°Cuando vino Boca a jugar el Gamper (el pasado 15 de agosto cay¨® ante el Barcelona 3-0) fue incre¨ªble. Organizamos una fiesta en la que particip¨® el presidente Daniel Angelici. Nos dejaron pasar al hotel donde estaban concentrados, hablamos con los jugadores. Impresionante¡±, recuerda El¨ªas.
Misma f¨®rmula utilizaron los hinchas de River. Antes de que el cuadro de N¨²?ez disputara la final de Mundial de Clubes frente al Bar?a en Jap¨®n en 2015, Enzo Francescoli, director deportivo, y Rodolfo D' Onofrio, presidente, estuvieron en la capital catalana. ¡°Hicimos un asado para ellos, yo estaba sentado al lado del Enzo. Me contaba las patadas que le daba Astrada a Aimar en los entrenamientos¡±, explica Marcelo.
Un contacto que no se perdi¨®. D?Onofrio le reserv¨® 10 entradas (remuneradas) a cada pe?a de River en Espa?a para que pudieran ir a ver la final al Monumental. Los tickets llegaron, el partido no. ¡°Yo tengo un bar en Matar¨® y el lunes, despu¨¦s de la doble suspensi¨®n, no sab¨ªa qu¨¦ explicarles a los clientes. Un fracaso mundial, una falta de respeto al f¨²tbol¡±, asegura el hincha de Boca, El¨ªas S¨¢nchez. Del entusiasmo m¨¢ximo, a la vergonzosa indiferencia. ¡°Se me bajaron los decibeles. El miedo a perder ya no existe. Ahora no s¨¦ qu¨¦ sentir, supongo que volver¨¦ a tener esa adrenalina. No lo s¨¦¡±, completa Marcelo, seguidor de River.
De Buenos Aires a Madrid, distintos m¨¦todos de organizaci¨®n para no perderse la final. ¡°En la ida, tuvimos que reservar un sitio para 800 personas. Ahora, hay que preparar el viaje al Bernab¨¦u¡±, dice El¨ªas. No ser¨¢ la primera vez. En marzo las pe?as de River y Boca en Barcelona organizaron el desplazamiento para ver el amistoso entre Espa?a y la selecci¨®n de Sampaoli en el Wanda Metropolitano (6-1). ¡°Contratamos varios autocares, nos cost¨® ida y vuelta 40 euros a cada persona. Llegamos a Madrid a las siete de la ma?ana y volvimos despu¨¦s del partido. Tendremos que hacer lo mismo¡±, asegura El¨ªas. Eso s¨ª, cada pe?a hizo su viaje. No era cuesti¨®n de unirse, ni siquiera bajo los colores de Argentina. ¡°Nosotros hicimos un banderazo en la puerta de Wanda, ellos en la estaci¨®n del Metro¡±, remata Marcelo. Ni en Buenos Aires, ni tampoco en Madrid, la nostalgia ata en un mismo grito a las aficiones de Boca y River.
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