El Espanyol tumba a la Real y vuelve a Europa 12 a?os despu¨¦s
El equipo de Rubi se impone a un rival ap¨¢tico y aprovecha la ca¨ªda del Athletic en Sevilla
Se acab¨® la espera. Tras 12 a?os de anonimato, de ser un equipo de perfil medio con callo para los enredos, el Espanyol vuelve a ser un club europeo como indica su her¨¢ldica. Y eso que pareci¨® quedarse solo el t¨¦cnico Rubi cuando persisti¨® en su discurso de que este grupo ten¨ªa trazas para hacer algo mayor, para aspirar a ser continental. Entre otras cosas porque a este equipo le van las emociones fuertes, capaz de encadenar ocho partidos sin perder o de enlazar seis derrotas seguidas, de so?ar con la Champions y de coquetear con el descenso. Pero la irregularidad no pudo con Rubi, que no se sali¨® un ¨¢pice del hilo argumental, y el tiempo y el Sevilla, que sell¨® un triunfo ante el Athletic que descabalg¨® a los vascos de Europa, le dieron la raz¨®n. El Espanyol estar¨¢ en la pr¨®xima Liga Europa, al menos en las rondas previas.
Aunque el bal¨®n rodara por Cornell¨¤, el partido se jugaba a m¨¢s de 600 kil¨®metros de distancia porque todo pasaba por el resultado del Sevilla-Athletic, toda vez que un empate de los vascos negaba las fr¨¢giles aspiraciones europeas de los dos equipos. No le cost¨® al Espanyol gobernar el duelo desde la medular porque a la que se ponen a jugar Roca, Granero, Melendo y Darder el f¨²tbol cobra sentido. Pero les faltaba tino en el ¨²ltimo pase y sobre todo ingenio para descascarillar a la organizada zaga de la Real, armoniosa en la basculaci¨®n y generosa en la entrega. Insuficiente, en cualquier caso, para contener a un Panda en combusti¨®n, primera parada en las contras porque le bastaba con abrir los brazos para absorber el esf¨¦rico y girarse para escudri?ar el siguiente movimiento de Wu Lei, tan an¨¢rquico como vertical. Y fue el delantero chino, a la salida de una falta lateral, quien disfrut¨® de la mejor de las ocasiones con un remate de cabeza que solo el larguero se atrevi¨® a escupir. Por lo que el primer acto se qued¨® en chirimiri, en un apret¨®n de manos a rega?adientes. Hasta que lleg¨® el gol del Sevilla y la pelota volvi¨® a Cornell¨¤, tambi¨¦n la ilusi¨®n y el aliento.
La Real no ten¨ªa demasiados argumentos para replicar, acaso las incursiones por la izquierda, donde recib¨ªa Oyarzabal, doblaba Mu?oz y Barrenetxea trazaba diagonales para probar el ¨²ltimo pase o el disparo, como ese en el que la pelota le hizo cosquillas al palo. Tambi¨¦n tuvo su contra despu¨¦s de una doble p¨¦rdida blanquiazul -de Granero y de Melendo-, bien conducida por Merino, impulsada por Oyarzabal y mal rematada por Willian Jos¨¦. Pero poco m¨¢s del equipo de Alguacil, incapaz de dirigir el cotarro. Acept¨® el trato el Espanyol, engrandecido por las noticias radiof¨®nicas, y ya s¨ª por el ¨ªmpetu de una grada que so?aba con volver a Europa. Faltaba, sin embargo, un gol que llevarse al gaznate. Y Rosales tra¨ªa consigo la alegr¨ªa.
Fue en un c¨®rner mal ejecutado por el Espanyol porque trat¨® de hacer la jugada ensayada del pase hacia el borde del ¨¢rea, donde V¨ªctor S¨¢nchez le peg¨® con el alma pero al aire. Para su fortuna, Rosales aguardaba detr¨¢s, calmo, como si la cosa no fuera con ¨¦l. Mir¨® al frente, apenas corri¨® y enganch¨® la pelota con la zurda (su pierna mala) y con furia. El esf¨¦rico pas¨® entre la mara?a de piernas y se le col¨® a Rulli por debajo del cuerpo. Un gol de chiripa que contaba como todos, incluso m¨¢s si se tiene en cuenta su trascendencia. Tambi¨¦n fue la diana que destap¨® al mejor Espanyol, s¨®lido en defensa y veloz en las transiciones, de nuevo con la brega del Panda y las carreras de Wu Lei como argumento principal. Y de tanto intentarlo sali¨®, pues un desplazamiento de Granero activ¨® las piernas del chino, que gan¨® la espalda a Aritz y resolvi¨® con sangre fr¨ªa ante la salida de Rulli. Dos tantos y un triunfo adornado con la segunda red del Sevilla.
Fue la Real el mejor rival en 2006, cuando un gol de Coro en el ¨²ltimo suspiro de LaLiga le sirvi¨® al Espanyol para mantener una categor¨ªa que nunca m¨¢s perdi¨®, y fue de nuevo la Real el contrario id¨®neo, pues tras encajar dos tantos y una derrota, le cedi¨® de mala gana el diploma europeo al Espanyol. Eran 12 a?os de espera como bien expres¨® la afici¨®n al hacer una invasi¨®n de campo que dur¨® todo lo que pudo y m¨¢s. Europa es suya.
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