Dos caras del Espanyol ante el Huesca

Dos caras del Espanyol, una en cada tiempo. S¨ªmbolo de la temporada, el cuadro blanquiazul jug¨® un primer tiempo interesante, alegre y valiente, muy seguro con el bal¨®n. Todo le iba de cara en el RCDE Stadium, hasta que la moneda cay¨® en cruz tras el paso por los vestuarios. M¨¦rito del Huesca, sobre todo de la pizarra de Francisco. Etxeita sell¨® el empate en Cornell¨¤ despu¨¦s de que Granero despertara el marcador con un precioso gol de falta directa. Varapalo a las aspiraciones de Europa del Espanyol, tambi¨¦n para la ilusi¨®n de permanencia del Huesca.

El Huesca lleg¨® motivado a Barcelona, envalentonado por los ¨²ltimos resultados, despu¨¦s de cosechar siete de los ¨²ltimos 12 puntos. Form¨® una defensa s¨®lida Francisco, imposible de batir a bal¨®n parado. La buena racha del Huesca en la estrategia la fulmin¨® un especialista como Granero. Coloc¨® el cuero a dos pasos del v¨¦rtice del ¨¢rea. Retrocedi¨® unos cent¨ªmetros y atac¨® a la pelota con suavidad. Fue una caricia. Literal. La par¨¢bola exquisita del volante blanquiazul dej¨® en in¨²til el manotazo de Santamar¨ªa. El gol elev¨® la moral del Espanyol, que dominaba en el juego y en las ¨¢reas, sin suerte en los intentos de Borja Iglesias y Wu Lei, por momentos agresivo para atacar, en otros demasiado acelerado.

Paciente con el bal¨®n, seguro para defender, el Huesca solo hab¨ªa incomodado en los primeros minutos a Diego L¨®pez. Marc Roca mandaba precisi¨®n, Darder pensaba, acompa?ado por Granero, que cambi¨® pinceladas de calidad con distracciones, reemplazado por Ferreyra, cuando el duelo se torci¨® para el Espanyol. Corrigi¨® Francisco en el entretiempo ¡ªmand¨® a ?vila a tapar a Roca¡ª y, por esas cuestiones dif¨ªciles de explicar, en el primer remate a puerta, Etxeita fusil¨® a Diego L¨®pez despu¨¦s de un taconazo delicado de Pulido que corrigi¨® el mal disparo de Gal¨¢n.

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Se desdibuj¨® el Espanyol. Si antes del gol de Etxeita los muchachos de Rubi se reencontraron con el juego que sorprendi¨® en LaLiga en el comienzo de temporada, despu¨¦s del empate se convirti¨® en un equipo ansioso, contagiado por una hinchada incr¨¦dula con el f¨²tbol blanquiazul, silenciado por el colista. Atado por los nervios, improvis¨® el Espanyol. Wu Lei se la jug¨® en solitario, pero el palo le neg¨® su primer gol en Cornell¨¤. Eran espejismos en un equipo perdido t¨¢cticamente, desordenado en cada contra del Huesca, mal finalizadas por ?vila y el Cucho Hern¨¢ndez, como los intentos desesperados del Espanyol, en la bota de Darder y la cabeza de Borja.