Al golf no se juega en ch¨¢ndal
El debate sobre la vestimenta enfrenta a los defensores de las tradiciones y quienes piden un cambio
Tommy Fleetwood abri¨® la caja de los truenos. ¡°Quiero que el golf sea un deporte de f¨¢cil acceso para mis hijos. Si quieren jugar en ch¨¢ndal, ?por qu¨¦ no?¡±, dijo hace unos d¨ªas el melenudo golfista ingl¨¦s, n¨²mero 13 del mundo. Y los cimientos de un deporte tan conservador temblaron. La simple idea de alterar la etiqueta en el golf ha encendido un debate entre quienes pretenden conservar al mil¨ªmetro las tradiciones y quienes apuestan por subirse a la ola de cambios. Dentro del propio deporte, la mayor¨ªa se decanta por dejar el armario como est¨¢, s¨ªmbolo de distinci¨®n. Pero la mecha est¨¢ prendida.
¡°El golf es un deporte de tradiciones, antiguo¡±, explica Nacho Gerv¨¢s, director deportivo de la Federaci¨®n Espa?ola. ¡°Entiendo que se evolucione, que haya cambios, pero en la vestimenta es bueno que se mantengan las tradiciones. No me gustar¨ªa que se jugara en ch¨¢ndal ni en pantal¨®n corto. Hay ciertas l¨ªneas que no conviene pasar. Aqu¨ª no vale todo. No vale el argumento de que el golf ser¨¢ m¨¢s popular por ir en ch¨¢ndal. Nuestro deber es mantener las tradiciones. Y no es por elitismo. Llevar un pantal¨®n normal no es elitista. La etiqueta en el golf no es solo la vestimenta. Es ser cort¨¦s, no levantar la voz, no usar m¨®viles, saber estar en el campo¡ Tradici¨®n¡±.
Gerv¨¢s ha lidiado con las modas, y hasta ha debido decirle a alguna chica que deb¨ªa cambiarse de ropa por no ajustarse a las normas. Hoy en los torneos auton¨®micos, en los que suele haber mezcla de edades, se recomienda que el pantal¨®n de ellas no sea m¨¢s corto de la altura a la que llega la mano extendida estando de pie. La historia es otra en los clubes privados, sobre todo con los socios brit¨¢nicos, mucho m¨¢s estrictos con la etiqueta. Cada club tiene su reglamentaci¨®n. Los m¨¢s severos no solo proh¨ªben jugar en vaqueros (a veces hasta entrar en las instalaciones), sino con pantalones con muchos bolsillos o camisetas sin cuello, o faldas por debajo de las rodillas.
Bermudas para entrenar
En el campo profesional, la ¨²nica licencia es el permiso del circuito europeo de llevar bermudas en las jornadas de entrenamiento (como este domingo Fleetwood en Abu Dabi), pero no en los torneos. En el circuito estadounidense, ni eso. ¡°Pero s¨ª te dejan ir con la ropa de colores de John Daly¡±, dice Gerv¨¢s. Tambi¨¦n Tiger Woods llev¨® su revoluci¨®n a la imagen y, vestido por Nike, combin¨® la se?orial chaqueta verde de Augusta con un polo deportivo sin cuello. Era otra generaci¨®n distinta a la de veteranos como Miguel ?ngel Jim¨¦nez, que se espanta con la idea del ch¨¢ndal. ¡°El golf no es el tenis, que necesita ropa el¨¢stica. Es marcar la diferencia con otros deportes, nuestro estilo. No es elitismo, es una cosa l¨®gica. Ahora no vamos a cambiarlo por estas modas¡ eso le quitar¨ªa al golf su esencia. Hay que mantenerse ah¨ª¡±, dice el Pisha, de 55 a?os.
Lo mismo opina Marta Figueras Dotti, exjugadora y hoy presidenta del circuito europeo femenino. ¡°No se juega al baloncesto con gorra, ?no? Ya ha habido cambios, como jugar sin tanto cuello, con zapatillas sin clavos, pero la etiqueta se ha de mantener. Puedes estar vestido correctamente sin las mejores marcas¡±, afirma. Figueras Dotti recuerda cuando hace a?os en el circuito americano no se pod¨ªan llevar faldas o bermudas m¨¢s cortas de cuatro cent¨ªmetros por encima de las rodillas. ¡°Y hoy se llevan unas minifaldas estupendas, como en el tenis. La jugadora no sale del hotel a no ser que se vea mona, elegante¡±, dice. Ahora ellas pueden jugar sin mangas y con cuello, o al rev¨¦s, pero no sin mangas y sin cuellos. Y no hay una norma de cent¨ªmetros¡ ¡°Pero de ah¨ª al ch¨¢ndal¡, jam¨¢s¡±.
El cambio tambi¨¦n lo ha vivido Eduardo Ruiz, director de golf en La Manga. Cuando el club estuvo en manos brit¨¢nicas, la etiqueta era estricta. Prohibidas las bermudas con bolsillo lateral o por encima de la rodilla, y los calcetines blancos. ¡°Luego me di cuenta de que hay gente que juega como Tiger y McIlroy. Lo he intentado adaptar a los j¨®venes. Y si no dejo jugar en vaqueros es por no tener bronca con los socios brit¨¢nicos. Permito vaqueros no azules, no del color de los jeans¡±, explica Ruiz. M¨¢s de 1.600 de los 1.800 socios del club son brit¨¢nicos. ¡°El brit¨¢nico da mucho dolor de cabeza con la etiqueta y la tradici¨®n. Para ellos es como el blanco de Wimbledon, la esencia. El ingl¨¦s top va con la regla en la mano¡±, cuenta Ruiz, que cuando trabajaba en Valderrama tuvo que echar a gente paseando en vaqueros. Hoy lo tiene claro: ¡°Todo gira al cambio. Es lento, pero el golf cambiar¨¢. O cambia o muere¡±.
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