Divagar como deporte
En 'Final entre fantasmas', Germ¨¢n Pose plasma destellos de buenas ideas en un conjunto de textos que van del ensayo al cuento, pasando por el reportaje y el delirio
En el deporte, como en la vida, hay instantes que lo cambian todo. Pueden saltar a la vista del espectador m¨¢s despistado o pasar completamente inadvertidos para la mayor¨ªa. A veces es un gol, una canasta, una pedalada con un punto extra de fuerza o un rev¨¦s que roza la l¨ªnea. Otras, es un tiro errado, una canasta que se sale de dentro, una mirada cruzada con un compa?ero o una volea que roz¨® la red y decidi¨® no pasar al campo contrario. Son unas d¨¦cimas de segundo, y pocas veces se es consciente en directo de lo decisiva que resultar¨¢ esa acci¨®n.
Algo parecido sucede con las buenas ideas que se convierten en buenos relatos. Aparecen en la mente como fogonazos. Sin que nadie, aparentemente, los haya llamado. Se necesitan atenci¨®n y consciencia -y papel y bol¨ªgrafo- para bajarlos a tierra. En Final entre fantasmas (C¨ªrculo rojo), Germ¨¢n Pose plasma varios de esos destellos y los convierte en un conjunto de textos que van del ensayo al cuento, pasando por el reportaje y el delirio. Como el de irse al pueblo en el que est¨¢ enterrado su padre a compartir con ¨¦l una final de Copa de Europa entre el Real Madrid y el Atl¨¦tico. Escuchar el partido junto a la tumba y volver a casa como campe¨®n y habiendo convertido el pueblo abulense de Solosancho en una suerte de Comala castellano.
¡°La vida es un milagro absurdo¡±, dice Pose, ¡°y tambi¨¦n, puro deporte. Competici¨®n cruda y dura. Un extraordinario reality show tan universal y siniestro. Y todos aspiramos a ganar, que no es otra cosa que salir adelante, batallando con la vida, demasiado acelerados y sin reparar en nuestro tr¨¢gico destino, en esa maldita parca que va recociendo con su aliento nuestros cogotes. Y el Gran Croupier, creador del Todo y de la Nada, campe¨®n de los genios, juez implacable del terrible juego, relami¨¦ndose de gusto ante el pat¨¦tico espect¨¢culo que observa desde su sill¨®n de terciopelo negro¡±.
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