Iv¨¢n Hierro, el traficante que quiere olvidar que delat¨® a sus clientes
El atleta, condenado por tr¨¢fico de dopaje, pide que se borren de su sentencia los nombres de los atletas que recibieron sus paquetes para evitar que les sancionen
Pocos d¨ªas despu¨¦s de hacerse p¨²blica la sentencia de la Operaci¨®n Jimbo, Iv¨¢n Hierro se arrepinti¨® de haberle ordenado a su abogado que la aceptara y se comprometiera a no recurrirla. Y no se arrepinti¨® tanto de mostrar su conformidad con una condena de seis meses que no supon¨ªa ingreso en prisi¨®n como, m¨¢s bien, de haber hablado tanto ante la polic¨ªa y la fiscal, lo que hab¨ªa conducido a que en la sentencia se identificara a sus clientes, la mayor¨ªa atletas de ¨¦lite.
Era un desastre para sus amigos y colegas del gremio, porque ¨¦l tambi¨¦n era atleta. Su reputaci¨®n estaba por los suelos. Hab¨ªa cantado. Si la juez se hab¨ªa tomado la molestia de citarlos con nombre y apellidos, un hecho inusual en las sentencias de los delitos contra la salud, no era por otra raz¨®n que la de posibilitar que la agencia espa?ola antidopaje (AEPSAD) los sancionara deportivamente por posesi¨®n.
La ¨²nica soluci¨®n que se le ocurri¨® a Hierro para evitarlo fue la de cambiar de abogado, acudir a la fiscal a decirle que ¨¦l se hab¨ªa equivocado con los nombres e interponer un recurso de nulidad parcial de la sentencia. Bastaba, dijo, con que se borrara a los atletas citados. La maniobra interrumpi¨® el expediente sancionador abierto en junio pasado por la AEPSAD a Margarita Fuentes Pila, Lolo Penas y los hermanos Fernando y Julio Rey, entre otros. Todas las actuaciones quedaron paralizadas y dej¨® de surtir efecto la suspensi¨®n cautelar con que hab¨ªan sido ya castigados.
La reclamaci¨®n surti¨® efecto instant¨¢neo, pero finalmente, quiz¨¢s, todo su empe?o habr¨¢ sido vano. Seg¨²n fuentes conocedoras del caso, la Audiencia Provincial de Cantabria dictar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas una resoluci¨®n denegando la petici¨®n de Hierro. No habr¨¢, insisten, revocaci¨®n de la sentencia inicial, ya que la juez no quiere rectificarse a s¨ª misma pese a que la fiscal se sum¨® al deseo de olvido expresado por Hierro, y los deportistas mencionados ser¨¢n sancionados con varios a?os de suspensi¨®n. Gracias a la sentencia, y apoy¨¢ndose en los autos de la investigaci¨®n policial que reflejan el n¨²mero de paquetes de sustancias dopantes recibido por cada uno de los atletas y su contenido (principalmente EPO y anabolizantes) revelado por los esc¨¢neres a los que los sometieron, la agencia considera probado que todos ellos entraron en posesi¨®n de productos prohibidos para deportistas federados. La posesi¨®n en s¨ª ya est¨¢ prohibida y sancionada. La ¨²nica defensa a que se agarran los implicados es la presunta prescripci¨®n de los hechos, ocurridos en algunos casos antes de la entrada en vigor de la ley antidopaje.
Los env¨ªos de Hierro tuvieron lugar en 2013 y 2014. Seg¨²n la polic¨ªa, Penas recibi¨® cinco paquetes; Fuentes Pila, cuatro, y los hermanos Rey, seis, todos ellos enviados a Toledo al domicilio de la maratoniana Vanessa Veiga, pareja del mayor de los Rey. Todos ellos superan o rondan los 40 a?os. Solo Fuentes Pila permanece en activo, percibiendo ingresos por su actividad deportiva a trav¨¦s de sus acuerdos de imagen con la marca de calzados Robusta. Quiz¨¢s por ello ha sido Margarita, de 36 a?os, la menor de la dinast¨ªa Fuentes Pila (su hermana mayor, Zulema, a¨²n sigue compitiendo a alto nivel a los 41 a?os y represent¨® a Espa?a en los ¨²ltimos Europeos de cross, y la mediana, Iris, tambi¨¦n es atleta de alto nivel), la m¨¢s combativa en el proceso. Tambi¨¦n, dado que ya fue sancionada seis meses por dopaje en 2015, la que se arriesga a una mayor suspensi¨®n.
En todos sus escritos ante la AEPSAD y ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), ante el que aleg¨® para que se le levantara la suspensi¨®n cautelar que llevaba aparejada la apertura de su expediente disciplinario, la atleta c¨¢ntabra ha negado que recibiera ning¨²n paquete de Hierro, ¡°y mucho menos de sustancias dopantes¡± y ha afirmado que su nombre apareci¨® por error y descuido de la fiscal¨ªa. Tambi¨¦n ha expuesto una serie de cuestiones que ella consideraba irregulares (como que Hierro no hubiera firmado personalmente la conformidad con la sentencia inicial, sino que lo hubiera hecho su abogado, a quien hab¨ªa otorgado poderes ya que se encontraba hospitalizado) y hasta una carta en la que la fiscal del caso acepta expresamente sus tesis y las nuevas de Hierro y promete, si se celebra una nueva comparecencia para prestar nueva conformidad, borrar al menos un nombre de la sentencia, ya que, afirma, los paquetes de Margarita Fuentes Pila no hab¨ªan sido escaneados.
Sin embargo, siempre seg¨²n fuentes cercanas al caso, la Audiencia c¨¢ntabra no estaba dispuesta a aceptar el borrado de los nombres. La AEPSAD no tendr¨ªa entonces obst¨¢culos para actuar.
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