God¨ªn, adi¨®s con un subcampeonato
Atl¨¦tico y Sevilla empatan y el uruguayo se despide de la hinchada con un emotivo homenaje
La tarde para el Atl¨¦tico ten¨ªa doble sentido. Por un lado, ofrecer a God¨ªn una despedida a la altura de lo que ha significado y significar¨¢ para la historia del club, por otro la consecuci¨®n del segundo puesto. El empate y los fastos concretaron esos dos objetivos. Al Sevilla, la igualada a¨²n le deja alguna posibilidad de alcanzar la Champions.
Las muestras de agradecimiento al uruguayo se iniciaron desde la llegad del autob¨²s del equipo. Los cientos de aficionados que se agolpaban sobre las barandillas que guardan el paso del veh¨ªculo hacia las entra?as del estadio le dedicaron el agudo ¡°u-ru-gua-yo, u-ru-guayo¡±. Camino de los vestuarios, se descubri¨® que Griezmann llevaba la camiseta de su compadre y padrino de su hija. Pocos sienten m¨¢s la marcha del central que el franc¨¦s. En el ambiente est¨¢ que este es uno de los motivos que propulsen su posible fuga al Barcelona. ¡°Un gol en la memoria, un Fara¨®n para la historia¡±, rezaba una pancarta desplegada en el fondo sur desde donde tambi¨¦n se entonaba ¡°Diego, eres Atl¨¦ti¡±. El cl¨¢sico posado del once de Simeone fue muy significativo. Griezmann, Juanfran y Filipe, los tres con el futuro en el alero, se retrataron con sus ni?os. El padrino God¨ªn no pudo evitar una caranto?a a su ahijada. De alguna manera, la cita fue una retah¨ªla de homenajes y expresiones de sentimientos. Lo mismo Juanfran se tocaba el escudo cuando coreaban su nombre, que Griezmann o Koke aplaud¨ªa por la misma raz¨®n cuando les tocaba su turno, o el propio God¨ªn se limpiaba las l¨¢grimas que resbalaban por sus mejillas.
Al torrente de honras a unos y otros asisti¨® el Sevilla manso y un tanto destensado. Sin transmitir la sensaci¨®n de que a¨²n albergaba posibilidades de pelear una plaza en la pr¨®xima Liga de Campeones. Solo una combinaci¨®n entre Sarabia y el Mudo V¨¢zquez dej¨® constancia en el primer acto de la existencia ofensiva del conjunto de Caparr¨®s, desazonado en la banda por la permisividad y la comodidad con la que recib¨ªan los volantes del Atl¨¦tico entrel¨ªneas.
Carburaba el Atl¨¦tico con Rodrigo y Thomas en el eje del centro del campo. Pese a las probaturas de las ¨²ltimas jornadas en las que no han coincidido, sobre la consolidaci¨®n de esa pareja tiene pensado Simeone construir el centro del campo de la temporada que viene siempre y cuando el primero desoiga la llamada del City de Guardiola. Fue Koke, en una conducci¨®n larga a la contra el que abri¨® el marcador con un disparo raso que se col¨® suave en la meta de Vaclik tras pegar en un defensor del Sevilla. Su celebraci¨®n, c¨®mo no, fue para God¨ªn.
Se va un hincha
La reanudaci¨®n devolvi¨® al menos a un Sevilla m¨¢s ¨¢spero y competitivo, con un Sarabia m¨¢s activo. ?l fue el que estableci¨® el empate con un remate esquinado y el que estuvo al comando de las operaciones ofensivas del equipo. Para entonces, Simeone ya hab¨ªa sentado a Rodrigo, quiz¨¢ buscando los aplausos y los c¨¢nticos que le dedic¨® la hinchada en su intento por demostrarle su querencia porque permanezca en el club.
Un gol anulado a Correa y un ¨²ltimo disparo de Aleix Vidal para que Oblak volara dio paso a la pura expresi¨®n de los sentimientos. Emergi¨® de la grada su mejor argumento y el m¨¢s convincente, el activo m¨¢s grande que ha tenido el Atl¨¦tico: el sentido de pertenencia por encima de las mejoras econ¨®micas o deportivas. Un mensaje inequ¨ªvoco para los que tienen que decidir su futuro. El de God¨ªn ya est¨¢ elegido, jugar¨¢ en el Inter de Mil¨¢n. En su adi¨®s se mostraron sus ocho t¨ªtulos ganados con su presencia, se record¨® en los videomarcadores su gol al Barcelona que vali¨® la conquista de la Liga 13-14.
Tras cederle a Koke el brazalete como s¨ªmbolo del trasvase de jerarqu¨ªa para el futuro, God¨ªn tomo el micro emocionado: ¡°Quiero darle las gracias a esta afici¨®n, me han hecho sentir uno m¨¢s desde el primer d¨ªa. Ustedes son los que hacen grande este equipo, son el coraz¨®n, el alma, nunca nos dieron la espalda, much¨ªsimas gracias¡±. La vuelta al campo, como su discurso, los culmin¨® con un ¡°?Forza Atl¨¦ti!¡± toc¨¢ndose el escudo y una frase para siempre: ¡°Se va un jugador, queda un hincha¡±.
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