El vuelo de Pity Mart¨ªnez
El mediapunta de River, que lleg¨® a callar al Monumental, se ha convertido en una pieza b¨¢sica y cotizada
Por revoltoso, sobre todo inquieto, a Gonzalo Mart¨ªnez (Guaymall¨¦n, Mendoza; 25 a?os) su madre lo rebautiz¨® Pity, por la Pititorra, un ave de la regi¨®n de Cuyo (Argentina), conocida por su trino dulce y aleteo el¨¦ctrico. Tan el¨¦ctrico como el f¨²tbol de Mart¨ªnez, un enganche zurdo y habiloso, un talento que descubri¨® en un potrero de Las Heras (Mendoza) Goyo Carrizo, miembro de un equipo tan c¨¦lebre en Argentina, Los Cebollitas, como el nombre de su futbolista estrella, Diego Armando Maradona. ¡°Era chiquito, muy flaquito. Se par¨® a mi lado y me dijo: ¡®Quiero ir a Buenos Aires¡¯. ¡®Haz algo que te tengo que ver. Mostrate pibe¡¯, le dije¡±, le comentaba Carrizo a El Gr¨¢fico; ¡°Y se puso las pilas. En cinco minutos me di cuenta de que era distinto¡±. De Hurac¨¢n de Las Heras a Hurac¨¢n de Buenos Aires, siempre con su gambeta el¨¦ctrica como bandera.
El vuelo de Pity enamor¨® a Marcelo Gallardo. En 2014, el primer jugador que le pidi¨® al director deportivo, Enzo Francescoli, cuando se sent¨® en el banquillo de River, fue Mart¨ªnez. No lo consigui¨®. En 2015, volvieron a la carga. Mejor suerte, nada barato. El cuadro millonario le pag¨® a Hurac¨¢n 4,7 millones de d¨®lares por el 75% de sus derechos federativos. Se convirti¨® en el segundo fichaje m¨¢s caro en la historia del club de N¨²?ez, entonces solo superado por Ariel Ortega ¡ªcinco millones por el 50% de su pase al Parma¡ª. No tuvo, sin embargo, un despertar feliz. Escuchaba m¨¢s silbidos que aplausos, cuestionado por un estadio que hab¨ªa recuperado su hist¨®rico paladar fino despu¨¦s de haber probado el barro en Segunda, poco tolerante con sus detalles fr¨ªvolos, sumado a su inconsistencia en el juego.
Una mala decisi¨®n de Mart¨ªnez pareci¨® llevar su relaci¨®n con la hinchada a un callej¨®n sin salida. Cansado de los murmullos, Pity mand¨® callar al Monumental. No prolong¨® su gesto como Ra¨²l en el Camp Nou, pero fue lo suficientemente claro como para que lo pescaran las c¨¢maras de televisi¨®n. ¡°Estoy arrepentido de ese momento, no pens¨¦ y me equivoqu¨¦¡±, aclar¨® tiempo despu¨¦s. Gallardo, en cualquier caso, estaba convencido de que Pity estaba destinado a conquistar el Monumental. ¡°Me voy a poner mal si el Pity termina explotando en otro lado¡±, asegur¨® el t¨¦cnico de River. Y no era cuesti¨®n de que Mart¨ªnez defraudara a su gran valedor.
El punto de inflexi¨®n entre la hinchada y el 10 estuvo en un Supercl¨¢sico en la Bombonera en 2017. Mart¨ªnez dibuj¨® un zurdazo brillante, de volea, para abrir el marcador en un duelo que termin¨® 1-3. Un a?o despu¨¦s, en la Supercopa Argentina, volvi¨® a gritar en el cl¨¢sico. Esta vez, de penalti. Para volver a celebrar otro gol precioso, de nuevo en el estadio de Boca, de nuevo para que River se impusiera en el derbi. Ya no hab¨ªa dudas, el mendocino era el nuevo ¨ªdolo de la afici¨®n. Y no hab¨ªa mejor manera de demostrarlo que con una canci¨®n. ¡°El Pity Mart¨ªnez que loco que est¨¢, se los coge a los bosteros, se los coge de verdad¡±.
¡°Sab¨ªa que, en alg¨²n momento, mi situaci¨®n se iba a dar la vuelta. Confiaba en mis condiciones a morir y sab¨ªa lo que puedo dar. Tambi¨¦n es gracias al t¨¦cnico, que siempre me habl¨®, y a mis compa?eros, que nunca me trataron mal¡±, relata el mediapunta. La novelesca historia de Mart¨ªnez con River ya anda por el final. Y hay pocos finales m¨¢s atractivos que ante su v¨ªctima preferida y en la final de la Copa Libertadores. ¡°Es el jugador m¨¢s importante de nuestro equipo, ser¨¢ muy dif¨ªcil, si no imposible, reemplazarlo¡±, sostienen desde el club de la banda.
Mart¨ªnez mudar¨¢ su f¨²tbol el¨¦ctrico a la MLS. En este verano argentino, el Atlanta tiene previsto pagar los 15 millones de d¨®lares de su cl¨¢usula de rescisi¨®n. Asoma uno de los ¨²ltimos vuelos del Pity, nada menos que en el Santiago Bernab¨¦u.
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