Piccini, el invitado inesperado de la fiesta en Mestalla
El exjugador del Betis abri¨® la defensa andaluza con un gran pase a Gameiro
El f¨²tbol, a veces, tiene estas cosas. Personajes inesperados dibujan jugadas definitivas, lances determinantes marcados por futbolistas a los que la gloria pocas ocasiones acompa?a. La vuelta de la semifinal de Copa en el estupendo Mestalla tuvo un h¨¦roe inesperado. Fue el caso de Cristiano Piccini. La jugada del gol de Rodrigo, decisiva en el desarrollo de la eliminatoria, dej¨® a las claras qu¨¦ tipo de futbolista es Piccini. Su arre¨®n inicial fue deficiente y pudo llevarse el bal¨®n ante Bartra con mucha fortuna. Justo un segundo despu¨¦s, el pase que dibuj¨® el italiano est¨¢ al alcance de pocos futbolistas. Mir¨® a un lado y puso el bal¨®n al otro, al estilo del m¨¢gico Laudrup.
Gameiro agradeci¨® el pase con un toque sutil a Rodrigo, quien marc¨® con todo a favor despu¨¦s de la salida a la desesperada de Joel. Piccini, curiosamente, jug¨® en el Betis. Lleg¨® en el mercado invernal del curso 2014- 2015, con el equipo andaluz en Segunda. Se mantuvo hasta 2017. Nunca fue demasiado apreciado por la afici¨®n andaluza. Como en la semifinal en la que fue protagonista, combin¨® grandes actuaciones con otras mucho m¨¢s discretas. Eso s¨ª, en el vestuario dej¨® un buen recuerdo. Ahora, Piccini, que lleg¨® al Valencia del Sporting de Portugal, tendr¨¢ la ocasi¨®n de regresar al Benito Villamar¨ªn. Lo har¨¢ en toda una final de la Copa, ante el Barcelona de Messi y en el a?o del centenario de su equipo.
¡°Volem la Copa¡±. As¨ª rez¨® el gran mosaico de un Mestalla apasionado con esta Copa del centenario. Despu¨¦s de un d¨ªa donde las aficiones convivieron de forma pac¨ªfica en la capital valenciana, la pasi¨®n se desbord¨® en un estadio repleto de banderas naranjas, con el olor a p¨®lvora todav¨ªa flotando en el ambiente. Un bonito espect¨¢culo deportivo que ti?¨® de colorido las v¨ªsperas de un partido que se presupon¨ªa apasionante. Era el D¨ªa de Andaluc¨ªa, un 28 de febrero donde el equipo que mejor representa los esp¨ªritus de Andaluc¨ªa, el Betis, sali¨® al espl¨¦ndido c¨¦sped de Mestalla con una camiseta con las ocho provincias andaluzas cerca de su coraz¨®n.
El Valencia visti¨® todo de blanco y el Betis, luego, con su equipaci¨®n titular, que este curso incluye el pantal¨®n verde dentro del primer uniforme. El partido dej¨® una multitud de detalles t¨¢cticos. Con un Valencia replegado esperando el contragolpe y el Betis con un falso nueve, Lo Celso, al estilo de la selecci¨®n espa?ola campeona en la Eurocopa de 2012 de Polonia y Ucrania.
En medio de un partido a medida de los dos entrenadores, con dos estilos diametralmente opuestos, mand¨® por momentos el rey del toque, con un Carvalho majestuoso, capaz de jugar siempre sencillo y sin dar la oportunidad al Valencia de seguir su camino preferido: robo y contragolpe.
En el reino del toque mandaba el Betis, mientras resultaba hasta entra?able el esfuerzo de Joaqu¨ªn como carrilero derecho, lo mismo conduciendo que siguiendo en sus carreras a una bala como Guedes. El d¨²o Carvalho-Guardado monopoliz¨® el bal¨®n. En un primer tiempo excelente, al Betis le falt¨®, como en muchas ocasiones, la pegada. Cuatro disparos a puerta del Betis por ninguno del Valencia mostraron su dominio en el primer parcial.
Piccini desmont¨® el imperio del toque con su gran pase a Gameiro. Ah¨ª acabaron las esperanzas de un Betis de gran juego, pero de muy escasa p¨®lvora. El Valencia tiene su final, gracias a secundarios como Piccini; tambi¨¦n a defensores excelentes como Roncaglia. Fue la noche de los actores secundarios, de los personajes inesperados. ¡°Illa, illa, illa, nos vamos a Sevilla¡±, fue el grito de guerra en Mestalla.
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