Chispas y belleza a raudales
Miles est¨¢ a la altura de la gran creatividad de Ljub¨®jevic, y gana con un contragolpe muy brillante
Blancas: Rc1, Td1, Th1, Ab3, Cc3, Dd3, Cd4, Ag5; peones en a2, b2, c2, e4, f4, g2 y h4.
Negras: Dd8, Tf8, Rg8, Ad7, Ag7, Cf6, Tc5, Cc4; peones en a7, b5, d6, e7, f7, g6 y h5.
Tony Miles (1955-2001) solo vivi¨® 46 a?os, pero fueron tan intensos que bien podr¨ªan haber sido 92. Ni?o prodigio, subcampe¨®n (1973) y campe¨®n (1974) del mundo sub 20, en 1976 gan¨® la recompensa de 5.000 libras esterlinas que ofreci¨® el millonario Jim Slater (el mismo que dobl¨® la bolsa de premios del duelo Fischer-Spasski de 1972) al primer gran maestro nacido en el Reino Unido. Pronto se convirti¨® en uno de los mejores jugadores occidentales, estimulado adem¨¢s por su pertenencia a la generaci¨®n de oro de ajedrecistas ingleses (Nunn, Short, Spielmann, Stean, Mestel¡) que ganaron varias medallas ol¨ªmpicas.
Pero su progresi¨®n deportiva se vio lastrada por su inestabilidad mental ¨Cque deriv¨® en varias crisis y algunos esc¨¢ndalos y pol¨¦micas¨C, probablemente alimentada por su hiperactividad competitiva (jug¨® innumerables y agotadores torneos de fin de semana) y sus frecuentes cambios de parejas sentimentales. Muri¨® por un fallo cardiaco, conectado con la diabetes. Era un gran luchador, y muy creativo. La partida de este v¨ªdeo, frente a otro gran artista, Ljubomir Ljub¨®jevic, en la Olimpiada de Malta 1980, es un brillante ejemplo de lo que puede ocurrir cuando dos gladiadores afrontan el combate con el doble objetivo de ganar y crear belleza, sin que el riesgo importe.
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