Venezuela y una competici¨®n extrema
En la Libertadores de este a?o compiten dos equipos de este pa¨ªs, cuyos mejores futbolistas cobran el equivalente de 40 euros mensuales
El f¨²tbol es a veces un deporte extremo. Tomemos como ejemplo la Copa Libertadores, el gran torneo sudamericano. De una punta a otra del continente hay m¨¢s de 7.000 kil¨®metros; para hacernos una idea, es como si los equipos espa?oles de Champions tuvieran que disputar eliminatorias en Nueva Delhi o en Kansas City. Se juega a m¨¢s de 3.500 metros de altura (Bolivia) o a casi 40 grados, en humedades tropicales o con fr¨ªo seco, en estadios gigantescos o en canchas patateras. Sobre las dotes organizativas de la Conmebol y los humores sulf¨²ricos de los hinchas no hace falta decir gran cosa: la reciente final en Madrid entre River y Boca, con sus antecedentes en Buenos Aires (inundaci¨®n, apedreamiento, suspensiones, etc¨¦tera), constituye un buen compendio.
Y luego est¨¢ Venezuela. En la Libertadores 2019, reci¨¦n iniciada la primera fase de grupos, compiten dos equipos venezolanos: Lara y Zamora. No figuran, en principio, entre los principales aspirantes al t¨ªtulo. ?C¨®mo podr¨ªan aspirar? Sus mejores futbolistas cobran el equivalente de 40 euros mensuales y, l¨®gicamente, el que puede se larga al extranjero. Los balones de entrenamiento est¨¢n remendados. Las instalaciones decaen. Lara y Zamora son equipos de fundaci¨®n reciente y de palmar¨¦s escaso, en un pa¨ªs con m¨¢s tradici¨®n de b¨¦isbol que de f¨²tbol. El desastre pol¨ªtico y econ¨®mico venezolano constituye una dificultad adicional, para locales y visitantes, en una competici¨®n dif¨ªcil.
Esta semana, al Emelec de Guayaquil (Ecuador) le toc¨® viajar a Barquisimeto para enfrentarse al Deportivo Lara. El Lara fue fundado en 2009 para que Barquisimeto (llamada ¡°la ciudad crepuscular¡±) tuviera un equipo en primera divisi¨®n tras la quiebra y extinci¨®n del Guaros; fue rescatado un par de a?os despu¨¦s con dinero p¨²blico y sobrevive como puede. Pero tiene car¨¢cter: en 2013 gan¨® 2-1 al potente Newell?s del Tata Martino y el a?o pasado venci¨® por 1-0 a Independiente. Lo que no tiene, como el resto de Venezuela, es un suministro el¨¦ctrico decente. El Lara-Emelec deb¨ªa disputarse el jueves por la noche. Los genios de la Conmebol consideraron que con unos cuantos generadores, los focos funcionar¨ªan. Llegado el momento, comprobaron que, pese a los generadores, el Estadio Metropolitano estaba casi a oscuras y trasladaron el partido al viernes. El resultado fue de empate a cero. Emelec ten¨ªa que viajar de regreso el mismo viernes por la noche. Como tampoco funcionaban las luces de pista del aeropuerto, los futbolistas ecuatorianos tuvieron que esperar hasta el s¨¢bado por la ma?ana. Volaron por fin a Guayaquil y de ah¨ª salieron pitando hacia Manta, en la costa pac¨ªfica, para jugar esa misma tarde un partido de Liga contra Delf¨ªn.
A Zamora F¨²tbol Club (fundado en 2002, tras la desaparici¨®n del Atl¨¦tico Zamora), equipo de la ciudad de Barinas, le toc¨® jugar con Nacional de Montevideo. Perdi¨® 0-1. Fue un partido menos atormentado que el de Barquisimeto: solo tuvo que interrumpirse (por falta de luz) un cuarto de hora en la segunda parte. Nacional pudo emprender sin grandes complicaciones el vuelo de regreso a Uruguay, ocho horitas de nada. Aunque el Zamora tiene como presidente a Adelis Ch¨¢vez, hermano de Hugo Ch¨¢vez, y Barinas es considerado un feudo chavista, sus aficionados no lo son necesariamente: en la campa?a presidencial de 2013, el candidato opositor Henrique Capriles dio un mitin enfundado en la camiseta blanquinegra del Zamora. Eso no le sirvi¨® para ganar las elecciones, pero demostr¨® que el f¨²tbol ya apasiona en Venezuela.
El Zamora juega el pr¨®ximo mi¨¦rcoles contra Cerro Porte?o en Paraguay. Las entradas para la afici¨®n visitante cuestan 150.000 guaran¨ªes, casi 25 d¨®lares. M¨¢s del doble del salario m¨ªnimo en Venezuela.
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