El espect¨¢culo lo pone Oblak

Un gol en propia puerta y tres paradas salvadoras de Oblak retrasaron el alir¨®n del Barcelona. Gris el Atl¨¦tico y orgulloso el Valladolid de Sergio para no doblar la rodilla, la tarde fue para el meta esloveno y para certificar que el equipo de Simeone terminar¨¢ arriba el campeonato como falto de juego ha estado.

Hay sensaciones palmarias. Y una es que este equipo es uno con Rodrigo y otro sin ¨¦l. Desde la pretemporada ya se vislumbr¨® esa dualidad. Probablemente Simeone pretendiera un descanso. O quiz¨¢ testar un centro del campo con vistas al pr¨®ximo curso si el Manchester City consuma su intenci¨®n de ejercer la cl¨¢usula ante una respuesta afirmativa del mediocentro. Los diez primeros minutos ense?aron todas costuras de ese Atl¨¦tico sin Rodrigo. Fracasaba la pareja Sa¨²l-Thomas en el eje y Koke y Lemar no estaban en su mejor tarde. El franc¨¦s parece contar con m¨¢s confianza de Simeone que Vitolo. Necesita menos que este para enganchar dos titularidades consecutivas.

P¨¦rdidas contin¨²as y groseras, colocaci¨®n deficiente y la sensaci¨®n de que una vez superada la primera l¨ªnea de presi¨®n el Valladolid encontrar¨ªa mucha pradera correr era lo que transmit¨ªa ese Atl¨¦tico destartalado. As¨ª sucedi¨®. Una carrera de Waldo Rubio, la prolongaci¨®n de Unal y Oblak volando al palo derecho para detener el derechazo de Guardiola.

Tard¨® el Atl¨¦tico en hacer bueno eso de que al f¨²tbol se suele jugar bien cuando se pasa con precisi¨®n, sea en corto o en largo, en horizontal o en vertical, al pie o al espacio. Por fin Sa¨²l encontr¨® un pasillo para Morata en las inmediaciones del ¨¢rea. La maniobra del delantero acab¨® con un pase a la pierna mala de Griezmann.

La ocasi¨®n dio paso a un tramo de dominio rojiblanco. Espeso, pero machac¨®n en el embotellamiento. Griezmann, prob¨® a Masip con una falta lejana. Ah¨ª se par¨® el Atl¨¦tico hasta el descanso. Tanto que a la media hora de juego Simeone mand¨® a calentar a Rodrigo... El Valladolid se sacudi¨® el dominio con un par de circulaciones largas, con M¨ªchel de maestro de ceremonias y Guardiola picando de nuevo con facilidad a la espalda de Savic. Esta vez su disparo a la carrera fue m¨¢s centrado. Un tr¨¢mite, un tirito para Oblak. El paisaje apenas mud¨®, aunque dio para vislumbrar las taras defensivas de Arias. Malo para un lateral que se le vayan igual de f¨¢cil por su lado bueno que por su perfil m¨¢s d¨¦bil.

Rodrigo a escena

El calentamiento madrugador de Rodrigo no fue balad¨ª. Al regreso del intermedio ya pisaba la hierba. El sacrificado fue Thomas. La temporada ha revelado que la mejor pareja t¨¢cticamente es la que forman el ghan¨¦s y Rodrigo. Los mejores partidos de Thomas han sido cuando ha percibido el peso de Rodrigo a sus espaldas para descolgarse o jugar balones en l¨ªnea recta.

M¨¢s ordenado y menos expuesto a los agujeros atr¨¢s, el Atl¨¦tico gobern¨® el segundo acto en el inicio. Le faltaba desequilibrio y con Lemar plano, Simeone tir¨® de l¨®gica d¨¢ndole entrada a Correa por Filipe Luis. Sa¨²l fue situado como lateral izquierdo. Para un equipo que le cuesta horrores el uno contra uno, Correa es una bendici¨®n. Por imprevisible y porque su irregularidad tiene el encanto de los que se atreven siempre. Una doble pirula a Nacho del argentino, al que rompi¨® con dos recortes maradonianos encendi¨® al personal. Fue por el carril de Sa¨²l por el que se fragu¨® el gol del Atl¨¦tico. Su tocada rosca fue desviada por Joaqu¨ªn a la cepa del palo de Masip. En ventaja, el equipo de Simeone no encontr¨® esos buenos tiempos que corren ahora para el contragolpe ante equipos apurados que con el marcador en contra se lanzan con todo. No encontr¨® espacios para que corrieran Morata, Griezmann, Lemar, ni Vitolo cuando entr¨®.

El Valladolid se puso mand¨®n. Su ataque frontal le dio para empatar, pero tambi¨¦n para reafirmar a Oblak. A ?scar Plano le levant¨® un zurdazo desde fuera del ¨¢rea a una mano. El espect¨¢culo del Atl¨¦tico, muchas veces est¨¢ en su portero. En medio de ese acoso, Miguel tambi¨¦n fue v¨ªctima de los reflejos de Oblak cuando le ataj¨® a un remate a un par de palmos. Todav¨ªa roz¨® el equipo de Sergio el empate cuando la mano de Arias toc¨® un cabezazo de Calero . Tras revisar la jugada, Melero L¨®pez decret¨® que no hab¨ªa pena m¨¢xima y certific¨® la victoria rojiblanca.