Sin Messi ni Su¨¢rez no hay Champions que valga

Una vez acabado el encuentro con tablas y sin goles, parte del cuerpo t¨¦cnico del Barcelona se march¨® del estadio del Olympique de Lyon con una charla animosa, comentando que las sensaciones tras este encuentro eran bien diferentes de las del duelo de ida de los octavos del curso anterior ante el Chelsea, cuando el equipo londinense le pudo pasar por encima y por poco no lo hizo (1-1). No fue as¨ª en el Groupama Stadium, donde el conjunto azulgrana gobern¨® el duelo y las ¨¢reas, hasta el punto de que dispar¨® en 25 ocasiones por las cinco que realiz¨® el Lyon. El problema, sin embargo, es que no se materializ¨® ninguna. Una tara que se repite en las eliminatorias europeas desde hace tres a?os, pues es el tiempo que lleva el equipo sin obtener una victoria a domicilio, y que pone de relieve que si Leo Messi y Luis Su¨¢rez no est¨¢n atinados, no se resuelven los partidos. Y eso, en la Champions, penaliza a lo grande.

¡°Queremos articular el juego alrededor de Messi¡±, expuso Valverde en una de sus primeras ruedas de prensa como t¨¦cnico azulgrana. Y as¨ª lo hizo desde el principio, entregado al 10 porque no hay nadie mejor ni se le acerca, porque prefiere leer los encuentros y reservarse en defensa para despu¨¦s explotar en ataque, bien con pases en profundidad, con asociaciones por dentro o, simplemente, con una de sus genialidades. Pero cuando Messi no estaba o no se encontraba, la respuesta y la talla la daba Luis Su¨¢rez. ¡°Cuando Leo se lesion¨® del brazo este a?o, el equipo respondi¨® muy bien en dos retos may¨²sculos¡±, reivindican desde el club. No les falta raz¨®n porque se impusieron al Inter (2-0) y al Real Madrid (5-1) con dos actuaciones contundentes. En el primer duelo Su¨¢rez dio el primer tanto a Coutinho y en el cl¨¢sico firm¨® un hat-trick. Exigencia que no se cumple en la Champions.

M¨¢s informaci¨®n

Al Barcelona solo le falta un delantero centro

Luis Su¨¢rez, delantero del primer batall¨®n

¡°Me firmaron para hacer goles¡±, resolv¨ªa el ariete en esa primera temporada en la que comenz¨® con el pie torcido y parec¨ªa resist¨ªrsele el gol. Fue un espejismo porque a la que hizo uno no dej¨® de marcar (fue Bota de Oro de 2015 con 40 dianas). Al menos en LaLiga. Pero la Champions le ha cogido ojeriza porque en los ¨²ltimos tres cursos solo ha hecho tres tantos en la competici¨®n, ninguno a domicilio desde septiembre de 2015 frente a la Roma. Tampoco lo hizo en Lyon, donde disfrut¨® de cuatro remates. Uno al bulto, el siguiente a las manos del portero en un intento de vaselina, otro alto y torcido, y uno m¨¢s a las piernas de la defensa rival. ¡°No me preocupa su falta de gol¡±, replic¨® Valverde; ¡°me preocupar¨ªa que no tuviese ocasiones¡±.

No est¨¢ acertado el uruguayo y si Messi no cumple como casi siempre, en eliminatorias europeas no hay triunfo que valga. ¡°Coutinho no es de los que se va a poner el equipo a las espaldas¡±, reconocen desde los despachos de la ciudad deportiva. Tampoco lo har¨¢ Demb¨¦l¨¦, por m¨¢s que s¨ª que haya resuelto encuentros y dado puntos al Bar?a, tan maravilloso en ocasiones como desastroso en otras. Va a su aire y su juego no es coral ni colectivo, sino que tira de la velocidad y el regate antes que del pase. Por lo que no hay m¨¢s alternativas en ataque, con Arthur (en su ausencia, fue Sergi Roberto quien jug¨® en Lyon) y Rakitic preocupados en cortar las contras antes que de pisar ¨¢rea. Aunque tampoco pareci¨® pretenderlas Valverde en el Parc Olympique Lyonnais, toda vez que decidi¨® dejar a Boateng, el ¨²nico recambio del delantero que hay en la plantilla, en la grada y no en el banquillo.

Messi capitaliz¨® el ataque azulgrana y lo intent¨® con caramelos que desaprovecharon los compa?eros, tambi¨¦n con disparos desviados. Pero a cada ocasi¨®n que recibi¨® siempre ten¨ªa a uno o dos rivales encima, sabedores los contrarios de su influencia en el juego. No se sali¨® el 10 con la suya y se march¨® por detr¨¢s de los biombos publicitarios del estadio, sin mediar apenas palabra. Delante de ¨¦l iba Luis Su¨¢rez, con cara de pocos amigos. No se hab¨ªa quitado el gafe de encima y, por consiguiente, el Bar?a tampoco. Sin sus goles o su liderazgo no se consigue la Champions.