Al Valencia le va la marcha
El equipo de Marcelino se las apa?a para ganar dos veces un mismo encuentro frente a un Girona que palideci¨® en las ¨¢reas
Cuando parec¨ªa que el Valencia hab¨ªa desde?ado la victoria con fallos tan ingenuos como infantiles, hasta el punto de que concedi¨® el empate del Girona cuando contaba ya con un jugador menos sobre el c¨¦sped, engarz¨® una contra de arrea ¨Cprecedida, eso s¨ª, por una falta de Diakhaby que el VAR desatendi¨®- para que Ferran festejara el tanto definitivo. Ese que les hace sacar el piolet para trepar a la zona burguesa y europea; ese que tambi¨¦n compromete al Girona porque a cada semana que pasa no sabe si mirar al frente o al retrovisor. En Montilivi, sin embargo, pronto se vio que el duelo era tan fren¨¦tico y loco como acabar¨ªa si¨¦ndolo del rival, de un Rodrigo que est¨¢ en combusti¨®n en inconmensurable, decisivo como pocos.
Hace unas semanas que Eusebio se convenci¨® de que el 4-3-3 le va mejor a su equipo que el antiguo 3-5-2 heredado, sobre todo desde que se impusiera hace unas pocas semanas en el Bernab¨¦u. No es que el juego sea m¨¢s primoroso o que el equipo se muestre m¨¢s punzante en ataque, sino que palidece menos cuando tiene que correr hacia atr¨¢s, una r¨¦mora que castig¨® de lo lindo al Girona durante buena fase del campeonato. Ya no hay un agujero irremediable en la defensa y, con el bal¨®n en los pies, la idea es la misma porque pasa por exprimir las virtudes de su equipo, que son las carreras por los costados y los remates de Stuani en territorio hostil. Con eso bast¨® para amedrentar al Valencia. Pero no para tumbarlo porque, entre otras cosas, Rodrigo es demasiado y Ferran no conoce el des¨¢nimo.
Es el equipo de Marcelino una m¨¢quina engrasada en defensa, grupo generoso como pocos en las ayudas, predispuesto al esfuerzo, con la cabeza centrada en restar al rival antes que sumar en campo ajeno. M¨¢s que nada porque para eso ya est¨¢ Rodrigo, dado que el Valencia gravita a su alrededor en los ¨²ltimos metros. Tanto le da al futbolista, completo como es, marcarse una carrera como la que desmont¨® al Camp Nou que pegarle o asistir como demostr¨® en Montilivi. Rodrigo est¨¢ enchufado y hace mejores a todos los que le envuelven porque crea ventajas y facilidades, por lo que no tard¨® en despertar a su equipo tras un eslalon y un disparo seco desde fuera del ¨¢rea que tampoco incomod¨® a Bono. Pero en la siguiente jugada, en vez de chutar, levant¨® la cabeza y atendi¨® a la carrera de Guedes, que rompi¨® por dentro y al espacio para, de primeras, batir a Bono con un golpeo cruzado. Toda una paradoja para el 4-3-3 porque, en principio, hay un lateral que atiende a sus espaldas y no un carrilero que pretende corregir. Cosas, en cualquier caso, del f¨²tbol y sobre todo del talento de Rodrigo, tambi¨¦n de la punter¨ªa de Guedes, que se march¨® frustrado del campo del Krasnodar hasta el punto que le invitaron a no caer en la ansiedad. Por lo visto, se ha curado pronto.
No baj¨® los brazos el Girona, que se esmeraba en no repetir pases, en no devolver el bal¨®n a su lugar de origen sino en cambiarlo de banda para poner a prueba a la siempre armoniosa basculaci¨®n del Valencia. No llevaba el frac Borja Garc¨ªa, que siempre maneja los hilos por m¨¢s que est¨¦ escorado a la izquierda, pero desde las bandas sal¨ªan centros envenenados que siempre intentaban conectar con Stuani. En uno de esos, Granell la puso al segundo palo y el bal¨®n no encontr¨® receptor hasta que cruz¨® el ¨¢rea por completo y Portu se la cedi¨® a Pons, que lleg¨® desde atr¨¢s y le peg¨® con fuerza para que Neto se subrayara bajo los palos. Pero fue en otro centro, esta vez en una falta lateral, cuando lleg¨® el premio; Granell la puso con rosca y Ramalho, que ven¨ªa en carrera, la atac¨® con fiereza hasta la red.
Mazazo ligero para el Valencia, que se apropi¨® del bal¨®n y de las intenciones, que adelant¨® metros hasta pisar el ¨¢rea rival y que encontr¨® en Guedes la dinamita ¨Cun disparo suyo dobl¨® las manos de Bono y Bernardo sac¨® la pelota sobre la l¨ªnea de gol- y en Parejo a su salvador, toda vez que apenas dio una a derechas pero cuando se le qued¨® un bal¨®n hu¨¦rfano en la frontal le peg¨® seco y raso, ajustado al palo, lejos de las manoplas de bono para acabar en la red. Aunque, con todo hecho, con el triunfo en la boca, el Valencia pareci¨® tirar al traste el partido. Primero fue Roncaglia el que se top¨® con la mala fortuna; resulta que en un ataque rival, el zaguero se resbal¨® y para impedir la peligrosa contra, de forma instintiva, sac¨® la pata e hizo la zancadilla para ver la segunda cartulina amarilla. Un contratiempo may¨²sculo para cualquier equipo, aunque quiz¨¢ no tanto para el Valencia, que tiene en el entrecejo los conceptos de solidaridad, esfuerzo y tenacidad. Pero Diakhaby estrope¨® el asunto porque en un salto dentro del ¨¢rea no mantuvo los brazos pegados al cuerpo y desvi¨® el bal¨®n con la mano. Penalti que no err¨® Stuani, que suma 15 de 15 en LaLiga.
Con el duelo visto para sentencia, Roberts traz¨® un regate por dentro, por donde el Valencia tiene m¨¢s hombres, y Diakhaby se la sis¨® con falta para lanzar una ¨²ltima contra en la que Ferran se vaci¨®, al punto de que tras driblar a bono y marcar gol, se le subieron los gemelos por el esfuerzo. La fiesta iba por dentro. Y la sonrisa de Rodrigo, cambiado antes de tiempo por el desgaste de los ¨²ltimos envites, por fuera.
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