El Barcelona contiene al Tenerife y se mete en la final de la Copa del Rey

Copa del Rey - semifinal - jornada 1As¨ª fue

Bar?a

92 86

Finalizado

La Laguna Tenerife

Hace poco m¨¢s de un a?o, Svetislav Pesic llegaba al Barcelona como una soluci¨®n de urgencia, para sacar al equipo de la depresi¨®n, y en pocos d¨ªas le dio el t¨ªtulo de Copa. Este domingo el equipo azulgrana luchar¨¢ por su segunda conquista consecutiva tras superar a un Tenerife (92-86) que cay¨® con honra, sin rendirse nunca y apretando hasta el final. Hasta de 24 puntos lleg¨® a ganar el Bar?a en el ¨²ltimo cuarto y acab¨® sufriendo para ganar en una resoluci¨®n con decisiones arbitrales protestadas por los canarios.

Desde el inicio el Bar?a parec¨ªa que estaba dando continuidad a la intensidad defensiva con la que acab¨® el partido de cuartos ante el Valencia. Los jugadores azulgranas met¨ªan muchas manos para cortar l¨ªneas de pase o puntear lanzamientos. El buen hacer atr¨¢s se tradujo en canastas f¨¢ciles en ataque. Pau Ribas encontraba una alfombra hasta el aro cada vez que penetraba y las primeras ventajas no tardaron en llegar (12-5, m. 5).

Al Tenerife le urg¨ªa activarse si no quer¨ªa quedarse desenganchado del partido a la primera. Vidorreta cambi¨® a un impreciso San Miguel por Bassas y la direcci¨®n mejor¨®. El cuadro canario gan¨® en atrevimiento y junto a la solidez en el rebote de Iverson el partido se igual¨® (15-15). Pero cuando entraron en juego las rotaciones, se evidenciaron las diferencias entre una y otra plantilla. La segunda unidad del Tenerife, que tan bien compiti¨® ante Unicaja el jueves, se vio claramente superada por la del Bar?a. Kuric martille¨® desde el per¨ªmetro y Hanga apretaba en defensa y volaba en ataque.

Las diferencias empezaron a rondar la decena ya mediado el segundo cuarto. A los problemas en ataque del Tenerife se sumaron los del rebote. Ni la entrada de nuevo de Iverson pudo frenar la hemorragia bajo el aro canario, donde Tomic y Oriola capturaban todo lo que volaba. Con tantas segundas oportunidades, el Bar?a no desaprovech¨® la oportunidad de poner tierra de por medio antes del descanso (41-27).

El partido iba por donde quer¨ªa Pesic. El t¨¦cnico del Barcelona se mueve como nadie en duelos con guarismos no muy altos, donde la defensa cobra especial protagonismo. En la segunda parte el dominio cul¨¦ en la zona continu¨®. Los puntos sal¨ªan demasiado baratos a los azulgrana, que encontraban un buen gu¨ªa en Heurtel. Cualquier atisbo de acercamiento canario en el marcador era cortado de ra¨ªz con una peque?a ristra de canastas del Bar?a.

Al equipo catal¨¢n le hac¨ªa falta solo una peque?a vuelta de tuerca para matar el partido y ponerse a pensar en la final. Lo hizo en los estertores del tercer periodo, cuando Pangos relev¨® a Heurtel y puso la chispa que faltaba para que el Tenerife reventase. Con 20 puntos de colch¨®n afront¨® el Barcelona los ¨²ltimos 10 minutos de juego. El cuadro canario necesitaba un milagro, y este empezaba porque Javier Beir¨¢n, su pilar en el exterior, entrase en calor. El alero era un claro reflejo de su equipo, anulado por la defensa de Claver o Hanga y sin encontrarse nunca. De hecho, sus ¨²nicos puntos llegaron al final del tercer cuarto y de tiros libres.

El Tenerife quiso morir con orgullo y lo logr¨® porque nunca baj¨® los brazos.Con 80-56 el Bar?a se relaj¨® en exceso, solo anot¨® una canasta en siete minutos y el equipo canario empez¨® a remontar de manera sibilina, casi sin que nadie se diese cuenta gracias a la agitaci¨®n de Sebas S¨¢iz y los puntos de Abromaitis. Un parcial de 13-31 coloc¨® el partido en el alambre, en un 87-83 a un minuto del final. Entonces, un robo de Brusino que fue sancionado como falta por los ¨¢rbitros desat¨® la protesta de Vidorreta, que acab¨® expulsado, y supuso el fin de la aventura canaria en la Copa. Con ese susto en el cuerpo va el Bar?a a la final.