El realismo toma La Roja
La selecci¨®n inicia este s¨¢bado la fase de clasificaci¨®n de la Euro 2020 ante Noruega con la necesidad de encontrar un bloque
Novena en el r¨¢nking FIFA tras tres descalabros consecutivos ¡ªMundiales (2014, 2018) y en la Eurocopa (2016)¡ª, y descabalgada de la final a cuatro de la Liga de las Naciones por Inglaterra, la Espa?a de Luis Enrique comienza este s¨¢bado en Mestalla (20.45, TVE1) su viaje hacia la peculiar Eurocopa 2020 de los 12 pa¨ªses sede. La rocosa Noruega del ordenado y psic¨®logo Lars Lagerback y el virtuoso Odegaard es la primera prueba para una selecci¨®n repleta de cuentas pendientes.
En esta andadura, el seleccionador debe encontrar un once que recupere autoridad y prestigio a la vez que sella la clasificaci¨®n. De Gea est¨¢ en un punto en el que cada error abrir¨¢ el debate de la porter¨ªa, Ramos busca acompa?ante fijo, rol al que se postula ??igo Mart¨ªnez. Lo mismo sucede con los volantes que escolten a Busquets. ¡°Me encantar¨ªa tener ya un once, este es un proceso largo. La evoluci¨®n no se hace en una semana, ya no hay pruebas hay que conseguir resultados. Venimos de tres fases finales en las que no hemos estado ni de cerca al nivel que esper¨¢bamos. Hay que crear una nueva selecci¨®n y eso s¨®lo se consigue con tiempo, partidos y buenos resultados¡±, arranc¨® el seleccionador, que antes se hab¨ªa detenido en leer las emotivas frases de Quincoces y H¨¦ctor C¨²per inscritas en las paredes de la sala de prensa de Mestalla.
Si los batacazos en los grandes campeonatos fueron chivatos indudables del punto final de los tiempos de gloria, cuesta m¨¢s identificar si la etapa actual sigue siendo una transici¨®n o si esta ya es imposible y hay que pensar en una plena reconstrucci¨®n sin m¨¢s. ¡°Llamarlo c¨®mo quer¨¢is¡±, invit¨® el seleccionador. La Roja y el f¨²tbol espa?ol necesitan una inmersi¨®n sincera de realismo para aceptar que el pasado est¨¢ muy lejos del presente. El escenario describe que ya no hay m¨¢s Xavis, ni Casillas, ni Alonsos, ni, Silvas, ni Puyoles o Piqu¨¦s. La fardona Espa?a de los bajitos ya es solo historia grande. Ramos, Busquets, Jordi Alba y el reenganchado Navas representan las ¨²ltimas estelas de aquel equipo estelar, ganador y cautivador.
No, Espa?a ya no cuenta ni con el mejor portero, ni con la mejor defensa, ni con el mejor centro del campo del mundo que incluso le permit¨ªa arrasar a la mism¨ªsima Italia en una final de un Europeo con un nueve mentiroso. El turno de hoy en esa l¨ªnea sobre la que gir¨® todo ese torrente futbol¨ªsticos para los Canales, Ceballos, Parejo, Asensio¡ Tampoco han emergidos goleadores dominantes como Villa o Fernando Torres. No se vislumbra en el horizonte mucho m¨¢s all¨¢ de la ausencia de Isco o el lesionado Carvajal. El vivero actuaol de jugadores es lo que hay. ¡°Aquellos jugadores han cumplido a?os y algunos est¨¢n retirados. Ahora buscamos otro bloque ganador¡±, sentencia Luis Enrique.
Los representantes de la generaci¨®n que deb¨ªa tomar el mando no han sido capaces de dar un golpe en la mesa en las tres ¨²ltimas grandes competiciones. Ni De Gea, Isco, Thiago, Koke, Sa¨²l, Morata o Rodrigo, las cabezas visibles de lo que De Bosque llam¨® la transici¨®n dulce han devuelto a Espa?a a la primera fila.
La ¨²nica gran certeza que queda de aquella ¨¦poca gloriosa es el estilo. Ni las elecciones de Lopetegui ni las de Luis Enrique representaron una traici¨®n. Si acaso, un intento de evoluci¨®n por el hincapi¨¦ de ambos en reforzar el concepto de la presi¨®n tras perdida y por verticalizar las transiciones ofensivas cuando el rival concede espacios. La Espa?a inicial de Luis Enrique fue contundente en Inglaterra (1-2) y florida ante Croacia (6-0), pero se desarm¨® ante los propios ingleses (2-3) en casa y ante los croatas a domicilio (3-2). Esas dos derrotas destaparon una de las grandes diferencias entre lo que fue y es La Roja. Aquella selecci¨®n apenas perd¨ªa el control de los partidos. ¡°Hemos sido s¨®lidos, aunque no me gust¨® c¨®mo recibimos goles con Inglaterra, en unas transiciones muy buenas de ellos. Contra Croacia pudimos ganar hasta el 85¡¯ y luego nos lo jugamos todo a una carta¡±, concluye Luis Enrique.
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