Ejemplar Piqu¨¦
El central no utiliza el doble lenguaje, ni procura quedar bien, sino que se expresa como un ciudadano preocupado por su pa¨ªs, sus negocios y el Bar?a
No hay un futbolista m¨¢s escrutado que Piqu¨¦. La c¨¢mara le sigue en la cancha, el micr¨®fono le aguarda en la sala de prensa y el aficionado le aplaude o le pita, dif¨ªcilmente le contempla, tanto si viste la camiseta azulgrana, la de la selecci¨®n catalana o la de Espa?a. Juega muy bien, mejor que nunca incluso, lo que siempre da vida al relato del partido, y habla tan claro que sus declaraciones a pie de campo o en las redes sociales son la mejor munici¨®n para la prensa en tiempos de mucha tertulia y de proc¨¦s en Catalu?a.
No utiliza el doble lenguaje, ni procura quedar bien, sino que se expresa como un ciudadano preocupado por su pa¨ªs y tambi¨¦n por sus negocios, y naturalmente por el Bar?a. El nacionalismo espa?ol le tiene por un antimadridista independentista, doble condici¨®n para ser silbado durante mucho tiempo en los campos de Espa?a, como si fuera un impostor por vestir la zamarra de La Roja.
A Piqu¨¦ se le ha visto en las manifestaciones multitudinarias del 11 de septiembre en Barcelona, se sabe que era partidario de no jugar el 1 de Octubre contra Las Palmas por las cargas policiales, tambi¨¦n se le supone favorable a un refer¨¦ndum para resolver el futuro de Catalu?a, ha pleiteado en twitter con Millo, exdelegado del gobierno, y habla de ¡°presos pol¨ªticos¡± cuando se refiere a Junqueras, Cuixart o S¨¢nchez al tiempo que reprocha el poco inter¨¦s medi¨¢tico que merece el juicio que se celebra en Madrid.
Ning¨²n argumento que no pueda defender un ciudadano y un pol¨ªtico democr¨¢tico, y por su puesto un futbolista del que no se puede dudar de su compromiso con la selecci¨®n espa?ola cada vez que fue convocado hasta la renuncia consensuada despu¨¦s del pasado Mundial de Rusia. A algunos aficionados, sin embargo, les pareci¨® suficiente para cuestionar su presencia en la Roja. A buen seguro que muchos son los mismos que ahora le reprochan su renuncia al equipo de Luis Enrique y su presencia en el de Gerard L¨®pez, como si fuera una decisi¨®n simult¨¢nea y malintencionada, solo para jorobar a quienes se llenan la boca con Espa?a.
El mismo alegato pod¨ªa haber sido utilizado por los independentistas m¨¢s radicales en el partido de Girona. Ausentes el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el del Parlament, Roger Torrent, Piqu¨¦ se presentaba como el l¨ªder de la fiesta reivindicativa de Catalunya en su partido contra Venezuela. Hab¨ªa mucha carga simb¨®lica y ambiental en Montilivi y un peque?o sector de la grada se puso a tararear ¡°?Que Puta Espa?a!¡± al ritmo de ¡°?Que Viva Espa?a?¡±. Y entonces, sabedor de su ascendente, el jugador mand¨® callar de forma reiterada al grupo para despu¨¦s afirmar: ¡°Hay que predicar con el ejemplo, los de un lado y los del otro. Todo lo que sea una falta de respeto es intolerable¡±. Palabra de Piqu¨¦.
Una declaraci¨®n que permite medir mejor el pensamiento del jugador del Barcelona. Aguant¨® la rechifla espa?ola con Espa?a y no permite ahora el insulto catal¨¢n con Catalu?a. La suya fue una respuesta normal y honesta si se conoce a Piqu¨¦, que siempre fue un barcelon¨¦s que pide una soluci¨®n pol¨ªtica al proc¨¦s, y ha sido un fan¨¢tico de la rivalidad con el Real Madrid y al mismo tiempo un buen compa?ero de los internacionales blancos, tan cercano a Sergio Ramos como distante de Arbeloa.
Nada tiene que ver jugar un partido al a?o con Catalu?a, y defender la necesidad de que sea en fecha FIFA, que disputar una fase de clasificaci¨®n con Espa?a. Piqu¨¦ aspira simplemente a descansar m¨¢s para estar mejor con el Bar?a. Y su plan funciona tan bien que no se dejar¨¢ utilizar para ninguna causa que no sea respetuosa con el contrario, igual que ocurre en el campo, dentro y fuera del Camp Nou. Jugador de una fuerte personalidad, Piqu¨¦ se ha ganado el respeto de la gente que antepone el sentido com¨²n al odio, contrario a la instrumentalizaci¨®n de los s¨ªmbolos, cosa habitual por otra parte en el f¨²tbol de selecciones: Piqu¨¦ no desert¨® de Espa?a para alistarse con Catalunya.
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