El ciclista que super¨® el drama y la prisi¨®n
El franc¨¦s Justin Jules, encarcelado un a?o por matar a su padrastro maltratador, brilla en la Vuelta a Arag¨®n
La Vuelta a Arag¨®n, que sobrevive a pesar del UCI World Tour, se alimenta de equipos de segunda fila y ciclistas con ansias de gloria. Hay alg¨²n nombre conocido ¡ªsobre todo los que visten los colores del Movistar¡ª, y otros corredores modestos reconocidos por asuntos diferentes, casi olvidados a veces, como el de su primer l¨ªder, Justin Jules, un ciclista franc¨¦s del equipo belga Wallonie-Bruselles, que gan¨® al sprint la primera etapa entre Andorra y Calatayud y se visti¨® de amarillo.
Jules fue condenado en 2004 a tres a?os de c¨¢rcel por matar a su padrastro. El fiscal ped¨ªa doce. Cumpli¨® un a?o de prisi¨®n y despu¨¦s regres¨® a las carreras. Hay que matizar: defend¨ªa a su madre y a su hermano, v¨ªctimas de maltrato.
Su padre, Pascal, tambi¨¦n fue ciclista. Corri¨® en el potente equipo Renault, primero con el todopoderoso Bernard Hinault y despu¨¦s con su sucesor, el estadounidense Greg Lemond. Era un rebelde, que acab¨® distanciado de su m¨¢nager, Cyrille Guimard, uno de los popes del ciclismo franc¨¦s. Consigui¨® ganar una etapa del Tour, en 1984, entre Le Mans y Nantes, en la mejor de sus cuatro participaciones ¡ªacab¨® en el puesto 21¡ª, otra en el Dauphin¨¦, y tambi¨¦n en la Vuelta a Andaluc¨ªa de 1987, su ¨²ltimo a?o como corredor, en el equipo Caja Rural Seat, en el que alternaba con Marino Lejarreta, Pello Ruiz Cabestany y Mathieu Hermans.
Su mejor amigo en el pelot¨®n, sin embargo, era otro rebelde, Laurent Fignon. Un d¨ªa se acerc¨® al campe¨®n franc¨¦s y le dijo: ¡°Ver¨¢s, morir¨¦ joven, no voy a pasar de los 30 a?os¡±, casi un avance del libro que el dos veces ganador del Tour public¨® poco antes de morir: ?ramos j¨®venes e inconscientes.
Eran j¨®venes, s¨ª, a veces viv¨ªan al l¨ªmite. Pascal ten¨ªa 26 a?os cuando unos meses despu¨¦s de tomar parte en su ¨²ltimo Tour, acudi¨® a jugar un partido de f¨²tbol ben¨¦fico a unos kil¨®metros de su casa en Normand¨ªa. Era el 25 de octubre de 1987. A la vuelta se qued¨® dormido mientras conduc¨ªa, tuvo un accidente y muri¨®. Dej¨® dos hijos. El peque?o, Jules, ten¨ªa 13 meses. Su mujer se volvi¨® a casar. No eligi¨® bien. Ren¨¦ Caufield, su nueva pareja, era un hombre agresivo y alcoh¨®lico.
El 18 de diciembre de 2004, lleg¨® a casa borracho. Jules, que ya corr¨ªa en equipos de aficionados, estaba en su habitaci¨®n. Escuch¨® como su padrastro insultaba y amenazaba a su madre y pegaba a su hermano Sebastien. Baj¨® r¨¢pido, le roci¨® la cara con gas lacrim¨®geno, consigui¨® sacarlo de casa y all¨ª le golpe¨® con una barra de hierro en la nuca. Cuando lleg¨® la polic¨ªa, Ren¨¦ ya estaba muerto en medio de un charco de sangre, y Justin confes¨® el crimen. Asegur¨® en el interrogatorio que no tuvo intenci¨®n de matarlo. El juicio se celebr¨® cuatro a?os m¨¢s tarde. La fiscal¨ªa de Val d¡¯Oise pidi¨® 12 a?os de prisi¨®n para Jules. El jurado, sin embargo, tuvo en cuenta todas las circunstancias y fue condenado a tres a?os por homicidio involuntario. Apreciaron que el reo no ten¨ªa intenci¨®n de cometer el crimen y, adem¨¢s, atac¨® a su padrastro para defender a la familia.
Un a?o m¨¢s tarde sali¨® de la c¨¢rcel, en 2011. Segu¨ªa siendo ciclista. Le esperaba un equipo, el Velo Club Le Pomme Marseille. Poco despu¨¦s gan¨® su primera carrera, una etapa del Tour de Hainan. Desde entonces ha engordado su palmar¨¦s con otros doce triunfos, casi todos en carreras modestas. En la bicicleta se siente libre, lejos de los tiempos oscuros de la prisi¨®n. En Calatayud, con 32 a?os, se visti¨® de amarillo, aunque al d¨ªa siguiente, en la estaci¨®n de Canfranc, perdi¨® el liderato por medio minuto.
Su caso recuerda otros dramas familiares del ciclismo. En 1933, la esposa del volc¨¢nico Henri Pelissier no aguant¨® la violencia del ¨ªdolo ciclista y se suicid¨® con una pistola. Dos a?os m¨¢s tarde, su nueva compa?era, Camille, utiliz¨® la misma arma para matar al ciclista, despu¨¦s de que Henri la hubiera acuchillado tras una discusi¨®n. Lo de Justin es muy distinto: todo apunta a un acto de defensa.
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