Diez copas de Europa y ning¨²n gol en Anfield

Tanta her¨¢ldica como se citaba en Anfield y ning¨²n gol, cinco copas de Europa en las vitrinas de cada uno y un contempor¨¢neo esfuerzo por anularse. Ganaron los dise?os de los t¨¦cnicos para evitar las fortalezas del rival, que no debe entenderse como un sin¨®nimo de que nada ocurri¨®. Pas¨® que falt¨® pericia en los ¨²ltimos metros, sobre todo al Liverpool, que hizo bastante m¨¢s por ganar, que tir¨® mucho (quince veces) a gol y poco (apenas dos) entre palos. Ahora, en todo caso, sabe que un gol en Munich el d¨ªa 13 le pondr¨ªa en la ruta de los cuartos de final. Todo queda abierto porque el Bayern en su feudo ser¨¢ algo m¨¢s que un pegapases.

Nada que ver con aquellos viejos duelos entre ingleses y alemanes. Lo que se vio en Anfield fue un combate entre estilos. Lo fue desde que rod¨® la pelota, con el Liverpool empujando en la presi¨®n hasta la l¨ªnea de gol del Bayern para encontrarse un rival empecinado en forzar el manejo desde ese fondo. Unos quer¨ªan correr, otros marcar una sosegada cadencia. Klopp le pide a sus chicos que jueguen al f¨²tbol como si acabasen de meter los dedos en un enchufe y a partir de ah¨ª provocar descargas y cortocircuitos. Kovac trata de estirar el legado de Guardiola. En los diez primeros minutos de partido nadie hab¨ªa tenido tanto la pelota en los pies como el meta Neuer. No deja de ser un problema.

El Bayern pareci¨® fuerte en ese inicio. Recibi¨® un par de vaivenes, pero tuvo la casta y el acierto de lanzarse en busca de una respuesta que de tan inmediata pareci¨® exuberante. Sin M¨¹ller, sancionado, ni Robben, lesionado, pero con dos j¨®venes especialistas en los flancos, bien abiertos Gnabry y Coman para que se generasen espacios por dentro. Los tuvo el Bayern, pero no los vieron sus futbolistas, ninguna de sus estrellas apareci¨® para que cuando se romp¨ªa la presi¨®n del Liverpool se engranase una marcha m¨¢s que da?ara a los reds donde semejaban m¨¢s vulnerables. No pudo alinear Klopp a su dupla de centrales titular. Van Dijk cumpl¨ªa sanci¨®n y siempre que falt¨® este a?o, una vez en Copa y otra en Copa de la Liga, el Liverpool perdi¨®.

Pero con el paso de los minutos el Bayern perdi¨® el mapa del ataque, m¨¢s preocupado en que el tiempo transcurriese sin sobresaltos que en aprovecharlo para golpear. Que no le hablen de conformismo al Liverpool. Tras veinte minutos de trasteo llev¨® el partido a su terreno, el de la recuperaci¨®n y la carrera, siempre con Firmino en el ajo si ocurr¨ªa algo sugerente. Ya se hab¨ªa visto a Man¨¦, que tuvo el gol en dos ocasiones en aquella f¨²til puesta de largo. M¨¢s tarde lleg¨® Salah, pero sin concretar. Fabinho y Matip suplieron a los zagueros ausentes sin alardes, tambi¨¦n sin tachones. Encontr¨® la precisi¨®n el Liverpool y ah¨ª tembl¨® el Bayern, que lleg¨® al descanso en precario. Cuando todos regresaron, el partido ya estaba de nuevo en la nevera.

El Bayern sigui¨® a lo suyo y el Liverpool volvi¨® a las andadas, a fallar en las ¨²ltimas decisiones de cada jugada, sancionado por circular con el pedal a fondo. Baj¨® el ritmo sobre todo en la construcci¨®n desde atr¨¢s como si tratase de encontrar as¨ª el hilo que le negaban, pero esa pausa le fren¨®. Cay¨® el partido, lo trat¨® de reactivar Klopp con la pujanza de Milner y Origi, que se fue m¨¢s cerca de posiciones de remate que Firmino. Obvi¨® el pegamento entre l¨ªneas el Liverpool para tratar de dar un ¨²ltimo arre¨®n. Neuer neg¨® una vez m¨¢s a Man¨¦ cuando ya estaba claro que el Bayern hab¨ªa negado el partido.