A Isco se le abre el cielo
Zidane asegura que cuenta con el malague?o, marginado y expedientado en la ¨¦poca de Solari
¡°Para jugar, primero hay que ponerse en forma f¨ªsica¡±, sentenci¨® Santiago Solari en sus ¨²ltimas horas como entrenador del Real Madrid. La frase, en referencia a Isco, retumb¨® en Valdebebas. A nadie culp¨® tanto el entrenador argentino tras el triple gatillazo del equipo en una semana. Seis d¨ªas despu¨¦s, el discurso que sale de la misma sala ha cambiado radicalmente. ¡°Voy a contar con Isco¡±, proclam¨® Zinedine Zidane en la rueda de prensa previa al partido de este s¨¢bado contra el Celta (16.15). Se?alado y marginado en los ¨²ltimos tiempos, al malague?o se le ha abierto el cielo con el regreso del t¨¦cnico franc¨¦s, y as¨ª lo hace ver sin disimulo. ¡°Esta es mi oportunidad¡±,?escribi¨® el pasado jueves en sus redes sociales?aprovechando un anuncio que protagoniza con Adidas.
Isco, de 26 a?os, consigui¨® en la etapa final de Zidane al frente del Madrid el estatus largamente reclamado: titular indiscutible. Durante los dos a?os y medio que permaneci¨® el galo en el cargo, hubo un debate recurrente: Bale o Isco, s¨ªmbolos de dos modelos distintos. Una de las primeras cosas que dej¨® claras Zidane al llegar al Bernab¨¦u en enero de 2016 es que la BBC, el tridente atacante formado por Benzema, Bale y Cristiano, era innegociable. Una declaraci¨®n de principios que afectaba a la posici¨®n en la plantilla de Isco, titular frecuente aunque sin el privilegio de imprescindible. El preparador tambi¨¦n declar¨® su gusto por el malague?o y James; sin embargo, las necesidades defensivas del equipo, condicionadas por esa apuesta en ataque, abrieron paso a Casemiro como sost¨¦n en el centro del campo en perjuicio de ambos, una f¨®rmula que dio pronto sus r¨¦ditos con la Und¨¦cima de Mil¨¢n.
Bale (29 a?os), dentro del esquema 4-3-3, aportaba verticalidad, gol y oportunismo en las finales. Isco, en un 4-4-2, ofrec¨ªa m¨¢s juego combinativo y equilibrio dado el habitual poco empe?o defensivo del gal¨¦s. Entre los dos, la apuesta ganadora durante mucho tiempo fue la primera, aunque las lesiones habituales de Bale concedieron m¨¢s minutos totales al malague?o (6.524 frente a 5.531 con Zidane en la banda). El ejemplo m¨¢s claro de esa inclinaci¨®n fue el cl¨¢sico liguero de la temporada 2016-17 en el Bernab¨¦u, al que Bale lleg¨® con el gancho, reci¨¦n recuperado de uno de sus continuos percances f¨ªsicos. En realidad, supuestamente recuperado, porque a los pocos minutos de empezar el encuentro tuvo que enfilar el camino a los vestuarios. Esa lesi¨®n empuj¨® a Isco a la titularidad en el final de esa campa?a que el conjunto blanco abroch¨® con el t¨ªtulo de Liga y de Champions, arrollando a la Juventus en la Duod¨¦cima de Cardiff, con Isco sobre el c¨¦sped. Pero aquel triunfo, el momento cumbre de la era Zidane, no resolvi¨® el debate porque la titularidad del malague?o hab¨ªa llegado m¨¢s por la fragilidad f¨ªsica del gal¨¦s que por una decisi¨®n deportiva.
El cambio de criterio se produjo medio a?o despu¨¦s, a principios de 2018. Entonces, con la segunda parte de la temporada a¨²n por disputarse, Zidane vir¨®. La BBC dej¨® de ser innegociable, mand¨® a Bale al banquillo y concedi¨® a Isco un puesto fijo en el once. No se arredr¨® el gal¨¦s, que empez¨® a reivindicarse con goles, incluido uno en el Camp Nou. Pero la decisi¨®n del entrenador ya no tuvo vuelta atr¨¢s, tampoco en la final de Kiev. Sin embargo, cosas del destino, la Decimotercera la agarr¨® Bale, saliendo desde el banquillo en el minuto 60, por Isco precisamente, y marcando un gol de chilena para la eternidad. Despechado, con las manos todav¨ªa calientes de levantar la orejona, el gal¨¦s mostr¨® sobre el c¨¦sped su enfado por la p¨¦rdida de importancia y desliz¨® que estaba dispuesto a irse del club. Las salidas a los pocos d¨ªas de Cristiano y, sobre todo, de Zidane frenaron su marcha y renovaron su posici¨®n estrat¨¦gica en el equipo, llamado a aliviar el agujero anotador de Ronaldo.
Diez meses y medio despu¨¦s, este tri¨¢ngulo vuelve a reencontrarse en el Bernab¨¦u, aunque con los dos jugadores muy magullados por la grave crisis deportiva. Isco, expedientado, sin apenas minutos y fuera de la ¨²ltima lista de selecci¨®n espa?ola. Bale, superado por el aire fresco de Vinicius y todav¨ªa m¨¢s penalizado por sus habituales lesiones. Dos frentes, entre otros, que deber¨¢ atender el franc¨¦s para resta?ar la salud de un equipo enfermo.
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