Griezmann gana un partido loco
El Atl¨¦tico se impone en Zorrilla a un gran Valladolid que logr¨® igualar una desventaja de dos goles, pero que pag¨® su falta de punter¨ªa ante la meta de Oblak
El f¨²tbol puede ser tan imprevisible que con dos equipos que lo f¨ªan todo al orden un partido puede desembocar en un desenfreno futbol¨ªstico y emocional. Una monta?a rusa alocada en la que entraron en juego los estados an¨ªmicos que genera el marcador y el empuje entusiasta de la grada. Hubo de todo en Zorrilla. Juego t¨¢ctico en el primer tiempo y f¨²tbol visceral en el segundo. Gan¨® el Atl¨¦tico, pero tambi¨¦n pudo perder. Cuando se jug¨® a lo que quiso el equipo de Simeone, sus futbolistas se impusieron en el marcador y en la pizarra. Cuando el Valladolid se desmelen¨®, sufri¨® y mucho.
Comenz¨® a marcar diferencias el Atl¨¦tico con el partido atado. Los dos equipos defendiendo los espacios como centuriones. Sin concesiones. Todo era orden y rigor. Hasta que Griezmann atisb¨® uno de esos movimientos que le dan a Kalinic el valor que se supone que tiene. Un desmarque en diagonal hacia un buen retal de verde limpio de adversarios que los centrales del Valladolid descuidaron. La definici¨®n del delantero croata fue muy natural. Un tirito cruzado y raso sobre la salida de Masip.
No hab¨ªa pasado nada y el Atl¨¦tico ya ganaba. No hay equipo que se maneje mejor en esta clase de partidos tan t¨¢cticos. Sus jugadores est¨¢n aleccionados para leer donde hacer da?o a la m¨ªnima que el contrario le ense?a una costura. Por ah¨ª se col¨® Kalinic y por ah¨ª comenz¨® a morir el Valladolid. Tuvo el equipo de Sergio un ataque de orgullo que evidenci¨® donde estuvo el partido. Dos incursiones consecutivas de Nacho acongojaron a los rojiblancos. En la primera, Oscar Plano remat¨® alto. No pas¨® un minuto cuando Unal, solo en la frontal del ¨¢rea de peque?a, se pas¨® de giro de tobillo para empujar el centro raso de Nacho. El Atl¨¦tico, una ocasi¨®n, un gol. El Valladolid, dos oportunidades, dos lamentos.
Esas dos jugadas tambi¨¦n reflejaron que si el lado d¨¦bil del equipo de Simeone estaba en la derecha, tambi¨¦n este era el carril m¨¢s da?ino en ataque. Arias corre mejor hacia adelante que hacia atr¨¢s. Suyo fue el centro atr¨¢s que Griezmann recogi¨® en la medialuna. El franc¨¦s quiso colocar una rosca que sali¨® desviada tras tocar en las manos de Kiko Olivas. El cambio de trayectoria obligo a Masip a una buena parada. El juego continu¨® hasta que el VAR avis¨® al colegiado Undiano Mallenco de la acci¨®n de Olivas. Se?alado el penalti, el personal se encendi¨®. Griezmann no perdon¨® con un golpeo fuerte y alto. El golpe para los locales fue al l¨ªmite del primer acto. Se fueron con dos en goles en contra sin saber ni c¨®mo ni por qu¨¦
El caldeo ambiental por el penalti depar¨® a un Valladolid desatado desde el primer minuto de la reanudaci¨®n. Le quit¨® la pelota al Atl¨¦tico subiendo de recoluciones la presi¨®n y lo encajon¨®. Afilado por las bandas, con la pareja Nacho y ?scar Plano por la izquierda y con Keko por la derecha comenz¨® un bombardeo de centros laterales que hundi¨® al Atl¨¦tico en su ¨¢rea. Oblak tuvo que sacar un cabezazo de Enes Unal, que le remat¨® a medio metro. Al poco, el esloveno tuvo que volar a una escuadra para desviar un cabezazo envenenado de Savic.
Acogotado, el el equipo de Simeone empez¨® a doblar la rodilla en un saque de esquina. Calero lo caz¨® y Oblak no estuvo fino ni en la defensa del ¨¢rea peque?a por ser un entro cerrado ni en su intento por detener el remate. Que la soluci¨®n para el Valladolid estaba en en colgar balones parec¨ªa evidente. Hac¨ªa tiempo que no se ve¨ªa a los jugadores del Atl¨¦tico sufrir tanto en la defensa del juego a¨¦reo. Cada centro era una pesadilla. En ese imp¨¢s, Filipe tuvo que abandonar el campo al volver a recaer. Sa¨²l tom¨® el lateral izquierdo y tambi¨¦n fue el que hizo estallar Zorrilla al introducir de rebote en propia puerta un c¨®rner pasado al segundo palo. A la tremenda, el Valladolid empat¨® el partido en los primeros veinte minutos del segundo tiempo.
Estaba noqueado el Atl¨¦tico, muy poco acostumbrado a que lo zarandeen y lo sometan de esa manera tan inttensa y contin¨²a. Simeone, intuyendo la debacle, busc¨® una reacci¨®n de peso en el centro del campo sacando a Kalinic y metiendo a Vitolo y dado entrada a Gelson por Correa. Los cambios frenaron un tanto al Valladolid, que ya tuvo que defender un par de jugadas en su ¨¢rea. Comenz¨® a llegar el Atl¨¦tico y en un c¨®rner, tras varios barullos, se encontr¨® con la victoria. Griezmann, esquinado, cruz¨® la pelota al rinc¨®n. Ah¨ª ya el Atl¨¦tico volvi¨® a jugar que no pasara nada. Aunque hab¨ªa pasado mucho.
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