Nadal evoca a McEnroe
El n¨²mero dos, finalista por quinta vez en Australia, sin ceder un solo set, deslumbra con su versi¨®n m¨¢s incisiva: ha disparado el saque, muerde con el 'drive' y ante Tsitsipas plante¨® un soberbio juego en la red
Apretaba Rafael Nadal las dos hileras de dientes con tanta fuerza, con tant¨ªsima presi¨®n, que algunos de los all¨ª presentes temieron que en alg¨²n momento las piezas pudieran saltarle por los aires mientras celebra la deslumbrante victoria contra el joven Stefanos Tsisipas (6-2, 6-4 y 6-0, en 1h 47m). Uno de ellos era John McEnroe, el genial y dicharachero McEnroe, que a pie de pista y micr¨®fono en mano se dirigi¨® hacia el n¨²mero dos y le dedic¨® la mejor de las alabanzas, viniendo precisamente de quien ven¨ªa y plante¨¢ndole lo que le planteaba.
¨C Rafa, ?se puede jugar mejor?
¨C S¨ª.
¨C Entonces, cu¨¦ntame c¨®mo se hace¡
Sorprendiendo d¨ªa tras d¨ªa, Nadal sigue aplicando vueltas de tuerca a su tenis y ayer ofreci¨®, probablemente, la versi¨®n m¨¢s incisiva y aplastante que se le recuerda. Pas¨® el balear por encima de un joven al que se le auguran d¨ªas de gloria en la ¨¦lite, pero que en esta ocasi¨®n recibi¨® un serial de golpes tan contundente que an¨ªmicamente lo dejaron deshecho. ¡°?Qu¨¦ puedo sacar de este partido? Sinceramente, no he estado cerca de hacer nada¡¡±, admit¨ªa el griego, 12 a?os menor que su rival y expuesto a un abordaje superlativo, porque Nadal ayer gir¨® un poco m¨¢s la rosca y apret¨® de principio a fin, sin piedad alguna para desembarcar por quinta vez en la final de Melbourne.
¡°He tenido que adaptarme a los nuevos tiempos y a mi edad. Por eso sigo aqu¨ª, compitiendo al m¨¢ximo nivel. Se trata de mejorar en todo lo posible¡±, abreviaba ante los periodistas el mallorqu¨ªn, previamente emocionado de camino al vestuario. ¡°Hace solo un par de semanas estaba en Brisbane dici¨¦ndole al director del torneo que no iba a poder jugar, as¨ª que era muy dif¨ªcil pensar que iba a llegar tan bien aqu¨ª. Era algo impensable, est¨¢ saliendo todo pr¨¢cticamente a la perfecci¨®n¡±, resumi¨® el de Manacor, inspirado como nunca en las subidas, cercando a Tsisipas mediante un majestuoso ejercicio de saque y volea que desde hace tiempo no se lleva.
Desde hace a?os, el tenis ha perdido a los espadachines de la zona l¨ªmite, a aquellos jugadores que derribaban al contrario a base de atropellos, de la intimidaci¨®n, del no dejarles respiro porque nada m¨¢s poner la bola en juego se lanzaban a campo abierto, sin temor alguno a que el rival les sonrojase con una devoluci¨®n por los pasillos o bien por el aire. Los Edberg, Becker, Sampras¡ O el propio McEnroe, dominador como ninguno de ese territorio embrujado que es la red, solo apto para valientes, los m¨¢s osados, distintivo de algunas carreras y destructor de muchas otras m¨¢s. Nadal, ahora, ha emprendido la aventura y en Australia propone una incursi¨®n tras otra, especialmente en el careo con Tsitsipas. Todo est¨¢ ligado: la mejora del servicio hace recular al rival, que cede metros y espacios, y sufre m¨¢s en la devoluci¨®n.
Le ocurri¨® al griego, cuyo juego ¨Cy sobre todo, ese rev¨¦s a una mano tan goloso¨C le invit¨® a ir hacia adelante al balear. Ayer, Nadal se descolg¨® de la l¨ªnea de fondo 22 veces, acertando en 18 de ellas. Un 82%; frente a Frances Tiafoe, en la ronda anterior, fueron menos, pero no estuvo lejos del pleno (9/11); ante Berdych se contuvo, pero durante el desaguisado australiano en las tres primeras estaciones del torneo (Duckworth, Ebden y De Mi?aur) dej¨® otras 48 subidas (16, 18 y 14, respectivamente), de nuevo con buenos resultados: 10, 12 y 11 aciertos. Es decir, registros notables del 63%, 67% y 79%.
¡°Estoy siendo agresivo porque juego bien¡±, expuso el finalista, que de ganar el t¨ªtulo se convertir¨ªa en el primer tenista de la Era Abierta que conquista al menos dos veces los cuatro Grand Slams, algo que hasta hoy solo han conseguido en ¨¦pocas m¨¢s pret¨¦ritas Rod Laver y Roy Emerson, ambos australianos. ¡°Mucha gente piensa que no soy agresivo y se equivoca completamente. Siempre intento buscar c¨®mo hacer da?o a mi oponente, lo he hecho durante toda mi carrera. No puedo jugar como Federer sin su servicio ni sin poder generar golpes ganadores a las primeras de cambio, pero trato siempre de golpear todas las bolas con peso¡±, reivindic¨® Nadal, de 32 a?os.
Colmillos fuera, el mallorqu¨ªn abordar¨¢ la final del domingo (9.30, Eurosport) despu¨¦s de haber completado un trazado apacible, sin haber sufrido el menor susto ni haber sido expuesto a ninguna situaci¨®n de apuro. Desembarcar¨¢ sin haber cedido un solo set, economizando al m¨¢ximo su estancia en la pista (12h 12m) y habiendo dejado atr¨¢s a una bater¨ªa de adversarios de los que ninguno figura entre los diez mejores del circuito de la ATP. Tsitsipas es actualmente el n¨²mero 15; Tiafoe el 39; Berdych el 57; De Mi?aur el 29; Ebden el 48; y Duckworth el 237. Ahora, en su horizonte asoman Novak Djokovic y el franc¨¦s Lucas Pouille, que hoy (9.30) se miden por la plaza restante.
Hace dos a?os, en Nueva York, disfrut¨® de otro trazado amable como el de ahora en Melbourne. Entonces, el argentino Juan Mart¨ªn del Potro (28?) fue el escollo de mayor envergadura, en el cruce de semifinales.
¡°No s¨¦ qu¨¦ puedo sacar de positivo¡±, incid¨ªa Tsitsipas. ¡°Solo he ganado seis juegos, me siento raro. Estoy contento con el torneo que he hecho, pero a la vez me siento decepcionado por lo de hoy. Es una sensaci¨®n rara, porque siento que no pod¨ªa jugar mejor¡±, continu¨® el griego, entrenado por su padre y formado a orillas del Mediterr¨¢neo, en la academia del t¨¦cnico de Serena Williams, el franc¨¦s Patrick Mouratoglou.
¡°Ten¨ªa la mente en blanco. Sent¨ªa que ¨¦l estaba en otra dimensi¨®n, porque juega a otro ritmo: su saque, su agresividad, sus ¨¢ngulos¡ ?l tiene un talento que no lo tiene nadie, la capacidad de hacerte jugar mal. Solo trato de entender c¨®mo Federer pudo ganarle m¨¢s de 10 veces con un estilo similar al m¨ªo¡±, conced¨ªa el joven que ha puesto a Grecia en el mapa ten¨ªstico, el primero de su pa¨ªs que irrumpe en el primer plano, entremezclando amargura y una profunda admiraci¨®n.
En la jornada m¨¢s calurosa de esta edici¨®n, a unos 40?, Nadal le desmembr¨® desde el primer peloteo. ¡°Stefanos lo tiene todo¡±, le elogi¨® el balear, que dispondr¨¢ de dos d¨ªas libres para pulir detalles y preparar la gran cita del domingo, en la que podr¨ªa elevar su 18? trofeo del Grand Slam y situarse as¨ª a solo dos del suizo. Disfrutar¨¢ de 24 horas m¨¢s de descanso que su rival y llegar¨¢ con unos registros extraordinarios. Solo ha entregado dos veces el servicio ¨Clas dos en el estreno, contra Duckworth¨C y su derecha desprende llamas, promediando 33 winners; el servicio, renovado, le aporta un 81% de los puntos dirimidos con su primer saque; y en cuanto a confianza, Nadal la tiene estos d¨ªas por las nubes, porque todo carbura mejor de lo que ¨¦l mismo imaginaba.
¡°Es una bestia¡±, le describe McEnroe, que ayer recibi¨® un hermoso homenaje: durante casi dos horas, el mallorqu¨ªn se visti¨® del mejor BigMac.
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