El pase¨ªllo
Se present¨® Cristiano Ronaldo ante la Audiencia Provincial como Ryan Gosling en el Dolby Theatre de Los ?ngeles dos a?os antes: saboreando el momento, dispuesto a regalar su mejor sonrisa
Se present¨® Cristiano Ronaldo ante la Audiencia Provincial como Ryan Gosling en el Dolby Theatre de Los ?ngeles dos a?os antes: saboreando el momento, dispuesto a regalar su mejor sonrisa a la nube de fot¨®grafos que lo esperaban y sabedor, a ciencia cierta, de que no siempre es necesario llevarse la estatuilla a casa para sentirse el triunfador de la gala. De la mano de su pareja, ambos impecables en la elecci¨®n de prendas y complementos, consum¨® el portugu¨¦s un pase¨ªllo tan surrealista que a punto estuvieron los periodistas de preguntarle por la supuesta rivalidad con Casey Affleck y no por su reci¨¦n firmada condena.
¡°Si no me llamara Cristiano no estar¨ªa aqu¨ª sentado¡±, declar¨® el futbolista en su primera comparecencia ante la jueza M¨®nica G¨®mez, en 2017. Comenzaba Ronaldo a jugar la baza del escudo y la bandera, el autoproclamado m¨¢rtir de un melodrama que ya hab¨ªa sido interpretado con anterioridad por grandes folcl¨®ricas como Lola Flores o Isabel Pantoja. Tambi¨¦n por Leo Messi aunque, en su caso concreto, la cuota necesaria de autoparodia que exige este tipo de papeles corri¨® a cargo de su club que, sin apenas sonrojarse, organiz¨® una campa?a de apoyo en redes sociales bajo el lema ¡®Todos somos Messi¡¯. Por fortuna, la justicia sigue imparti¨¦ndose en los juzgados y no en los teatros, los cines o los estadios de f¨²tbol.
En aquella primera cita ante la justicia, al igual que esta misma semana, m¨¢s de cien periodistas y medio centenar de c¨¢maras se dieron cita frente al juzgado de Pozuelo de Alarc¨®n para cubrir la noticia. Se hab¨ªa anunciado la comparecencia del futbolista ante los medios de comunicaci¨®n e incluso lleg¨® a instalarse un atril de metacrilato para la ocasi¨®n. Se trataba de dotar a la escena de una cierta normalidad, de exhibir la pulcritud y organizaci¨®n necesarias que alejasen de la estrella el caos que suele acompa?ar la presencia de un famoso a las puertas de un juzgado. A ¨²ltima hora, sin embargo, se decant¨® Cristiano por la espantada: si Marlon Brando hab¨ªa enviado a la activista apache -y aspirante a actriz- Peque?a Pluma a recoger su Oscar en 1973, Cristiano Ronaldo deleg¨® su alegato de inocencia en I?aki Torres, jefe de comunicaci¨®n de Gestifute.
Tambi¨¦n en esta ocasi¨®n intent¨® el portugu¨¦s ahorrarse la escenita pero el tribunal rechaz¨® su petici¨®n de ventilar el tr¨¢mite por videoconferencia o la posibilidad de acceder al edificio a trav¨¦s del parking subterr¨¢neo. Se impon¨ªa, pues, el ya consabido pase¨ªllo que Cristiano Ronaldo decidi¨® convertir en su particular alfombra roja de la temporada, voluntariamente apartado de unos focos que apuntar¨ªan a su excompa?ero Luka Modric en todas las galas y no a ¨¦l. A su salida de las dependencias judiciales, y tras reconocerse como "autor criminalmente responsable¡± de cuatro delitos fiscales, Cristiano se par¨® a firmar alg¨²n aut¨®grafo con la misma suficiencia con que, anteriormente, hab¨ªa firmado su sentencia condenatoria o el contrato de propiedad de una sociedad pantalla. ¡°?Ya est¨¢, ya est¨¢!¡±, declar¨® sonriente a las preguntas de la prensa: lo mismo, curiosamente, que respondi¨® Ryan Gosling al ser preguntado por el hist¨®rico papel¨®n de Warren Beatty y Faye Dunaway en aquella gala de los Oscar.
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