Katelyn Ohashi, la gimnasia diferente
La competici¨®n universitaria rescata a la gran promesa ol¨ªmpica de Estados Unidos, que dej¨® la ¨¦lite por las lesiones y un entorno abusivo
El mundo ha descubierto a Katelyn Ohashi. Millones de reproducciones en Youtube lleva el ejercicio de suelo con el que la estadounidense ha roto los moldes, un minuto y medio en la que se la ve bailar (de verdad) y volar como siempre. Una actuaci¨®n por la que ha recibido en Twitter hasta la felicitaci¨®n de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez. En el fondo da igual el 10,00 que logr¨®, porque no es algo tan raro en la gimnasia universitaria, lo que cuenta es la historia que esconde. Ohashi, que tiene 21 a?os, pudo serlo todo, se perdi¨® para la gimnasia de ¨¦lite por las lesiones y un ambiente t¨®xico, y reaparece al fin como la gran deportista que siempre fue. Y, adem¨¢s, feliz.
¡°Hubo un tiempo en el que estaba en lo m¨¢s alto. Era una esperanza ol¨ªmpica. Era imbatible. Hasta que dej¨¦ de serlo¡±. As¨ª empezaba el v¨ªdeo que public¨® la plataforma Players Tribune en agosto. Seis minutos de Ohashi en primera persona.
Ese tiempo era 2013, cuando ser la mejor gimnasta de Estados Unidos significaba ser la favorita para ganar los Mundiales o los Juegos Ol¨ªmpicos. Ohashi lo ten¨ªa todo. Ejercicios incre¨ªblemente complicados, clase y t¨¦cnica. Disciplina y valor. Se entrenaba en WOGA, la factor¨ªa que el campe¨®n sovi¨¦tico Liukin hab¨ªa construido en Texas y de la que salieron Carly Patterson (campeona en Atenas 2004) y Nastia Liukin (Pek¨ªn 2008). Era adem¨¢s una gimnasta incre¨ªblemente seria y concentrada.
La gimnasia era su mundo desde los tres a?os. Por eso era natural cambiar de gimnasio para mejorar, entrenarse interminables horas y vivir por y para el deporte. Ohashi, adem¨¢s, ten¨ªa ¨¦xito. Tras una mete¨®rica carrera como j¨²nior, debut¨® en la American Cup de 2013 junto a Simone Biles¡ y gan¨®.
Pero ese mismo a?o encaden¨® dos lesiones graves. Primero un hombro y luego, la espalda. ¡°Me romp¨ª¡±, dice en el v¨ªdeo. Ni Mundiales ni Juegos. Dos a?os tard¨® en recuperarse y, cuando lo hizo, ya no sab¨ªa cu¨¢l era su mundo. Ese mundo, adem¨¢s, estaba a punto de vivir su mayor terremoto por el esc¨¢ndalo de abusos sexuales del m¨¦dico del equipo nacional Larry Nassar, cuyas v¨ªctimas se cuentan por centenares.
Pero ah¨ª estaba la gimnasia universitaria para salvar a Ohashi. Un deporte con sus propias reglas, que es puro espect¨¢culo y que mueve miles de espectadores cada fin de semana. Que agita las redes de cuando en cuando ¡ª?se acuerdan de Sophina DeJesus hace un par de a?os?¡ª y que se ha convertido en refugio para un buen n¨²mero de campeonas. Donde las mujeres pueden parecerlo y divertirse y seguir compitiendo.
Ohashi encontr¨® su casa en UCLA, en Los ?ngeles, en un equipo donde tambi¨¦n est¨¢n Kyla Ross (oro por equipos en Londres 2012) y Madison Kocian (oro por equipos en R¨ªo 2016 y plata en paralelas). Ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n Valerie Kondos Field, responsable del programa y una leyenda del deporte universitario. Tres a?os despu¨¦s, Ohashi se ha convertido en una gimnasta totalmente diferente. Magn¨¦tica. Con la sonrisa siempre a punto. Ya no es una ni?a y sus saltos no son tan complicados ¡ªaqu¨ª no son necesarios¡ª, pero su gimnasia es hipn¨®tica, apasionada y espectacular. Lo dijo la propia Ohashi en sus redes cuando Nassar fue sentenciado: ¡°La gimnasia universitaria es la recompensa que recibimos tras a?os de abuso. Es el momento de descubrir, sanar, aprender, crecer y disfrutar del mejor momento de nuestras vidas¡±. Tambi¨¦n es un magn¨ªfico altavoz para un deporte ¨¢vido de buenas noticias.?
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